Arquidiócesis de Los Ángeles celebra a madres con hijos encarcelados
Les lleva un momento de alegría en medio de su tristeza y dolor por tener a sus hijos privados de la libertad

Madres con hijos presos son celebradas en la Iglesia Santa Teresa de Ávila en Los Ángeles. Crédito: Araceli Martinez Ortega | Impremedia
Para Martha Tortoledo, el Día de las Madres es un día muy triste ya que lleva en su alma un doble dolor. Dos de sus hijos están en prisión, su hijo lleva 18 años encerrado y su hija dos.
Su hijo menor fue condenado a los 16 años y está en una prisión en el norte de California; y su hija encarcelada a los 33 años, purga su sentencia en Texas.
“Mi mayor anhelo es verlos en libertad; y primeramente Dios van a salir el año que entra”, dice Martha, a quien se le ilumina la cara de solo pensar en abrazar a sus hijos y verlos a su lado, sin barrotes de por medio.
La iglesia católica Santa Teresa de Ávila en Los Ángeles acogió a un grupo numeroso de madres con hijos encarcelados para llevarles momentos de felicidad con motivo del Día de la Madre.

Martha es parte de los grupos de ayuda del Ministerio de Asistencia a Familias de Encarcelados (AFI), creado hace siete años por la Oficina de Vida, Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Los Ángeles para apoyar a las familias con hijos e hijas encarcelados.
“Agarró fuerza de Dios para sobrellevar esta situación, y me gusta venir a este grupo con el diácono Paulino Juárez porque nos comprenden, nadie nos juzga y apunta con el dedo. Quienes no han pasado por este duelo, no nos entienden; solo quien ha corrido con el mismo dolor, sabe lo mucho que sufrimos”, dice Martha.
Añade que cada mes que se reúnen, se llena de ánimo.
“Me siento alivianada”, indica.
El arzobispo José Gómez creó este ministerio en enero de 2018 para ayudar a las familias que sienten vergüenza, ira y miedo por el encarcelamiento de un ser querido.
“Creamos este evento cerca del Día de la Madre para celebrarlas porque muchas de ellas viven con sentimientos de tristeza, culpabilidad y a veces hasta vergüenza”, dice el diácono Paulino Juárez, quien está al frente del Ministerio de Asistencia a Familias de Encarcelados.
Destaca que no debemos olvidar que estas mujeres siguen siendo mamás y como comunidad debemos voltear hacia ellas para que se sientan acogidas y acompañadas.
“La mayor necesidad de estas madres con hijos en las prisiones es que alguien las escuche. No necesitamos decir nada, solo escucharlas”, dice.
Platica que estas madres viven con el temor a ser juzgadas, lo que hace que se aíslen y vivan en soledad.
“Yo le pido a la comunidad que abran su corazón y tengan compasión por ellas. Jesús vino a buscar a quienes estaban sufriendo y vivían dolor, si sabemos de alguna familia o madre con un hijo o hija en prisión, acerquémonos y hagámosles sentirle nuestra presencia”.

La Arquidiócesis festejó a las madres en la iglesia de Santa Teresa de Ávila con un convivio en el que abundó la comida, se repartieron regalos y disfrutaron de juegos de mesa.
María Hernández se aferra a su fe para lidiar con la tragedia de ver a su hijo condenado a cadena perpetua.
“Dios me ha ayudado a salir adelante, y me da fuerza saber que al menos está con vida, aunque sea en la prisión; a otras madres, solo les queda un pedazo de tierra”.
Agrega que no ve a su hijo tanto como quisiera porque se encuentra en una prisión por Bakersfield, mientras que ella vive en Los Ángeles, y a sus 70 años no le resulta fácil acudir a visitarlo.
“Solo puedo verlo dos veces al año si mucho. El día más feliz de mi vida, sería volver a verlo libre. Sería un milagro. Yo le digo que confíe en Dios y que se haga su voluntad”, dice María, a quien el apoyo del grupo, le ha ayudado a aligerar la pena de tener a su hijo en prisión.

El Ministerio de Asistencia a las Familias de Encarcelados ha estado sirviendo a familias con un ser querido bajo custodia en cárceles, prisiones estatales o centros de detención de Servicio de Migración y Aduanas, ofreciendo recursos de la Arquidiócesis de Los Ángeles, oficinas públicas del condado, consulados y otras instituciones que ofrecen servicios según sus necesidades.
El AFI asiste a las familias brindándoles ayuda inmediata y conectándolas con los recursos adecuados. A través de estas obras de misericordia, no enfrentan el camino solos. Para más información, visitehttps://lifejusticeandpeace.lacatholics.org/assistance-to-the-families-of-incarcerated-afi.