Confirman que la microbios intestinales están conectados con la ansiedad
Científicos descubren que los microbios intestinales regulan la ansiedad. Su estudio sugiere que probióticos e indoles podrían ser clave en nuevas terapias
![Qué es la microbiota intestinal y cómo mantenerla sana](https://laopinion.com/wp-content/uploads/sites/3/2023/05/microbiota_shutterstock_1984197080.jpg?resize=480,270&quality=80)
Buscan diseñar terapias dirigidas a modular la microbiota para reducir la ansiedad. Crédito: Helena Nechaeva | Shutterstock
Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de Duke-NUS y el Instituto Nacional de Neurociencias ha revelado un vínculo crucial entre la microbiota intestinal y la ansiedad, un hallazgo que podría revolucionar el tratamiento de los trastornos de salud mental.
Publicado en EMBO Molecular Medicine, el estudio sugiere que ciertos metabolitos microbianos, los indoles, tienen un papel clave en la regulación de la actividad cerebral relacionada con la ansiedad.
![Crédito: Pxhere](https://laopinion.com/wp-content/uploads/sites/3/2019/12/pastillas-pxhere.jpg?resize=100,100&quality=80)
Los trastornos de ansiedad y depresión han ido en aumento en todo el mundo, y Singapur no es la excepción. Un estudio nacional indica que uno de cada siete singapurenses ha padecido alguna condición de salud mental, y en 2019 estas enfermedades estuvieron entre las principales causas de carga de enfermedad en el país.
Ante esta realidad, los investigadores decidieron explorar si el ecosistema microbiano del intestino podría influir en la regulación de la ansiedad. Realizaron estudios preclínicos en modelos animales, comparando el comportamiento de ratones criados en entornos sin gérmenes con otros que tenían microbiota intestinal normal.
Los resultados revelaron que los ratones sin microbios mostraban una mayor tendencia a la ansiedad en comparación con aquellos con microbiota intacta. Al analizar sus cerebros, se observó una hiperactividad en la amígdala basolateral (BLA), una región clave en el procesamiento de emociones como el miedo y la ansiedad.
Un hallazgo fundamental del estudio fue el papel de los canales SK2, proteínas especializadas en las neuronas de la BLA que regulan la excitabilidad neuronal. En ratones sin microbiota, estos canales no cumplían su función de “freno”, permitiendo que las neuronas se activaran de manera excesiva, lo que contribuía a una mayor ansiedad.
Sin embargo, cuando los investigadores introdujeron microbiota viva en estos ratones, la actividad neuronal volvió a niveles normales y los comportamientos ansiosos se redujeron significativamente.
Más allá de la presencia de microbios, los investigadores querían entender qué productos de la microbiota estaban involucrados en este proceso. Descubrieron que los indoles, compuestos derivados de la digestión de ciertos aminoácidos por bacterias intestinales, tenían un efecto regulador en la actividad neuronal de la amígdala.
Terapias para la microbiota que reduzcan la ansiedad
Cuando administraron indoles a ratones sin microbiota, la hiperactividad neuronal disminuyó y su comportamiento se asemejó al de ratones con microbiota saludable.
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El profesor asociado Shawn Je, uno de los autores principales del estudio, explicó que estos hallazgos revelan un mecanismo biológico detallado que conecta la microbiota con la salud mental.
“Los ratones sin microbiota mostraron niveles más altos de ansiedad porque su cerebro no regulaba adecuadamente las señales de miedo y estrés”, señaló Je. Este descubrimiento abre la posibilidad de diseñar terapias dirigidas a modular la microbiota para reducir la ansiedad.
El profesor Sven Pettersson, otro de los líderes del estudio, señaló que los indoles han sido identificados en otros contextos biológicos, como la leche materna y las plantas sometidas a estrés. Según él, estas moléculas podrían actuar como reguladores evolutivos de la ansiedad, ayudando a los organismos a adaptarse a entornos cambiantes.
Su hipótesis sugiere que niveles bajos de indoles en la sangre podrían correlacionarse con una mayor vulnerabilidad al estrés y a la ansiedad, lo que implicaría un potencial biomarcador para evaluar el riesgo de trastornos de ansiedad en humanos.
Estos hallazgos tienen implicaciones terapéuticas prometedoras. La posibilidad de intervenir el eje intestino-cerebro mediante probióticos diseñados para estimular la producción de indoles podría representar una nueva vía de tratamiento para la ansiedad.
El equipo de investigación planea avanzar hacia ensayos clínicos en humanos para evaluar si los suplementos de indoles o probióticos específicos pueden ser una estrategia efectiva contra la ansiedad.
Si estos ensayos confirman los hallazgos en humanos, este descubrimiento podría marcar el inicio de una nueva era en el tratamiento de la salud mental, en la que equilibrar la microbiota intestinal sea una herramienta clave para mantener la calma y el bienestar emocional.
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