Cierran planta de reciclaje de metales en Watts
Comunidad celebra el cierre de la empresa Atlas Iron & Metal Company que contaminaba la zona

Jordan H.S. está a lado de la recicladora Atlas Iron & Metal Company. Crédito: LAUSD | Cortesía
Mientras que familias que residen en el vecindario de Watts y estudiantes de la secundaria Jordan High School celebran el cierre de la empresa de recuperación y reciclaje de metales Atlas Iron & Metal Company, uno de sus dueños permanece tras las rejas.
El 10 de marzo, la Fiscalía de Distrito de Los Ángeles presentó una moción solicitando al Tribunal Superior la revocación de la libertad condicional de Matthew y Gary Weisenberg , alegando múltiples violaciones de las condiciones de liberación de material tóxico ordenadas por el tribunal y continuas amenazas a la seguridad pública.
El juez Terry Bork fijó una fianza de $1 millón de dólares para Matthew Weisenberg y de $100,000 para su padre, Gary Weisenberg. El tribunal también ordenó a la empresa Atlas Iron & Metal Company someterse a inspecciones semanales del Departamento de Control de Sustancias Tóxicas (DTSC).
El juez enfatizó que la fianza de Gary Weisenberg se fijó el viernes en $100,000 dólares tras la presentación de una solicitud de emergencia para su liberación de la cárcel del condado por “razones médicas urgentes”.
Padre e hijo han sido imputados de 25 cargos por la eliminación ilegal de residuos peligrosos, algunos de los cuales fueron depositados presuntamente en los terrenos de Jordan High School.

Además, una investigación reciente del DTSC determinó que en Atlas Iron & Metal Company había contenedores de acetileno, un gas altamente inflamable.
Gary Weisenberg fue liberado el sábado bajo fianza, según los registros de la cárcel, pero su hijo no corrió la misma suerte.
El abogado de Matthew, Jacob Gluck, solicitó sin éxito al juez que fijara la misma fianza para su cliente, hijo de Gary, alegando que le preocupaba que la cantidad de un millón de dólares fuera “simplemente inalcanzable” y que su cliente “ha entendido el mensaje sobre la importancia del cumplimiento” de las ordenes de operatividad de la empresa. Hasta el cierre de esta edición, Matthew permanecía bajo custodia.
Mientras tanto, el juez ordenó a la empresa no recibir ningún cargamento de chatarra hasta que firmara los protocolos revisados, y expresó su esperanza de que se pudiera hacer “con celeridad”.
No más tanques de gas
Cerrada bajo candados, la empresa tiene prohibido aceptar cilindros o tanques de gas chatarra, estará sujeta a visitas periódicas y sin previo aviso del Departamento de Control de Sustancias Tóxicas. El juez indicó que necesita una mayor supervisión regulatoria en las instalaciones, según declaró.
Al caso legal inició con 24 cargos en contra de Atlas Iron & Metal Company, encabezado por el ex fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón.

Pero en septiembre de 2024, Gascón agregó un cargo adicional por la explosión de un depósito de chatarra que sacudió a la escuela secundaria el primer día de clases, el 12 de agosto, lo que elevó el número de cargos a 25.
Tras el arresto y encarcelamiento de padre e hijo, el nuevo fiscal, Nathan Hochman, catalogó que el cierre de la compañía fue “un histórico día ara Watts, Jordan High School y el sistema de justicia penal”.
“Por primera vez, tras décadas de poner en peligro a niños con proyectiles metálicos y residuos peligrosos, se ha ordenado a Atlas Metal que deje de aceptar y procesar material nuevo, lo que prácticamente ha cesado sus operaciones”, dijo Hochman.
En el tribunal, se alega que, durante décadas, Atlas Metal ha permitido imprudentemente el lanzamiento de metralla letal sobre el terreno de la Preparatoria Jordan, contaminándola con plomo y otras sustancias químicas tóxicas.
“Durante 70 años, Atlas Metal ha obtenido todas las ganancias y los niños de la Preparatoria Jordan han asumido todos los riesgos”, precisó el fiscal Hochman, quien aseguró que la situación no podía continuar y que, bajo su supervisión, los delitos ambientales serán castigados con todo el rigor de la ley, y quienes amenacen la seguridad pública, especialmente quienes dañen a niños, tendrán que rendir cuentas.
Estudiantes de Jordan High School celebran
“Ya no vamos a tener que respirar los malos olores de los químicos que procesaban en esta compañía”, festejó Génesis López, una estudiante de 18 años. “En el día salía humo y olía feo, pero nunca pensé que viniera de esa compañía”.
Por su parte, Edwin Barajas, de 17 años, quien caminaba por el frente de Atlas Metal manifestó que en ese sitio “siempre huele a pedo”.
“¡Por fin cerraron ese lugar!”, dijo el estudiante. “Cuando salíamos al campo deportivo de la escuela había que tener mucho cuidado con los pedazos de metal que volaban por el aire; el otro día escuchamos una explosión y se oyó ¡pum!, y hasta creímos que habían detonado explosivos”.
Los cargos contra el padre y el hijo Weisenberg y la empresa incluyen la eliminación de residuos peligrosos -aun sabiéndolo- en un sitio sin permiso, el depósito de residuos peligrosos, falta de mantenimiento u operación de una instalación para minimizar la posibilidad de incendio o explosión, y alteración del orden público.
Además, las muestras de suelo tomadas de un área de la preparatoria Jordan adyacente a la empresa “mostraron concentraciones excesivas de plomo y zinc”, según la fiscalía de distrito del condado, que alegó que las muestras encontradas contenían concentraciones masivas de siete metales.
El caso penal contra Atlas Iron & Metal Company marcó el último enredo legal para la empresa, que fue demandada en 2020 por el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD). Ningún directivo escolar estuvo disponible para entrevistas.
La señora Emma Cool, quien ha vivido durante 15 años en el vecindario y muy cerca de la compañía procesadora de metales, agradeció que las autoridades hayan trabajado para brindarles justicia ambiental.
“Ya era hora de que los pararan de estar contaminando”, dijo la mujer de 39 años, quien está embarazada de ocho meses.
“No quiero que mi hijo nazca y vaya a sufrir problemas de respiración por culpa de quienes envenenan el aire”, dijo a La Opinión.
La señora Sonia Sanabria, quien vive en el Proyecto de Viviendas Jordan Downs manifestó que el cierre de la empresa “es una victoria grande para la comunidad”.
“No sé si haya sido culpa de ellos [los Weisenberg ], pero mi hijo Jordany Cortés, que ahora tiene 20 años, durante varios años sufría constantemente de alergias”.
Sobre el alto dictaminado en contra de Atlas Iron & Metal Company, el concejal de Los Ángeles, Tim McOsker dijo: “La decisión del juez [Terry Bork] de cerrar las operaciones de Atlas Iron & Metal Company es una victoria para Watts y un testimonio de la incansable defensa de Tim Watkins, del Comité de Acción Comunitaria Laboral de Watts (WLCAC), la Iniciativa Better Watts, los estudiantes de Jordan High y todos los activistas que lucharon por la justicia ambiental”.
“La comunidad de Watts ha soportado la exposición a sustancias tóxicas durante demasiado tiempo y este es un paso para garantizar que todos los residentes puedan vivir, aprender y prosperar en un entorno seguro y saludable”.
Sin precedentes: Tim Watkins
“Esto no tiene precedentes en la historia de Watts”, declaró Tim Watkins, director ejecutivo del WLCAC. “Esta es la primera vez que la comunidad ha desafiado a un contaminador y ha ganado. El futuro de los delincuentes ambientales en nuestra comunidad es inminente, y esperamos un futuro más limpio y saludable para los niños de Watts”.
Watkins, de 71 años de edad, ha luchado durante los últimos 15 años contra la contaminación ambiental de Atlas Iron & Metal Company, un desguace de metales cerca de la preparatoria Jordan High School.
“El uso histórico de plomo en automóviles y combustible, ha provocado la contaminación del suelo y el agua”, declaró Watkins, a La Opinión.