Ni Nike ni Adidas: esta empresa de calzado promete no subir los precios por los aranceles
Mientras marcas como Nike y Adidas anuncian alzas por los aranceles, Keen garantiza que mantendrá sus precios y nos trasladará al consumidor los nuevos costos
La marca Keen no es tan famosa como Adidas o Nike, pero son de buena calidad y con excelente mercado en EE.UU. Crédito: Shutterstock
En un panorama donde gigantes del calzado como Nike y Adidas ya anticipan incrementos de precios por nuevos aranceles estadounidenses, la empresa Keen se desmarca con una decisión que sorprende. A pesar del entorno económico tenso, la marca con sede en Portland asegura que no trasladará los costos adicionales a sus clientes este año.
La medida contrasta con la tendencia generalizada en la industria del calzado, donde muchas empresas ya aplican recargos o advierten que los aumentos son inevitables. Keen, en cambio, ha decidido asumir el impacto económico sin afectar al consumidor.
“Nos hemos estado preparando para esto durante más de una década. Desde el principio, vimos los riesgos de depender excesivamente de un solo país, por lo que decidimos diversificar nuestra cadena de suministro mucho más allá de China”, declaró el director de operaciones, Hari Perumal, a CBS MoneyWatch.
En una industria donde el 36% del calzado vendido en EE.UU. proviene de China, equivalente a casi $10 mil millones de dólares según TD Cowen, la decisión de Keen ha resultado clave.
Hoy en día, Keen fabrica productos en Kentucky, República Dominicana y Tailandia, además de colaborar con socios en India, Vietnam y Camboya. A pesar de los nuevos aranceles que se avecinan, de hasta 49% en el caso de Camboya, solo el 10% de la producción de Keen se ve directamente afectada por estas medidas.
“Tenemos una exposición del 10% en esos países, pero el arancel del 10% que estamos manejando es significativamente menor que el que enfrentan otras compañías sobre productos que salen de China“, comentó Perumal al mismo medio de comunicación.
La empresa ha logrado distribuir los costos a lo largo de toda su red de producción. Esto incluye tanto a los fabricantes asociados como a los proveedores de materiales.
“Estamos tomando la decisión consciente de no aumentar los precios, pero nuestros socios también lo hacen”, aseguró. “Comparten parte de los costos con nosotros, luego acuden a la empresa a la que compran los materiales, y esos proveedores de primer nivel también comparten parte de los costos”.
Mientras tanto, el resto de la industria se tambalea ante el cambio abrupto en las políticas comerciales. Adidas ya advirtió que los consumidores estadounidenses enfrentarán aumentos por los costos derivados de los aranceles. Otras marcas han implementado cargos adicionales etiquetados como “sobretasas por arancel”.
El impacto se sentirá directamente en los hogares. Jason Judd, director del Global Labor Institute de Cornell University, estima que el gasto anual por familia en ropa y calzado podría pasar de $1,700 a $2,800 dólares a corto plazo. Aunque esa cifra bajará con el tiempo, se mantendría en unos $425 dólares adicionales por año.
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