Ataque de EE.UU. a Irán no destruyó sus instalaciones nucleares, según The New York Times
Un informe preliminar clasificado dice que el bombardeo estadounidense de tres sitios nucleares en Irán sólo retrasó el programa nuclear del país

Funcionarios cercanos a Trump desmintieron esta nueva versión y aseguran que la misión fue un éxito. Crédito: Alex Brandon | AP
Los ataques militares estadounidenses que el presidente Donald Trump ordenó contra las instalaciones nucleares de Irán no destruyeron completamente el programa nuclear del país y probablemente lo retrasaron solo unos meses, según versiones que contradicen al mandatario.
Es decir, el ataque contra tres instalaciones nucleares iraníes no las destruyó como se dio inicialmente, según un informe de la inteligencia estadounidense filtrado por la prensa, aunque las autoridades han desmentido.
Antes del ataque contra las instalaciones de Isfahán, Natanz y Fordó en la operación bautizada como ‘Midnight Hammer’ (Martillo de Medianoche), las agencias de inteligencia habían anticipado que a Irán le costaría unos tres meses fabricar una bomba nuclear, de acuerdo al diario The New York Times.
Después del mismo, el informe de la agencia del Departamento de Inteligencia del que se hace eco el diario eleva a menos de seis meses el plazo previsto.
La evaluación inicial de los daños supondría que las declaraciones del presidente, Donald Trump, de que las capacidades nucleares del país habían sido eliminadas, son exageradas.
El documento añade que los bombardeos solo destruyeron una pequeña parte del material nuclear porque la mayoría de las reservas iraníes de uranio enriquecido se trasladó antes de la ofensiva.
Ese primer informe, de cinco páginas, avanza solo conclusiones preliminares sobre las que deberá haber un análisis más a fondo.
Según las fuentes, el uranio enriquecido no fue destruido y las centrifugadoras están prácticamente intactas.
Pese a ello, en sus comentarios más recientes el martes por la mañana, Trump dijo a los periodistas: “Creo que ha sido completamente demolido”.
Cuando se le pidió que hiciera comentarios el martes, el secretario de Defensa Pete Hegset se mantuvo fiel a su propia evaluación del daño causado basándose en la información de inteligencia que había visto.
“Basándonos en todo lo que hemos visto y lo he visto todo, nuestra campaña de bombardeos destruyó la capacidad de Irán de crear nucleares”, dijo en una declaración armas proporcionada a los periodistas.
Incluso, la cadena CNN destacó que esta primera evaluación se basó en la revisión efectuada por el Comando Central de Estados Unidos (Centcom) tras el ataque.
Desde el Pentágono se había avanzado que la ofensiva se desarrolló según lo planeado y registró “un éxito abrumador”.
Por ello, tras la información difundida que pone en duda la versión oficial, tanto el secretario de Defensa, Pete Hegseth, como la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, desmintieron los datos difundidos.
Para el líder del Pentágono, “quien diga que las bombas no fueron devastadoras solo intenta socavar al presidente y el éxito de la misión”.
La portavoz presidencial coincidió en que el documento en cuestión es erróneo.
Según Leavitt, su filtración “es un claro intento de denigrar” a Trump y “desacreditar a los valientes pilotos de combate que llevaron a cabo una misión impecablemente ejecutada para aniquilar el programa nuclear iraní”.
“Todos sabemos lo que ocurre cuando se lanzan catorce bombas de 13,600 kilos con precisión sobre sus objetivos: aniquilación total”, concluyó.
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