Los jóvenes valientes de Los Ángeles
Hijos de inmigrantes defienden pacíficamente a sus familias de redadas y deportaciones

Immigrant children protest against raids in LA. Crédito: J. Antonio Ruiz H. | Impremedia
“Que si les da pena a ellos, porque tienen apellido mexicano o inmigrante”, me contó el joven Alexander Gaspar, quien había increpado a miembros de la Guardia Nacional durante las manifestaciones contra la presencia del ICE en Los Ángeles, California, en donde hoy es innegable que han separado familias al hacer sus redadas contra inmigrantes en centros de trabajo, iglesias, hospitales, barrios, etcétera.
Arrestos de gente como usted y como yo, como ellos aunque les cueste aceptarlo. Gente que un día salió de su casa para nunca más volver.
Los papás de Alexander son originarios de Michoacán, México; tuve oportunidad de captar parte de los cuestionamientos que le hizo a esos miembros de la Guardia Nacional que custodian el ya infame Federal Building o edificio federal de Los Ángeles, donde se encuentra la oficina principal del ICE y otras entidades del Departamento de Seguridad Nacional; y hasta donde siguen llevando, a sus sótanos, a los inmigrantes arrestados:
“Un día las fotos serán así de, miren quién era el malo verdadero ¡Y van a ser ustedes, chavos! Bueno ¿Y qué hay de sus hijos? ¿Qué legado le van a dejar a sus hijos así? Sí, oprimimos gente, nos gustaba oprimirles”, así amonestó Alexander a estos miembros de la Guardia Nacional que juraron apoyar y defender la Constitución de los Estados Unidos y del Estado de California, un deber principal a dichas cartas magnas y no hacia personas o instituciones específicas.
Y aunque efectivamente en dicho juramento los miembros de la Guardia Nacional se comprometen a obedecer al presidente de los Estados Unidos, también lo hacen para el gobernador, además de que al declarar que defenderán esas constituciones contra “enemigos externos o internos” esto por silogismo puede incluir actores ilegítimos dentro del propio gobierno, si violan la Constitución.
No juran al Pueblo directamente, no…, pero jurar ante la Constitución implica la defensa de los derechos y libertades del Pueblo. Ya varios legisladores que pudieron presenciarlo y la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) dieron a conocer que en esos sótanos del gobierno federal, a donde están llevando a los inmigrantes arrestados, están abusando de dichos detenidos en condiciones indignas para un ser humano.
Los abogados del Centro Legal de Defensores de Inmigrantes (ImmDef, por sus siglas en inglés) le dijeron a The Guardian que incluso están encerrando a familias enteras con niños pequeños sin comida, ni agua suficiente. Estos letrados le dijeron a dicho medio que una familia con tres pequeños estuvieron confinados 48 horas luego de que fueran detenidos inmediatamente después de su cita en una Corte de Inmigración, y que a los niños solo les dieron una bolsa de papitas, una cajita de galletas de animalitos y un mini cartón de leche que tuvieron que compartir. El más pequeño de los chiquillos tiene solo tres años.
La familia denunció ante los abogados que los agentes responsables no les dieron ni una gota de agua en las primeras 24 horas, que al día siguiente les dieron una sola botella de agua para todos y que había únicamente un ventilador que apuntaba a su celador en la habitación donde se encontraban ¿Y eso es lo que defienden los miembros de la Guardia Nacional, los infantes de Marina y los agentes federales que hoy amedrentan a Los Ángeles? ¿Eso es lo que “protegen” esos elementos de apellido Rodríguez, Hernández, Reyes, López, Sánchez?
No me lo tuvo que contar Alexander, yo lo vi con mis propios ojos, varios de los miembros de la Guardia Nacional que no se quitaron el parche del uniforme portaban esos apellidos y otros frente y en la parte posterior del edificio federal… Los apellidos de sus padres, o de sus abuelos, que a base de esfuerzo, trabajo y sufrimiento les dieron una vida después de emigrar a los Estados Unidos de América.
Mientras tanto, afuera de ese infierno migratorio conocido como el edificio federal, Alexander, junto con miles de jóvenes hijos de inmigrantes indocumentados, resisten pacíficamente, así pude constatarlo de primera mano. Defienden lo que es más sagrado para nosotros los latinos después de Dios, a la familia:
“¡Yo estudié en Berkeley!, la universidad pública número uno. Mis padres nos criaron grandiosamente y no dejaré de luchar, sin importar si soy primera generación de universitarios en la familia. No dejaré de luchar por mis padres, por mis abuelos, por todos los que llegaron detrás de mí. Se que somos gente muy trabajadora, así que continuaré demostrándolo, y espero que todos lo hagan también”, me aseguró Anabel, quien se sentía mucho más cómoda dándome estas declaraciones en inglés, como muchos otros jóvenes que son el futuro de este país.
(*) J. Antonio Ruiz H. es un periodista mexicano estadounidense egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García; cuenta con título por esa institución y cédula profesional expedida por el Registro Nacional de Profesionistas de la SEP. Actualmente produce y conduce el programa “Con Toño Ruiz” en YouTube. Durante varios años se desempeñó como jefe de información de los noticiarios de Azteca América y como director general de Noticias en Sin Censura TV.