“Somos gente común y corriente intentando sobrevivir”
Familia de Altadena relata el drama de rehacer su vida tras perderlo todo en el incendio Eaton

Rodrigo Rodríguez posa para un retrato afuera de su hogar en Altadena. Crédito: Isaac Ceja | Impremedia
Cada mañana Naomi Rodríguez lleva a su hija a la escuela en Pasadena a las 7:30 am como lo hacía antes del 7 de enero cuando el incendio Eaton se desató en su vecindario.
La gran diferencia es que ahora tienen que manejar más de una hora en vez de 10 minutos debido a que su hogar quedó destrozado por las intensas llamas.
De acuerdo con Rodrigo Rodríguez, el esposo de Naomi, la situación ha sido una montaña rusa emocional para toda la familia.
Durante una entrevista con La Opinión afuera de su hogar, el latino dijo que le rompe el corazón tan solo con estar en su propiedad y ver lo que quedó.
Por suerte, la familia pudo encontrar un hogar a buen precio en el Valle de San Fernando, pero en el nuevo lugar Rodrigo no se siente como en casa.
“Parece que viviéramos en un Airbnb porque todo es nuevo y simplemente no se siente como un hogar”, dijo el latino. “De hecho, hace como dos días llegué a casa y pensé: ¡Qué bien se siente estar en casa! pero no, no era mi hogar”.
En frente de su hogar la familia tenía dos barcos, en el traspatio varios cuatrimotos y por supuesto dentro del hogar tenían todas las comodidades y recuerdos que aún extrañan.
Cuando el latino se mudó a Altadena por primera vez hace 13 años, quedó asombrado del ambiente tranquilo lleno de árboles y la comunidad de vecinos unidos.
Para el latino que creció en la ciudad de Los Angeles, Altadena se sentía como otro mundo.
“Era un paraíso y nuestro refugio”, dijo Rodrigo con una sonrisa. “A veces dejaba los coches abiertos y en algunas ocasiones hasta dejé las llaves adentro”.
Además, dijo que en vez de preocuparse por personas entrando a su hogar tuvo que preocuparse por los osos y los gatos monteses.
A pesar de que a menudo vio incendios por las montañas, Rodrigo nunca había escuchado el aullido del viento hasta el día en que reventó el incendio Eaton, cuando las ráfagas de aire alcanzaron casi 100 millas por hora.
Cuando el latino y su familia regresaron de una cena, recuerda que pudo ver el brillo de las llamas a pocas millas de su hogar.
Su esposa se despertó alrededor de las 2 de la mañana porque olía humo, pero cuando Rodrigo salió a analizar la situación, el incendio todavía no estaba tan cerca de su hogar, pero solo unos minutos después el humo empeoró.
“Media hora más tarde empezó a humear tanto que se iba por debajo de la puerta y entraba a la casa”, dijo Rodríguez.
La familia empacó solo sus documentos importantes y fueron a dejar a su hija con un familiar mientras que la pareja regresó por algunas cosas a su hogar.
Al regresar, la zona estaba completamente diferente. Carros de policía y bomberos por todos lados, árboles caídos y el humo negro del incendio lo había oscurecido todo. Lo que había sido una zona residencial se había convertido en una escena de película de terror.
Después de llegar a su calle, Rodrigo y Naomi vieron que la valla de su vecino estaba en llamas y entre los dos trataron de apagar el fuego mientras escuchaban explosiones por todos lados.
“Era como una zona de guerra, pero estábamos concentrados en tratar de apagar las llamas”, dijo Rodrigo.
Pero debido a que las explosiones se escuchaban más cercanas, decidieron irse del área debido al peligro.
Cuando se enteraron de que perdieron la casa, Naomi lloró y Rodrigo estuvo en negación.
Ambos regresaron a ver su hogar y cuando Rodrigo fue en persona para tomar algunas fotos es cuando realmente se sintió devastado.
Antes de alquilar en el Valle de San Fernando, la familia se quedó en un hotel en Monrovia donde dicen que tenían que cambiar de habitación varias veces debido a la sobre reserva de tanta gente que necesitaba un lugar para dormir.
Ahora la familia paga casi el doble en alquiler a lo que pagaban por su hipoteca en Altadena, lo que resulta en una situación financiera complicada y estilo de vida muy diferente.
No obstante, la familia tiene la intención de reconstruir su hogar, solo que temen el gasto.
“Somos gente común y corriente intentando sobrevivir”, dijo Rodrigo. “Y encima de eso perdimos todo, así que ahora tenemos que gastar dinero para comprar todo lo que teníamos y luego pedir otro préstamo para construir la casa”.
Durante otra visita a su propiedad en Altadena, la familia estaba escarbando los escombros y casi todo fue destruido excepto por un nacimiento.

“El hormigón se partió por la mitad, hay rocas que se partieron por la mitad, pero aun así, eso lo logró”, dijo Rodrigo. “Soy un firme creyente y he pasado por muchas cosas, así que por la gracia de Dios estoy aquí, pase lo que pase, estaremos bien”.
Para donar a la familia Rodríguez puedes visitar https://www.gofundme.com/f/support-erics-family-after-Eaton-fire