Las palabras vacías de Trump ignoran el alto precio que los estadounidenses podrían pagar por su presidencia
Las prioridades planteadas por la administración Trump dejan claro que su trabajo no se centrará en recortar los costos para el pueblo estadounidense
Ahora que Donald J. Trump vuelve a ejercer como presidente de Estados Unidos, muchos estadounidenses se plantean una pregunta sencilla: ¿su administración protegerá nuestros bolsillos, nuestro estilo de vida y nuestra salud? Mientras queremos que nuestro gobierno haga precisamente eso, Trump centró su primer discurso como el 47º presidente de Estados Unidos en el alarmismo y las guerras culturales.
Las prioridades planteadas por la administración Trump dejan claro que su trabajo no se centrará en recortar los costos para el pueblo estadounidense. En cambio, se están preparando para recortar programas vitales de los que dependen los estadounidenses, desde la atención médica hasta la infraestructura. También planean purgar a los funcionarios públicos apolíticos de las agencias gubernamentales, socavando los mismos sistemas diseñados para protegernos. Este no es un gobierno para el pueblo; es un gobierno para los poderosos, centrado en el enriquecimiento personal y los intereses especiales a expensas de los estadounidenses comunes.
Seamos realistas: mientras muchos estadounidenses luchan contra el alto costo de vida, Trump está heredando una macroeconomía que cualquier presidente envidiaría. La inflación está cerca de su nivel más bajo desde 2021. La administración Biden-Harris creó 16 millones de empleos. La tasa de desempleo se ha mantenido en torno al 4% durante uno de los períodos más prolongados en medio siglo. Ahora, Trump corre el riesgo de desperdiciar este progreso al tomar medidas irresponsables como suspender el reasentamiento de refugiados, que ha ayudado a impulsar las economías locales en todo el país.
En vez, los estadounidenses deberían prepararse para el aumento del costo de vida con las políticas económicas de Trump. Se espera que sus planes de implementar aranceles sustanciales a todas las importaciones, incluidas las de China y México, aumentarán los precios de bienes como comestibles, muebles, juguetes y ropa. Además, estos aranceles podrían incentivar a las empresas a trasladar sus operaciones de fabricación al extranjero, lo que podría desplazar empleos estadounidenses y dañar nuestra economía. Si se implementaran las políticas fiscales y económicas de Trump, el crecimiento económico de Estados Unidos en realidad se desaceleraría.
Trump también ha señalado sus intenciones de implementar recortes significativos de gastos en varios programas federales. Un elemento clave de esta iniciativa es la creación de un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, dirigido por el multimillonario tecnológico Elon Musk, que aspira a reducir hasta 2 billones de dólares en gastos gubernamentales para julio de 2026. Este ambicioso objetivo requerirá recortar el gasto en algunas áreas importantes, como la educación, la atención médica y los servicios sociales. Por ejemplo, existen preocupaciones sobre recortes sustanciales en programas de cuidado infantil y matrícula universitaria, que podrían afectar negativamente a las comunidades de bajos ingresos. Además, la administración Trump está ansiosa por eliminar el Departamento de Educación en nombre de la lucha contra guerras culturales, lo cual podría afectar gravemente servicios de los que dependen innumerables estadounidenses.
La purga de funcionarios públicos (científicos, ingenieros y expertos en salud pública) que ha propuesto Trump resultará ser una de sus propuestas más peligrosas. Eliminar a 50,000 funcionarios de carrera y reemplazarlos por partidarios políticos muestra un nivel de corrupción que los estadounidenses no tolerarán. Esta estrategia creará un clima de miedo entre los trabajadores federales y solo ralentizará los servicios que los estadounidenses necesitan.
Demasiadas veces, Washington no ha abordado las preocupaciones reales de las familias trabajadoras. La administración de Trump no muestra señales de revertir esa tendencia. A pesar de su retórica de campaña, los republicanos MAGA carecen de planes sustanciales para abordar los problemas que más importan, como controlar la inflación, reducir los costos de la vivienda y hacer que la atención médica sea más asequible. En vez, esta administración planea enfocarse en consolidar el poder, enriquecerse y recompensar a donantes multimillonarios como Musk, que ejemplifican la oligarquía MAGA.
En su discurso inaugural, Trump habló de alejar al país de las inversiones en energía limpia, chantajeando que “perforaremos, cariño, perforaremos”. Esta retórica ignora la realidad de un país que solo sufrirá más, tanto económicamente como personalmente, por los desastres climáticos. Tampoco reconoce que Estados Unidos produjo más petróleo en los últimos cuatro años que nunca.
Los estadounidenses merecen algo mejor que un gobierno que sólo trabaja para los ricos y los que tienen buenos contactos. Aunque Trump habla mucho de defender a la clase media, sus acciones revelan una profunda indiferencia hacia sus luchas. Debemos exigirle a su administración que rinda cuentas y priorice las necesidades de las personas a las que fue elegido para servir. Los estadounidenses están observando y no olvidarán quiénes los apoyaron y quiénes los traicionaron.
(*) Laura Rodriguez es vicepresidenta senior de Asuntos Gubernamentales para el Center for American Progress. Este texto fue publicado en inglés en Inside Sources.
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