María Machado advierte que si Maduro busca quedarse por la fuerza, “se encontrará con una situación tremendamente adversa”
La líder de la oposición venezolana habla con BBC Mundo a pocos días del 10 de enero, día de la toma de posesión del próximo presidente de Venezuela.
A pocos días de la encrucijada del 10 de enero, fecha de la toma de posesión del próximo presidente de Venezuela, María Corina Machado se muestra más convencida que nunca de que al actual mandatario Nicolás Maduro se le ha agotado el tiempo.
Desde la clandestinidad, la líder política opositora de 57 años le dice a BBC Mundo que el chavismo nunca había estado tan debilitado e insta a Maduro a no quedarse en el poder por la fuerza.
“Sabe que no hay manera de que pueda permanecer en el poder, excepto utilizando la violencia y eso es insostenible”, ratifica en esta entrevista concedida por teleconferencia.
Maduro y Edmundo González Urrutia, los dos candidatos que reclaman ser ganadores de las elecciones, aseguran que tomarán posesión del cargo el próximo 10 de enero.
El primero afirma que ese día acudirá a la Asamblea Nacional, el Parlamento venezolano controlado por el chavismo, junto con “millones de hombres y mujeres” para asumir un tercer sexenio en el poder.
Por su parte, el exdiplomático González Urrutia -quien tiene una orden de captura en su contra y por quien el gobierno de Maduro ha ofrecido $100,000 dólares por información que ayude a capturarlo- ha reiterado que tiene toda la intención de viajar a Venezuela para tomar posesión del mandato que le dieron los venezolanos “al elegirme con 7 millones de votos”.
María Corina Machado, quien ganó las primarias de la oposición, ha sido la mano derecha y compañera de fórmula de González, a quien apoyó como el candidato unitario tras ser inhabilitada por el gobierno venezolano en su carrera por la presidencia.
Ahora, vuelve a convocar a los venezolanos a salir a la calle el 9 de enero en un momento de alta tensión: “Maduro no se va a ir solo, hay que hacerlo salir con la fuerza de un pueblo que no se rinde jamás”.
El gobierno de Maduro anunció el despliegue de 1.200 efectivos militares en todo el país con el objetivo de “garantizar la paz” de cara al 10 de enero y ha asegurado que no hay “ni una sola posibilidad” de que González “ponga un pie en Venezuela sin ser detenido”.
Durante la entrevista con BBC Mundo, Machado afirma que Maduro vive “atrincherado en Miraflores”, lo acusa de ejercer una “ocupación territorial” en Venezuela y añade que la decisión sobre cómo quiere salir está en sus manos.
¿Cómo definiría usted el estado de Venezuela a pocos días del 10 de enero?
Hay una enorme emoción en un país que decidió ser libre, que enfrentó todas las amenazas y los obstáculos para poder llegar hasta aquí.
Venezuela es un país que, a pesar de la represión brutal que ha desatado el régimen en los últimos cinco meses después de la elección del 28 de julio, está decidido a hacer respetar nuestro deseo de cambio.
Es una Venezuela unida, una Venezuela organizada y es una Venezuela muy firme frente una tiranía que está en su punto de mayor debilidad en su historia.
Maduro ha dicho que se va a juramentar como presidente y Edmundo González insistió este fin de semana que regresará a Venezuela a tomar posesión. ¿Cómo va a enfrentar ese día la oposición?
El régimen es el que tiene un problema el 10 de enero. La prueba de fuego ese día es para él.
Los venezolanos ya decidimos. El mundo entero sabe que Edmundo González Urrutia es el presidente electo de los venezolanos.
Maduro tiene por delante la decisión sobre su final. Si pretende quedarse por la fuerza, se encontrará con una situación tremendamente adversa.
El 10 de enero es también una prueba de fuego para los gobiernos democráticos del mundo, aquellos que han insistido en que se presenten las actas y en querer ver los resultados.
El tiempo se acabó, las actas las tenemos nosotros, las originales y auténticas.
Llegó el momento de tomar una posición.
Están con el pueblo de Venezuela, con la democracia, con los derechos humanos y con la libertad.
O están con una tiranía que ha sido calificada como terrorismo de Estado por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que ha cometido crímenes de lesa humanidad, según la Misión internacional independiente de determinación de los hechos de las Naciones Unidas.
No hay punto medio.
Países como Colombia y México, además de los aliados de Maduro, han dicho que enviarán una representación para su toma de posesión. ¿Qué capacidad tienen ustedes para evitar su juramentación?
La juramentación no depende de ellos.
Ellos simplemente tendrán la decisión sobre si avalan o no avalan un acto írrito inconstitucional, en el contexto de un país con la legitimidad de luchar por la libertad y además con el apoyo interno de los ciudadanos de sus respectivos países.
No tengo dudas de que los brasileños, los colombianos y los mexicanos están acompañando la causa de los venezolanos, porque al final el futuro de la democracia en América Latina se estará definiendo en los próximos días en Venezuela.
González salió de Venezuela en septiembre y ahora dice que quiere volver. ¿Han cambiado los riesgos y las amenazas que denunció en ese entonces?
Han cambiado muchas cosas.
Hoy en día el pueblo de Venezuela tiene mucha más fuerza de la que tenía en ese entonces y el régimen está muchísimo más débil de lo que se evidenció en esa derrota monumental que tuvieron.
Pero, además, la ola represiva brutal que ha tenido lugar ha ido aislando a Maduro externamente y acorralándolo internamente.
Afuera nadie quiere saber de Maduro. El propio Lula impidió que se incorporara al grupo de los BRICS (grupo fundado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
¿Quiénes eran los grandes aliados de Maduro? Siria, Rusia, Irán, Hezbolá, Cuba.
¿Cómo está cada uno de esos actores hoy? Muy mal.
Créeme que el régimen de Maduro está muy preocupado con lo que ocurre internacionalmente y también con lo que está pasando en Venezuela.
Maduro vive encerrado y atrincherado en Miraflores, mientras el resto del país clama libertad.
¿Pero está el chavismo tan debilitado como usted dice?
El chavismo está mucho más debilitado de lo que cualquiera pueda creer.
Venezuela es un país unido, eso es un país donde no hay diferencias y esto es muy importante.
En Venezuela hoy no hay diferencias ni religiosas, ni raciales, ni regionales, ni sociales, ni políticas.
Ganamos con el 70% de los votos, frente a un 30%.
Si hubiéramos tenido un mínimo de competitividad y si el tercio de los venezolanos que vive en el extranjero hubiera podido votar, habríamos ganado con el 90% de los votos y ellos apenas habrían recibido un 10%.
Dime qué país del mundo tiene al 90% de su población, una cifra que además va en aumento, alineada con un solo propósito.
No hay armas que puedan detener esto.
¿Qué papel va a jugar usted el 10 de enero?
El 10 de enero voy a jugar el mismo papel que jugaré el 9 y el 11. Estaré acompañando a los venezolanos como siempre.
Aunque la oposición mostró las actas que certifican su legitimidad, este sería un escenario que recuerda mucho lo ocurrido en 2019 con Juan Guaidó cuando se proclamó presidente encargado de Venezuela tras desconocer la legitimidad de las elecciones de mayo de 2018.
¿Que puede hacer la oposición para que el resultado final sea diferente esta vez?
Todo es diferente.
Cualquiera que conozca un poco Venezuela puede darse cuenta de que no solamente es otro régimen, es otro contexto global.
Y, sobre todo, es otro país.
Es un país que eligió con sus votos, primero un liderazgo el 22 de octubre en las primarias y después un presidente electo el 28 de julio.
Eso nunca antes había ocurrido.
Además, demostramos la victoria y eso es algo que nadie esperaba. Muchísimo menos el régimen.
Hoy todos, absolutamente todos los venezolanos y el resto del mundo saben que Maduro sufrió una derrota monumental.
Muy especialmente lo saben los militares.
Hoy lo único que le queda a Maduro es la represión. Maduro sabe que no hay manera de que pueda permanecer en el poder, excepto utilizando la violencia y eso es insostenible.
Por eso, este es el momento para que la comunidad democrática internacional eleve su voz.
Tienen que hacerle entender a aquellos hombres y mujeres que hoy están recibiendo instrucciones de amenazar, de reprimir o de disparar contra ciudadanos indefensos que están tomando una decisión que va a afectar toda su vida.
Los que se sumen serán bienvenidos y este es el momento de tomar esa decisión.
Maduro está pidiendo una recompensa por González y usted misma está acusada de graves delitos, ¿temen ser detenidos?
Bueno, lo que yo me pregunto es por qué no ofrecen nada por mí.
Lo que pasa que estos tipos no entienden nada. Ellos siguen juzgando con sus propios parámetros.
Nosotros hemos construido un movimiento social y cultural que ha transformado Venezuela.
Lo hemos hecho sin plata, sin medios de comunicación y sin armas. Sin ningún tipo de apoyo internacional, más allá de la diplomacia, y mira dónde estamos.
A Maduro ya lo derrotamos, lo derrotamos en las calles, lo derrotamos en los corazones de los venezolanos y los derrotamos en los votos.
¿Qué queda? Tras la derrota de Maduro, en Venezuela hay una ocupación territorial y eso es lo que falta por resolver.
Pero el país está unido. Esto trasciende cualquier planteamiento individual. Esta es una causa que nos supera a todos.
Podemos esperar de nuevo que unos países reconozcan a González y que otros hagan lo mismo Maduro, pero ¿qué cambia respecto a lo que hemos visto en el pasado? Maduro ha sobrevivido así muchos años.
Maduro ya está derrotado y cada día está más solo.
Al final, es una decisión que hemos tomado los venezolanos.
Ya la tomamos y ahora la vamos a hacer respetar.
¿En una entrevista con BBC Mundo en 2019, usted dijo que el gobierno de Maduro sólo dejaría el poder ante la amenaza inminente del uso de la fuerza. ¿Sigue pensando que esa es la única vida?
Fuerza no es violencia. Es algo que he dicho miles de veces y también lo dije aquel día.
Nosotros tenemos la fuerza cívica, la fuerza ciudadana que ahora se moviliza pacíficamente.
Las armas y la violencia las tienen ellos.
Lo nuestro es fuerza moral, fuerza ciudadana y algo que también es importante: fuerza espiritual.
Ahora usted está haciendo un llamado a salir a las calles el próximo 9 de enero, pero hay miedo por la represión y las detenciones. Aproximadamente 24 personas murieron en las protestas posteriores a la elección presidencial.
¿Por qué la gente debería salir a las calles en un momento de tan alta tensión y con tantos efectivos militares desplegados en el país?
Si estamos todos juntos no hay represión posible.
No hay manera de que unos cuántos miles puedan reprimir a 30 millones de venezolanos. No hay manera.
Por eso, el 9 de enero tenemos que estar todos juntos, para protegernos unos a otros, y eso sí, llevando a nuestros hijos, a nuestros abuelos, a nuestros vecinos.
Venezuela se va a encontrar y se va a abrazar. El amor supera todos los miedos.
Desde las elecciones del 28 de julio hay una orden de arresto en su contra y ha debido refugiarse. ¿Cómo han sido estos meses viviendo en la clandestinidad?
Han sido muy distintos.
La verdad es que he tenido tanto trabajo que no he podido ni siquiera ponerme a pensar en todos los cambios que ha habido en mi vida.
Estoy absolutamente sola. No veo a nadie, salvo por las pantallas a través de las cuales estoy en contacto con miles y miles de venezolanos y con los equipos todos los días.
Pero estas son las pruebas que nos pone la vida y que nos hace reinventarnos.
¿Mirando hacia afuera, Trump volverá al poder el 20 de enero, con Marco Rubio como secretario de Estado, ¿qué les pide a Rubio y a Trump?
Creo que las demostraciones que ha dado el presidente Trump sobre la importancia y la prioridad que tendrá América Latina en su gobierno son inequívocas.
Basta con ver quiénes son las personas que ha nominado o designado: Marco Rubio, Christopher Landau, Michael Waltz, Richard Grenell, Mauricio Claver-Carone.
Son cinco personas que conocen la situación de América Latina a fondo y en particular la de Venezuela.
Entienden cuáles son las amenazas que se ciernen sobre y desde la región hacia la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Entienden que desde el punto de vista de seguridad nacional, la situación de Venezuela es el conflicto más importante a resolver.
Venezuela es hoy el hub criminal de las Américas.
Nosotros, nuestra administración, vamos a convertir al país en el hub energético de las Américas.
¿No teme cierto entendimiento de EE.UU. con Maduro, porque a Trump le interesa a frenar la migración y también puede que Venezuela no sea de tanto interés para su gobierno con tantos conflictos internacionales como la guerra de Ucrania, el conflicto en Medio Oriente o la rivalidad con China?
Eso es subestimar la inteligencia y la claridad del presidente Trump.
La única manera de resolver el problema de la migración, no sólo para Estados Unidos sino para toda la región, es con una transición a la democracia.
Si Maduro se queda por la fuerza, podríamos estar viendo 4 o 5 millones de venezolanos huyendo por las fronteras en los próximos meses.
La única manera de desmontar las redes, los grupos y las bandas criminales que se han ido extendiendo por todo el hemisferio, y que son patrocinadas por el régimen, es precisamente abordando el problema de manera bilateral, entre los países que hoy tienen alguno de estos individuos y desde los centros de operaciones que están en territorio venezolano, donde operan con absoluta impunidad y en muchos casos incluso están vinculados con el régimen.
Así que no subestimemos la información, la inteligencia y la determinación, no solamente del presidente Trump, sino del equipo que ha ido designando.
Por último, ¿qué les dice a los venezolanos que han perdido la fe en que algo va a cambiar?
Yo no los conozco. No conozco a venezolanos que hayan perdido la fe. Yo veo a puros venezolanos que están absolutamente emocionados.
¿Nos hemos llevado golpes? Sí, hemos tenido muchas pérdidas, todos hemos cometido errores.
Nos hemos caído, pero nos hemos levantado y hemos aprendido.
Yo hoy a los venezolanos los veo llenos de energía.
Los que están en Londres, en Tucupita, en Lima o en Naiguatá, todos somos igualmente necesarios.
Toda Venezuela va a salir junta a las calles este 9 de enero. Abrazándonos y con un grito de libertad.
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