Taurus: el misil alemán “fantasma” que Rusia no quiere que llegue a Ucrania

Alemania tiene entre manos un misil que parece sacado de una película de acción, y no es exageración. Se llama Taurus KEPD 350, y últimamente ha estado en boca de todos porque el gobierno alemán está considerando seriamente enviárselo a Ucrania para que pueda defenderse con más fuerza frente a los ataques rusos.

¿Y por qué esto es tan importante? Porque el Taurus no es cualquier misil. Es un arma de precisión quirúrgica, capaz de destrozar búnkeres, cuarteles, puentes o centros de mando sin que el enemigo vea venir el golpe. Literalmente.

Así es el Taurus: largo alcance, vuelo bajo y golpe letal

Este misil de crucero mide más de cinco metros y pesa como un coche compacto (unas 3,100 libras). Lo lanza un avión de combate, pero no necesita quedarse cerca del peligro: puede volar más de 310 millas antes de impactar, lo que significa que Ucrania podría usarlo para atacar objetivos estratégicos muy lejos del frente.

Pero lo mejor de todo es cómo vuela. El Taurus viaja a muy poca altura, pegado al terreno, como un ninja tecnológico que esquiva radares enemigos. Para lograr eso, combina GPS militar, navegación por imágenes y hasta un sistema que “lee” el terreno para mantenerse oculto. En otras palabras: es muy difícil de detectar y prácticamente imposible de parar.

Además, su ojiva de casi media tonelada no explota al primer impacto, sino que tiene un sistema llamado Mephisto que le permite atravesar muros gruesos y detonar justo en el lugar más vulnerable. Algo ideal al momento de realizar ataques contra estructuras reforzadas como bunkers.

¿Alemania se anima o no? El debate político está al rojo vivo

Aunque Ucrania lleva meses pidiendo estos misiles, hasta ahora el gobierno alemán había evitado el envío de este tipo de munición de largo alcance. Sin embargo esta postura parece haber cambiado con la inminente llegada del nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, quien ha dejado claro que no está dispuesto a dejar a Kiev sin herramientas para que puedan defenderse de los continuos ataques rusos.

Por otro lado, hay mucha presión interna e internacional para que finalmente Alemania dé el sí. En el Parlamento alemán ya se ha debatido varias veces, y algunos partidos políticos y expertos militares creen que es el momento de actuar. Ucrania necesita herramientas de largo alcance para atacar depósitos de municiones, vías férreas, puentes y otras infraestructuras críticas que Rusia usa para mantener la guerra. Y el Taurus puede hacer justamente eso.

¿Qué pasaría si Ucrania lo recibe?

Si Alemania da luz verde y los misiles Taurus llegan a manos ucranianas, el tablero de juego cambia. Estos misiles no son para atacar soldados o tanques en el campo, sino para ir a lo grande: destruir nudos logísticos, fábricas de armamento, y bases militares en zonas ocupadas o incluso en territorio ruso (aunque esto último es delicado políticamente).

El Taurus le daría a Ucrania una alternativa estratégica que ahora no tiene. Podría frenar la maquinaria de guerra rusa golpeando donde más le duele, desde lejos y con precisión milimétrica. Y eso, sin necesidad de poner en riesgo sus propios aviones o soldados.

Este misil alemán no es solo un pedazo de metal con alas. Es una herramienta moderna, letal y silenciosa que podría marcar un antes y un después en la guerra de Ucrania. Ahora la pelota está en el tejado de Berlín. ¿Se animarán a dar el paso?

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