Toyota y Honda se unen para resistir los aranceles de Trump

Para enfrentar los altos costos de importación, dos históricos rivales japoneses, Toyota y Honda, han formado una alianza estratégica

2025 Toyota Crown

2025 Toyota Crown. Crédito: Toyota. Crédito: Cortesía

La industria automotriz estadounidense atraviesa una transformación profunda, impulsada no solo por la evolución hacia los autos eléctricos, sino también por la política comercial.

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En el centro de esta sacudida se encuentran las medidas arancelarias impuestas por el presidente Donald Trump, que han alterado radicalmente la forma en que los fabricantes globales operan en el país.

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Frente a este escenario desafiante, dos de los mayores rivales históricos de Japón, Toyota y Honda, han decidido dejar atrás la competencia para formar una alianza estratégica. Su objetivo: sortear los aranceles, reducir costos y asegurar su posición en el mercado norteamericano.

Desde la llegada de las políticas comerciales proteccionistas de Trump, la industria automotriz ha tenido que replantear sus estrategias.

Los aranceles impuestos alcanzan un 10 % adicional para componentes procedentes de China y hasta un 25 % para piezas fabricadas en Japón, Canadá y México, países clave en la cadena de suministro de muchos fabricantes.

Para marcas como Toyota y Honda, que dependen de piezas importadas (especialmente baterías para sus modelos híbridos y eléctricos), estos costos adicionales amenazan directamente su competitividad. La alternativa lógica: producir localmente.

En respuesta a esta nueva realidad, Toyota ha dado un paso audaz. La compañía ha invertido $14,000 millones de dólares en la construcción de una nueva planta de baterías en Carolina del Norte. La instalación, que comenzará a operar en abril de 2024, tiene como objetivo principal abastecer su propia línea de autos eléctricos e híbridos.

Sin embargo, Toyota no se ha quedado solo en esta iniciativa. Su rival de toda la vida, Honda, ha visto una oportunidad estratégica en esta expansión y ha decidido colaborar, transformando a los rivales en socios clave.

Honda enfrenta una dura realidad: gran parte de sus baterías provienen de China y Japón, lo que las convierte en víctimas directas de los aranceles. Para mantener sus precios competitivos y proteger sus márgenes de ganancia, la compañía ha decidido cambiar de rumbo.

Silver Civic
Honda Silver Civic. Crédito: Honda.
Crédito: Cortesía

Según el medio japonés Nikkei, Honda ya ha llegado a un acuerdo con Toyota para obtener suministro de baterías desde la planta en Carolina del Norte. Esta alianza le permitirá esquivar los aranceles, reducir costos y asegurar una producción estable en Estados Unidos, su segundo mercado más importante.

El impacto es significativo. Solo en 2023, los vehículos híbridos y eléctricos de Honda representaron más del 25 % de sus ventas en el país, con 308,500 unidades híbridas y 40,400 eléctricas. Con una fuente de baterías libre de aranceles, Honda no solo protege estas cifras, sino que también fortalece su posición para los próximos años.

Esta alianza es más que una simple colaboración entre dos gigantes. Representa una tendencia creciente en la industria: la localización de la producción de componentes clave para los vehículos eléctricos.

Cada vez más fabricantes entienden que depender de proveedores extranjeros (especialmente de China) es una estrategia arriesgada, tanto por los costos como por la incertidumbre geopolítica. La colaboración entre Toyota y Honda marca el inicio de una nueva era, donde las alianzas inesperadas serán clave para sobrevivir y prosperar.

Además de los beneficios económicos, esta colaboración posiciona a Toyota como líder en la tecnología híbrida en el mercado norteamericano. La empresa ya es pionera con modelos emblemáticos como el Toyota Prius, pero ahora extiende su influencia como proveedor de baterías para otros fabricantes.

Para Honda, esta movida también trae ventajas estratégicas: reduce su dependencia de China, gana tiempo para desarrollar su propia infraestructura y mantiene el ritmo competitivo sin tener que lidiar con los aranceles.

La alianza entre estos gigantes japoneses deja una pregunta clara: ¿seguirán otras marcas este camino? Con los costos de los vehículos eléctricos todavía elevados y la presión para electrificar el mercado creciendo, es probable que más fabricantes recurran a acuerdos similares.

Por ahora, Toyota y Honda han dado el primer paso, demostrando que incluso los rivales más antiguos pueden encontrar terreno común cuando el mercado y la política los obligan a innovar.

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