Un edulcorante artificial provoca inflamación de los vasos sanguíneos: experimento

Un estudio revela que el aspartamo eleva la insulina y promueve la aterosclerosis al activar CX3CL1. Investigadores planean estudios en humanos para confirmar

Arterias tapadas: alimentos simples que pueden mejorar la circulación

A medida que crecen los depósitos de placa, se produce una afección llamada aterosclerosis, que hace que las arterias se estrechen y endurezcan. Crédito: Rocos | Shutterstock

Una nueva investigación publicada en Cell Metabolism ha revelado que el aspartamo, uno de los edulcorantes artificiales más utilizados en la industria alimentaria, podría tener efectos negativos en la salud cardiovascular.

A pesar de su popularidad en productos como refrescos dietéticos y alimentos sin azúcar, este sustituto del azúcar parece estar vinculado a la aterosclerosis, una afección caracterizada por la acumulación de placas de grasa en las arterias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

El estudio surgió de una observación casual cuando el investigador Yihai Cao, del Instituto Karolinska de Suecia, notó que uno de sus estudiantes bebía un refresco sin azúcar durante una reunión. Intrigado, decidió investigar más a fondo los efectos del aspartamo en el sistema vascular.

Hasta el momento, diversas investigaciones habían sugerido una relación entre los edulcorantes artificiales y enfermedades como la diabetes y los problemas cardiovasculares, pero los mecanismos biológicos detrás de esta asociación no estaban claros.

Para este experimento, los investigadores alimentaron a un grupo de ratones con una dieta que incluía un 0,15% de aspartamo durante 12 semanas, equivalente al consumo diario de aproximadamente tres latas de refresco dietético en humanos.

Aspartamo y los niveles de insulina

Al final del estudio, los ratones expuestos al edulcorante presentaron placas de grasa más grandes en sus arterias y un aumento en los niveles de inflamación en comparación con aquellos que no habían consumido aspartamo.

Uno de los hallazgos clave fue el impacto del aspartamo en los niveles de insulina. Tras analizar la sangre de los ratones, los investigadores descubrieron que este edulcorante provocaba una liberación excesiva de insulina en el organismo.

Esto se debe a que la boca, los intestinos y otros tejidos del cuerpo poseen receptores que detectan el dulzor, lo que influye en la liberación de esta hormona. Sin embargo, debido a que el aspartamo es aproximadamente 200 veces más dulce que el azúcar, parecía engañar a los receptores, estimulando una producción mayor de insulina de lo normal.

El equipo de investigadores también identificó un mecanismo que vincula la insulina elevada con la acumulación de placas en las arterias. Descubrieron que una señal inmunológica específica, llamada CX3CL1, se activa de manera significativa en presencia de niveles elevados de insulina.

A diferencia de otras sustancias que el torrente sanguíneo elimina rápidamente, CX3CL1 se adhiere al revestimiento de los vasos sanguíneos, atrapando células inmunitarias a su paso. Este proceso, a su vez, promueve la inflamación y contribuye al desarrollo de aterosclerosis.

Para confirmar esta hipótesis, los científicos realizaron un experimento adicional en el que eliminaron los receptores CX3CL1 de ciertas células inmunes en ratones que habían sido alimentados con aspartamo. Estos ratones no desarrollaron placas en las arterias, lo que sugiere que la activación de CX3CL1 es un factor clave en los efectos negativos del edulcorante sobre la salud cardiovascular.

A raíz de estos hallazgos, los investigadores planean realizar estudios en humanos para determinar si los efectos observados en ratones se replican en personas que consumen aspartamo con regularidad.

Dado que estos productos están ampliamente presentes en la alimentación moderna, es fundamental seguir investigando sus posibles riesgos y beneficios. Cao enfatiza la importancia de conocer los efectos de estos compuestos antes de considerarlos alternativas completamente seguras al azúcar.

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