Nueva variante NB.1.8.1 de Covid llegó a EE.UU.: qué debemos saber
La variante NB.1.8.1 de COVID-19, vinculada a un brote en China, ha sido detectada en EE. UU. y preocupa por su alta transmisibilidad, no por su gravedad
Mientras las autoridades sanitarias continúan evaluando el comportamiento de la NB.1.8.1 y sus implicaciones, la vigilancia internacional y la responsabilidad individual son claves. Crédito: Saiful52 | Shutterstock
Una nueva variante del virus SARS-CoV-2, identificada como NB.1.8.1, ha comenzado a circular en Estados Unidos luego de ser vinculada con un repunte de contagios en China.
Autoridades sanitarias estadounidenses han confirmado la detección de esta cepa a través del sistema de vigilancia que opera en los aeropuertos, diseñado para monitorear a viajeros internacionales.
Los primeros casos datan de finales de marzo y principios de abril, lo que sugiere que la variante ya podría estar presente en distintas comunidades del país.
Aunque hasta ahora se han registrado pocas secuencias de la NB.1.8.1 en territorio estadounidense, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han informado que se mantienen en comunicación con agencias internacionales para monitorear su comportamiento. Esta variante, descendiente del linaje XDV, ha generado inquietud principalmente por su capacidad de propagarse con mayor facilidad, más que por su gravedad clínica.
Expertos en salud pública destacan que los síntomas asociados a esta nueva cepa no difieren significativamente de los presentados por otras variantes del COVID-19.
Entre los más comunes están la tos, el dolor de garganta, fiebre, fatiga y otros signos típicos de enfermedades respiratorias. El doctor Subhash Verma, profesor de microbiología e inmunología de la Universidad de Nevada, explicó que, aunque NB.1.8.1 parece ser más transmisible, no hay evidencia concluyente de que provoque una enfermedad más severa.
En países como Hong Kong, donde también se ha reportado un aumento de casos, las autoridades sanitarias han señalado que el repunte podría deberse al patrón estacional del virus.
Vacunas actualizadas en Estados Unidos
El contexto sanitario en Estados Unidos se complica con las recientes decisiones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que ha anunciado que las vacunas contra la COVID-19 actualizadas solo estarán disponibles para personas mayores o con afecciones preexistentes como diabetes o embarazo.
A raíz de esta política, millones de ciudadanos que no cumplan con esos criterios podrían quedarse sin acceso a las nuevas dosis este otoño.
El panorama se complica aún más por la participación del Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., quien ha expresado públicamente posturas escépticas respecto a las vacunas. Aunque aseguró que su gestión sería “transparente”, expertos como la doctora Céline Gounder han advertido que las políticas actuales podrían dejar a muchos estadounidenses sin protección adecuada.
A pesar de las dudas sobre el acceso a vacunas, los expertos insisten en la importancia de mantener las medidas de prevención básicas como lavarse las manos, usar mascarilla en espacios cerrados y quedarse en casa si se está enfermo siguen siendo estrategias efectivas.
Mientras las autoridades sanitarias continúan evaluando el comportamiento de la NB.1.8.1 y sus implicaciones, la vigilancia internacional y la responsabilidad individual son claves para frenar una posible expansión de esta nueva variante.
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