Huawei se posiciona como el inesperado ganador en la guerra de chips entre EE.UU. y China
Huawei está aumentando aceleradamente su cuota de mercado gracias a las sanciones de la administración Trump

Durante años NVIDIA fue la reina indiscutible en el segmento de chips para inteligencia artificial pero eso está cambiando gracias a Huawei Crédito: Shutterstock
La batalla tecnológica entre Estados Unidos y China ha tenido un efecto colateral que pocos esperaban: Huawei se está posicionando como un actor clave en la industria de los chips de inteligencia artificial (IA). Mientras el gobierno estadounidense intenta frenar el avance tecnológico de China limitando el acceso a componentes de última generación, especialmente en sectores estratégicos como el de la IA, Huawei ha aprovechado el vacío que está dejando NVIDIA para introducir sus propias soluciones y ganar terreno.
Esta situación está comenzando a redefinir el mapa del poder en el sector de los semiconductores, donde hasta ahora las empresas estadounidenses, y en especial NVIDIA, mantenían un dominio casi absoluto.
Las sanciones a NVIDIA abren la puerta a Huawei
Durante años, NVIDIA fue la reina indiscutible en el segmento de chips para inteligencia artificial, dominando el mercado chino con más del 90% de participación. Pero todo cambió con las sanciones impuestas por la administración estadounidense, que prohíben la exportación a China de chips avanzados como los H100, A100 y el nuevo H20, diseñado específicamente para eludir las restricciones pero que, aun así, fue incluido en las listas negras.
Esto ha representado un golpe financiero considerable para NVIDIA. Solo en 2024, la empresa estimó pérdidas por más de 5.500 millones de dólares debido a las limitaciones de venta en territorio chino. Pero más allá del impacto económico directo, lo realmente preocupante para NVIDIA es la pérdida de influencia estratégica en el mayor mercado de IA del mundo.
En este contexto, Huawei ha sabido moverse con astucia. La compañía, que ya venía desarrollando su propia línea de chips Ascend desde hace años, ha acelerado su despliegue aprovechando el vacío que deja NVIDIA. Su chip más reciente, el Ascend 910C, ha sido adoptado por gigantes tecnológicos chinos como Baidu, ByteDance y China Mobile. Según expertos, este procesador tiene un rendimiento competitivo frente al H100 de NVIDIA, especialmente en aplicaciones locales optimizadas para su arquitectura.
Huawei gana terreno en el mercado chino
Huawei no ha estado sola en esta carrera. El respaldo del gobierno chino ha sido fundamental para que la empresa logre mejorar tanto su capacidad de fabricación como la eficiencia de sus chips. Se estima que la tasa de éxito en la producción del Ascend 910C ha alcanzado el 40%, una cifra notable considerando las dificultades tecnológicas y la falta de acceso a litografías avanzadas como las de TSMC o ASML.
Además, Huawei ha lanzado su propia infraestructura de supercómputo para inteligencia artificial: el CloudMatrix 384 Supernode. Este sistema no solo compite directamente con la arquitectura NVL72 de NVIDIA, sino que ya está siendo implementado en centros de datos chinos, como parte del esfuerzo del país por reducir su dependencia de tecnología extranjera.
Aunque aún presenta un mayor consumo energético frente a las soluciones de NVIDIA, su integración vertical dentro del ecosistema de Huawei permite una optimización que podría resultar clave a largo plazo.
Implicaciones a largo plazo
El avance de Huawei no solo representa un cambio en la competencia comercial, sino también un giro geopolítico en el control de la tecnología de IA. Si la empresa continúa ganando terreno en China y consigue exportar sus soluciones a otros países aliados o neutrales, podría convertirse en una alternativa real a NVIDIA en mercados emergentes.
Esto tendría consecuencias directas en cómo se configuran los estándares tecnológicos globales. Mientras que las empresas estadounidenses han liderado hasta ahora el desarrollo de software, frameworks y hardware, la consolidación de Huawei como proveedor integral podría llevar a una bifurcación de los ecosistemas tecnológicos, con China liderando un bloque con estándares propios.
No obstante, el camino no está libre de obstáculos. Huawei aún debe superar limitaciones en cuanto a la fabricación de chips de 5 nm y menores, algo que por ahora le impide competir en igualdad de condiciones en el segmento más alto. Además, el software y los entornos de desarrollo optimizados para NVIDIA tienen una adopción global mucho mayor, lo que dificulta que los clientes internacionales consideren un cambio inmediato.
A pesar de todo, el mensaje es claro: los intentos de EE.UU. por contener el avance tecnológico de China están teniendo efectos secundarios inesperados. Huawei, lejos de ser una víctima pasiva, está emergiendo como un contendiente serio y podría, en unos años, alterar por completo el equilibrio de poder en la industria de la inteligencia artificial.
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