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Advierten sobre un hongo asesino que podría infectar a millones de personas en Europa

Una peligrosa infección por hongos, cada vez más común y resistente, pone en alerta al mundo y revela fallas en diagnóstico, tratamiento y prevención

Casi 100 empleados de una fábrica de papel podrían estar infectados con un brote de hongos en Michigan

La blastomicosis prospera en suelos húmedos y madera y hojas en descomposición. Crédito: NatalieIme | Shutterstock

Una amenaza invisible pero letal se propaga silenciosamente por el mundo, infecciones fúngicas invasivas, provocadas por hongos microscópicos presentes en el aire, la tierra, y hasta en el cuerpo humano.

Aunque estos organismos han coexistido con los humanos por siglos, el avance de cepas resistentes a los tratamientos ha encendido las alarmas de expertos y organismos internacionales de salud.

Torrence Irvin, un residente de California, jamás imaginó que una tarde tranquila en su jardín terminaría en una larga lucha por su vida. En junio de 2018, comenzó a presentar síntomas que confundió con un simple resfriado.

La tos y el malestar evolucionaron en vómitos constantes, debilidad extrema y pérdida de peso acelerada. Pasaron meses antes de que los médicos lograran un diagnóstico certero, coccidioidomicosis, una infección pulmonar provocada por hongos del género Coccidioides.

La experiencia de Irvin no es única. Rob Purdie, también californiano, enfermó tras trabajar en su jardín y desarrolló meningitis fúngica, una afección potencialmente mortal. Hoy depende de inyecciones intracraneales con medicamentos antiguos y tóxicos para mantenerse con vida.

“No estamos hablando de ficción”, advierte, en contraste con series como The Last of Us, donde un hongo imaginario transforma humanos en zombis. “La realidad ya es suficientemente aterradora”.

El problema va más allá de los casos aislados. Estimaciones recientes indican que unas 6,5 millones de personas al año sufren infecciones fúngicas invasivas, con cerca de 3,8 millones de muertes.

Frente a esta creciente amenaza, la Organización Mundial de la Salud ha clasificado 19 especies de hongos como de alta prioridad para el desarrollo de nuevos tratamientos.

Hongos peligrosos

A diferencia de las bacterias, para las cuales existen cientos de antibióticos, apenas hay 17 medicamentos antifúngicos disponibles. Parte del desafío radica en que los hongos comparten muchas similitudes genéticas con los humanos, lo que dificulta desarrollar fármacos que los eliminen sin dañar células humanas.

“Uno de los principales tratamientos actuales puede causar insuficiencia renal”, explica el Dr. Neil Clancy, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Pittsburgh.

Entre los hongos más peligrosos están Cryptococcus neoformans, causante de meningitis con una tasa de mortalidad que supera el 60%; Aspergillus fumigatus, presente en el aire y altamente letal; y Candida auris, una levadura resistente a múltiples fármacos, conocida por adherirse a superficies y propagarse con facilidad en entornos hospitalarios. Desde su aparición en EE. UU. en 2013, los casos de C. auris han aumentado casi un 100% anual.

Estas infecciones no solo afectan a personas con sistemas inmunitarios debilitados. Irvin y Purdie eran individuos sanos cuando contrajeron la enfermedad. Expertos creen que el cambio climático, los incendios forestales y las tormentas de polvo han ampliado las regiones donde estos hongos prosperan, incluso llegando a estados fuera del suroeste estadounidense.

Hoy, su testimonio es un llamado de alerta. “Ojalá hubiera escuchado a mi cuerpo antes. Pensé que era fuerte, que aguantaría. Pero no se trata de fuerza, se trata de sobrevivir”, afirma. Su historia refleja una verdad incómoda, estas enfermedades pueden atacar sin previo aviso y en cualquier lugar.

Los expertos coinciden en que se requiere más inversión en investigación, desarrollo de medicamentos y formación de médicos especialistas en micología. Mientras tanto, la mejor defensa sigue siendo la vigilancia, la educación y una respuesta médica rápida. Porque, como lo aprendió Irvin, no se trata de ciencia ficción, sino de una realidad urgente y creciente.

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