Nissan busca $700 millones con la venta de su sede

La magnitud de una crisis financiera puede generar reacciones bastante inesperadas. En ese sentido, Nissan está considerando vender su emblemática sede global en Yokohama, Japón, por aproximadamente $700 millones de dólares.

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Esta decisión, que podría parecer impensable hace una década, es ahora una de las estrategias clave en el plan de reestructuración de la compañía para enfrentar pérdidas récord y un futuro incierto.

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La sede de Yokohama: de símbolo de innovación a activo en venta

Inaugurada en 2009 bajo la dirección de Carlos Ghosn, la sede de 22 pisos en Yokohama no solo representa el centro neurálgico de Nissan, sino también un símbolo de su apuesta por la innovación.

Fue en este edificio donde se presentó el Nissan Leaf, el primer carro eléctrico producido en masa por la compañía.

Ahora, en un movimiento drástico, Nissan estaría planteando vender el edificio y luego arrendarlo al nuevo propietario, una estrategia financiera conocida como “sale and leaseback” que le permitiría liberar capital sin interrumpir sus operaciones.

Despidos masivos y cierre de fábricas: el costo humano de la reestructuración

La venta de la sede es solo una parte de un plan de reestructuración más amplio. Nissan ha anunciado la eliminación de 20,000 puestos de trabajo a nivel mundial, lo que representa aproximadamente el 15% de su fuerza laboral de 133,000 empleados.

De paso, el fabricante japonés planea cerrar siete fábricas, incluidas las de Oppama y Shonan en Japón, con el objetivo de reducir su capacidad de producción global en un 20% para 2027. Estos cierres se suman a la clausura de tres plantas en Tailandia y la reducción de la capacidad de producción en China en 500,000 unidades.

Pérdidas históricas y flujo de caja negativo: una situación crítica

En el año fiscal 2024, Nissan reportó pérdidas por $4,080 millones de dólares y un flujo de caja negativo de $1,493 millones de dólares, marcando su peor desempeño en 25 años.

El CEO Ivan Espinosa atribuyó esta crisis a planes de crecimiento demasiado ambiciosos establecidos en 2015, que duplicaron las inversiones en capacidad sin lograr los objetivos de ventas. “Los planes de crecimiento establecidos en 2015 fueron demasiado ambiciosos y no se tomaron medidas correctivas a tiempo”, admitió Espinosa.

Alianzas estratégicas y producción conjunta: una salida posible

En un esfuerzo por mejorar su competitividad, la compañía busca fortalecer su alianza con Mitsubishi y Renault, y está evaluando permitir que su socio chino Dongfeng produzca vehículos Nissan en determinadas instalaciones.

Esta unión permitirá reducir los costos y los gastos de inversión hasta en un 40% en cada vehículo que se fabrique en común. “La alianza es la clave de nuestra resiliencia y de nuestra competitividad”, declaró el presidente de la entidad, Jean-Dominique Senard.

Tecnología e-Power: la apuesta por la electrificación

A esto se suma su apuesta por su tecnología híbrida e-Power, que ya se encuentra en modelos como el Nissan Qashqai y X-Trail en Europa, y el Note en Japón.

Nissan también planea lanzar más de diez nuevos modelos en Norteamérica y una nueva generación del Nissan Micra en Europa para 2027. La tecnología e-Power utiliza un motor de gasolina integrado para suministrar electricidad al paquete de baterías de la motorización eléctrica.

El elemento distintivo y único del sistema de Nissan e-Power es que el motor de gasolina se usa únicamente para generar electricidad, mientras que las ruedas son impulsadas por el motor eléctrico.

Nissan tiene entre 12 y 14 meses para revertir su situación financiera antes de enfrentar consecuencias más graves.

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