Cómo la temperatura de interiores afecta a los adultos mayores
Las temperaturas interiores afectan la atención en adultos mayores. Estudio urge políticas climáticas para proteger la salud cognitiva en un mundo más cálido
Bajo condiciones normales, el sudor ayuda a regular la temperatura corporal, pero en situaciones de calor extremo, este mecanismo puede fallar. Crédito: Yau Ming Low | Shutterstock
Un nuevo estudio ha arrojado luz sobre cómo las temperaturas interiores pueden influir en el rendimiento cognitivo de los adultos mayores, destacando un vínculo directo entre el entorno doméstico y la salud mental en un contexto de cambio climático.
Realizado por el Instituto Hinda y Arthur Marcus para la Investigación del Envejecimiento, afiliado a la Facultad de Medicina de Harvard, la investigación observacional siguió a 47 adultos de 65 años o más durante un año.
Los resultados muestran que las temperaturas de entre 68 y 75 ˚F (20 y 24 ˚C) son óptimas para mantener la atención, mientras que desviaciones de 7 ˚F (4 ˚C) en cualquier dirección duplican las probabilidades de experimentar dificultades cognitivas.
El estudio, titulado “Temperatura ambiente del hogar y atención autoinformada en adultos mayores que viven en la comunidad”, fue publicado en el Journal of Gerontology: Medical Sciences. Los hallazgos refuerzan la creciente evidencia de que los efectos del cambio climático van más allá de la salud física y afectan directamente el funcionamiento cognitivo de una población particularmente vulnerable.
Amir Baniassadi, PhD, autor principal del estudio, subrayó la relevancia de los resultados. “Nuestros hallazgos destacan la importancia de comprender cómo los factores ambientales, como la temperatura interior, influyen en la salud cognitiva de las personas mayores”, explicó.
Según Baniassadi, el incremento de las temperaturas globales podría amplificar estos riesgos, especialmente para las comunidades de bajos ingresos, que a menudo carecen de los recursos necesarios para mantener ambientes domésticos adecuados.
Los datos indican que muchos adultos mayores ya enfrentan condiciones climáticas interiores perjudiciales. Esta realidad pone de manifiesto la urgencia de desarrollar intervenciones que garanticen la resiliencia climática, priorizando la protección de una población que está en riesgo creciente debido al cambio climático.
Mejorar la eficiencia energética de las casas
La investigación también destaca la necesidad de implementar medidas como la optimización de las temperaturas mediante tecnologías domésticas inteligentes y la mejora de la eficiencia energética en las viviendas. Estas soluciones podrían ser particularmente beneficiosas para las comunidades marginadas, donde los recursos para regular las temperaturas interiores son limitados.
La conexión entre las condiciones climáticas y la salud cognitiva ha sido estudiada previamente. Un trabajo realizado en 2023 reveló cómo las variaciones de temperatura afectan tanto el sueño como las capacidades cognitivas en adultos mayores. Sin embargo, el estudio actual amplía este conocimiento al enfocarse en las temperaturas interiores como un factor crítico para el rendimiento mental.
Las implicaciones de este hallazgo son significativas. A medida que las temperaturas globales continúan en ascenso, las olas de calor extremo y los inviernos más fríos podrían exacerbar los problemas de atención y memoria en adultos mayores. Este fenómeno tiene el potencial de afectar la calidad de vida y aumentar los costos de atención médica, subrayando la necesidad de tomar medidas preventivas.
Entre las soluciones propuestas se encuentran políticas públicas que incentiven la construcción de viviendas energéticamente eficientes y que integren tecnologías de control de temperatura accesibles. Estas medidas no solo ayudarían a mitigar los efectos del cambio climático, sino que también mejorarían la calidad de vida de las personas mayores.
El estudio también llama la atención sobre la desigualdad climática, ya que las comunidades de bajos ingresos son las más afectadas por la falta de acceso a tecnologías de regulación térmica. Este aspecto destaca la necesidad de diseñar políticas que prioricen a las poblaciones vulnerables, garantizando que todos tengan acceso a entornos domésticos seguros y saludables.
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