Comunidad Trans se prepara contra las redadas de Trump
El miedo se ha apoderado de la población Trans de Los Ángeles frente las deportaciones, la eliminación de servicios de salud y el acceso a programas básicos
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El abogado de migración Osvaldo Vargas llegó a Bienestar para conversar con la comunidad LGBTQ+ sobre sus derechos frente a una redada. Crédito: Jacqueline Llamas | Cortesía
Hace casi dos años que Keyromi, una mujer Trans guatemalteca, llegó a Los Ángeles en busca de seguridad y de poder desarrollar una vida libre de señalamientos y escarnio.
Sin embargo, los programas de deportación masiva del presidente Trump, y su decisión de revertir las protecciones contra la discriminación para las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBTQ+) en cuanto a servicios de salud y bienestar financiados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, las ha puesto al borde de sufrir un ataque de nervios.
“Me siento frustrada con mucho miedo de que nos puedan deportar. No hay día y noche, en que podamos estar 100% tranquilas, siempre tenemos el temor de que algo pueda suceder”, dice Keyromi.
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Tras ser víctima del odio en Guatemala y herida siete veces en el estómago, dejó su país en busca de protección.
“Al llegar hice una solicitud de asilo político. Me dieron un número de seguro social y un permiso de trabajo. En enero tengo mi primera corte para ver si me autorizan el asilo”, dice.
Pero con todas las acciones que está tomando la administración Trump, Keyromi, se siente muy frustrada y con miedo a una deportación.
“Con Trump ya no existimos. Él ha metido el odio para que nos pueda agredir cuando hemos llegado aquí, buscando un país libre de discriminación y que supuestamente nos iba a proteger”.
Keyromi era educadora en salud y nutrición en Guatemala, además de activista por los derechos de la comunidad LGBTQ+. En Los Ángeles se gana la vida como peluquera y es voluntaria de la organización Bienestar.
“Mi gran miedo es que me nieguen el asilo y regresar a Guatemala donde tenemos una vida muy patriarcal que nos ha hecho mucho daño”, dice afligida.
Admite que se siente nerviosa y devastada.
“A diario estamos con una angustia, desde que te levantas hasta que anochece. Las personas Trans somos seres humanos que pagamos impuestos, pero también sentimos, vivimos, lloramos y nos duele que nos quieran desaparecer”.
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Debido al clima de terror que se ha apoderado de la comunidad Trans frente a las acciones de Trump, la organización Bienestar del Este de Los Ángeles y su grupo Transgéneros Unidas llevaron a cabo un taller informativo sobre migración y la comunidad transgénero.
“En verdad nuestra comunidad Trans está ansiosa, estresada, deprimida con miedo a que las vayan a deportar”, dice Brenda del Río González coordinadora de Transgéneros Unidos de Bienestar.
“Antes de Trump, habíamos avanzado 20 pasos, ahora hemos retrocedido 40. Este presidente está en contra de los latinos y de la comunidad LGBTQ y Trans”, agrega.
Del Río dice que no es justo que un nuevo gobierno venga a oprimirlas más.
“Es ridículo y anticonstitucional que nos quieran tratar como ciudadanos de segunda categoría, y que nos quieran negar el derecho a la transición y a participar en las fuerzas militares”.
Miembros de la comunidad Trans llevaron a cabo el fin de semana una marcha en Long Beach para levantar sus voces contra las injusticias y la intolerancia.
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Apenas llegó al poder, Trump firmó órdenes ejecutivas que proclaman que el gobierno de Estados Unidos sólo reconocerá dos sexos, masculino y femenino, y puso fin a lo que llamó programas “radicales y derrochadores” de diversidad, equidad e inclusión dentro de las agencias federales.
Pero además excluyó a la comunidad Trans de las fuerzas militares, diciendo esencialmente que cualquiera a quien se le diagnostique con disforia de género, es decir, la angustia que siente alguien cuando el sexo con el que nació y su identidad de género no coinciden, no puede servir en el ejército.
“El 40% de nuestra comunidad Trans son solicitantes de asilo, de la Visa U para víctimas de crímenes y de VAWA para quienes han estado casados con ciudadanos que han ejercido violencia doméstica”, dice Del Río.
Recomienda a las mujeres Trans que traigan su documentación de migración en su cartera.
“Les pedimos que se mantengan tranquilas. No están solas; y recuerden que Bienestar es su refugio”.
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El bufete del abogado en migración Osvaldo Vargas, especializado en casos de asilo para mujeres Trans, ofreció una plática en la clínica de Bienestar del Este de Los Ángeles.
“La Cuarta Enmienda indica que para un arresto en una casa, se necesita una orden judicial que debe estar firmada por un juez federal, llevar el nombre correctamente bien escrito de la persona que se pretende arrestar, la dirección y deben fijarse que la fecha del documento no haya expirado”, dice el abogado Vargas.
Afirma que en caso de una orden de arresto en un lugar público, tienen derecho a guardar silencio, a requerir un abogado y a hacer una llamada telefónica.
“Si no le dan acceso a un abogado y a hablar con un consulado, se les puede demandar si los deportan. Incluso eso puede hacer que Migración se vea obligada a traer de regreso a la persona deportada”.
El abogado asegura que la población Trans es una comunidad vulnerable a la que le han pisoteado sus derechos históricamente, y ahora le han quitado las ayudas federales para que siga con sus tratamientos de transición.
“Además tienen miedo de regresar a sus países porque la mayoría de las veces han sido violentadas y no tienen ninguna protección. Al llegar aquí pueden calificar para el asilo, y si en este país son atacadas, se les presenta la opción de la Visa U”.
La platica organizada por Bienestar, dice el abogado, permitió que la comunidad Trans angelina comience a informarse sobre sus derechos, planee su defensa y armar casos.
Kayromi dice que la conversación con el abogado de migración fue como una luz al final del túnel para buscar ese apoyo que tanto necesitan.