Crianza de gallinas aporta ingreso extra a familia frente a altos precios del huevo

Un padre de familia cuenta cómo formó su pequeño negocio en el condado de Santa Bárbara: empezó con seis gallinas, hoy tiene más de 200

Fabián Damián Flores Jiménez, pequeño producto de huevos.

Fabián Damián Flores Jiménez, pequeño producto de huevos. Crédito: Damián Flores | Cortesía

La crianza de gallinas ponedoras libres de jaula pasó de ser un entretenimiento a un pequeño negocio que le genera ingresos extras a Fabián Damián Flores Jiménez, lo cual es una gran ayuda, en tiempos en que el precio de los huevos anda por las nubes.

Fue entre tres o cuatro años atrás que empezó a criar aves de corral.

“Comencé con seis gallinas, ahora tengo 200 entre gallos, gallinas y pollos”, dice.

La crianza de animales le viene de familia. 

“Mi mamá solía tener patos, guajolotes y gallinas”, dice.

Fabián Damián nació y se crió en el estado mexicano de Michoacán. Trabaja como encargado de un rancho en Lompoc, una ciudad en el condado de Santa Bárbara; y vive en la ciudad de Solvang, a unos 15 minutos de Lompoc.

Fabián Damián Flores Jiménez ha encontrado en la producción de huevos, un ingreso extra para su familia.
Crédito: Damián Flores | Cortesía

La idea de tener aves de corral nació después de que a su pequeña hija, se le murió “La Cepillona”, una gallina adulta blanca que habían criado en la casa en la que viven en Solvang.

“Yo le regalé La Cepillona a mi hija cuando era un pollito. Creció en la casa y se convirtió en la mascota de mi hija; pero cuando murió mi niña se puso muy triste. Lloró mucho. Un día la sorprendí, regalándole no uno sino seis pollitos”.

Pero cuando los animalitos crecieron, el espacio hogareño le quedó chico. “Ya no cabían en la casa”.

Fue entonces cuando se le ocurrió la idea de pedirle permiso a su patrón para ver si le dejaba llevarlas al rancho.

“Me dijo que no había problema. Así fue como poco a poco me fui haciendo de más aves, y le construí sus jaulas”.

Fabián Damián Flores Jiménez vende los huevos a amigos y conocidos.
Crédito: Damián Flores | Cortesía

Fabián Damián dice que durante del día, y desde las seis de la mañana que llega al rancho, las aves andan sueltas, y cuando empieza a caer la tarde, ellas solas van y se refugian a sus gallineros.

“En realidad, no les dedico mucho tiempo. Me permiten hacer mi trabajo en el rancho, y yo solo me preocupo por darles su alimento, maíz molido, milo y trigo principalmente; y que no les falte el agua”.

Para evitar que se enfermen, una vez al mes, las alimenta con pastura orgánica mezclada con una masa que él mismo prepara, a base de ajo, vinagre y jengibre bien molidos.

“Con ese alimento, las mantengo bien controladas de gripes y parásitos. Nunca se me han enfermado”.

Algo bueno que tienen las gallinas – dice – es que se pueden alimentar con cualquier resto de comida que quede en la casa.

“Solo hay que asegurarse que lo que les demos esté en buen estado. A las gallinas les encanta toda clase de frutas y legumbres”.

Comenta que a diario tiene una producción de entre 80 y 85 blanquillos.

“Los vendo a vecinos y conocidos. Una cartera de 30 huevos la doy a $18. No es tan caro ni tan barato. No quiero abusar”.

Fabián Damián Flores Jiménez sin pensarlo se convirtió en un pequeño productor de huevos de gallinas.
Crédito: Damián Flores | Cortesía

A partir de que los precios de los huevos se han disparado a causa de la gripe aviar, dice que algunas personas se han acercado a comprarle gallinas ponedoras de huevo. 

“La gente quiere criar gallinas para tener sus propios huevos”.

Dice que él no es egoísta y las vende a quién se lo pide.

“Tengo siete gallinas cluecas, y cada 21 días, nacen ocho y diez pollitos a los que le toma de seis a ocho meses, en crecer y comenzar a poner huevos”.

Sus mascotas, dos pastores alemanes le ayudan a vigilar que los coyotes no se aproximen a sus aves.

“Me tocó rescatar de un coyote a una mamá gansa y a sus tres gansitos. Decidí tenerlos en el rancho unos meses mientras las crías crecían, pero después de cuatro meses, cuando ya estaban fuertes para poder defenderse por sí mismas, ya no quisieron ir, y se quedaron en el rancho junto con mis gallinas”.

Fabián Damián está feliz con su pequeño negocio de venta de huevos al que bautizó con el nombre de Las Tres Flores.

“La producción de huevos es un ingreso extra que me ayuda para el sostenimiento de mi familia”.

Pero lo que más le llena de emoción de su crianza de aves, es presenciar todo su proceso de desarrollo.

“Ver a un pollito crecer a una edad adulta y poner blanquillos es una cosa grande”.

Además de sus aves domésticas, Fabián Damián está criando borregos, chivas y guajolotes.

En esta nota

huevos
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain