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Afrodescendientes en Los Ángeles se unen a los latinos en su lucha contra las redadas

Los dos grupos aconsejan escalar las medidas de presión contra compañías multimillonarias y la ‘supremacía blanca’

Líderes afrodescendientes dicen entender muy bien la represión que ahora vive la comunidad ltina.

Líderes afrodescendientes dicen entender muy bien la represión que ahora vive la comunidad ltina.  Crédito: Jorge Macías | Impremedia

Black Women for Wellness (Mujeres Afrodescendientes por el Bienestar) y docenas de organizaciones comunitarias se han unido a sus pares latinas para luchar, resistir y oponerse a las violentas acciones recientes de presuntos agentes federales enmascarados que están “secuestrando” a plena luz del día a inmigrantes.

Reunidos en el patio de la organización, -en el área de Leimert Park- las mujeres líderes y activistas de los derechos humanos de los inmigrantes manifestaron su preocupación por el aumento de la militarización en los vecindarios latinos y afroamericanos.

Su lucha, dijeron, busca detener la imposición de la “supremacía blanca” en Estados Unidos y se extenderá a un boicot contra compañías multimillonarias como Walmart, Chick-fil-A, Sinclair, My Pillow y medios de comunicación, y más hacia donde las comunidades afroamericana y latina dirigen su dinero.

“Nuestra resistencia debe sentirse ahora”, declaró Baba Akili, director de Fannie Lou Hamer Institute. “Llamamos a un boicot nacional y a un paro laboral inspirado en las revueltas más efectivas del mundo, desde los movimientos de segregación racial del apartheid sudafricano hasta las huelgas agrícolas en India, desde los cierres de los chalecos amarillos en Francia hasta el legado de Montgomery en París”.

“Están destruyendo nuestras familias”, dijo Angélica Salas, directora de CHIRLA.
Crédito: Jorge Macías | Impremedia

“Atacaremos a las empresas y estados cómplices del desmantelamiento y la criminalización de la historia negra y la normalización de la supremacía blanca”, añadió. “Hemos nombrado a algunas compañías, pero nos dirigimos hacia un propósito unificado. Esto es más que una estrategia. Es una declaración de que no tenemos miedo, de que nuestro amor por la libertad es más fuerte que nunca”.

Akili convocó a forjar poderosas coaliciones raciales: aliados de conciencia afroamericanos, latinos, indígenas, asiáticos y blancos.

“Nuestra lucha está entrelazada. Cuando Trump ataca a los inmigrantes, a la comunidad LGBTQ+, a los derechos de las mujeres pobres, nos ataca a todos”, expresoo e hizo un llamado a la solidaridad.

“Recordemos que ningún político, ejército ni multimillonario puede detener la voluntad popular, desde Harriet Tubman, Fannie Lou Hamer hasta [James] Baldwin, desde Paul Robeson hasta Malcolm X y Winnie Mandela. Siempre hemos sido más que víctimas”.

“Somos visionarios, constructores, luchadores” agregó. “Por eso, decimos que, hasta este momento, seguimos aquí. Seguimos en pie, y como dijo Curtis Mayfield, seguiremos luchando hasta que la justicia fluya como el agua y la rectitud como una calle imponente. Ustedes podrán construir nuestra libertad mediante cualquier unión necesaria”.

Janette Robinson Flint, directora ejecutiva de Black Women for Wellmess (BWW), afirmó que la comunidad afroamericana se solidariza con las comunidades inmigrantes.

“Nuestra resistencia debe sentirse ahora”: Baba Akili, director de Fannie Lou Hamer Institute.
Crédito: Jorge Macías | Impremedia

“Su pelea también es nuestra”, dijo.

Robinson Flint destacó que los afroamericanos han sido desproporcionadamente el blanco de la aplicación de las leyes policiacas, independientemente de su estatus.

“Los migrantes afrodescendientes también enfrentan deportación a grandes escalas, más que otras poblaciones de inmigrantes”, dijo.

Añadió que, en la actualidad, mucha gente vive con el temor de la deportación.

De hecho, el lunes 23 de junio, según CBS News, un total de 59,000 inmigrantes de todas las razas se encontraban bajo custodia de ICE: De ellos, el 47% -casi la mitad- no tienen récord criminal y el nivel de detención estaba, en teoría. por encima del 140% de su capacidad. Como respuesta, el Congreso asignó solamente 41,500 camas para personas detenidas.

Además, datos históricos recopilados por el Proyecto Marshall sugieren que la cifra de 59,000 es la más alta en la historia de la detención migratoria en Estados Unidos.

La comunidad se une a los activistas.
Crédito: Jorge Macías | Impremedia

Son reclusos en cárceles, prisiones, campamentos y centros de detención con fines de lucro en todo el país, y que están funcionando al 140% de su capacidad

“Los padres tiene temor de acudir a las graduaciones de sus hijos, los trabajadores desaparecen y vecindarios enteros han sido traumatizados”, agregó Janette Robinson Flint. “Y ahora, la presencia militar en nuestras calles ha escalado ese miedo a una crisis”.

Kevin Cosney, director asociado de California Black Power Network (Red de Poder Negro de California), consideró que es necesario combatir el problema generalizado de la supremacía blanca mediante el voto, la participación de los representantes electos y la defensa de soluciones reales a problemas como la crisis de la vivienda y la educación.

“El poder que tienen los supremacistas blancos ha sido robado y construido”, declaro Cosney. “Pero nosotros sabemos que siempre hay más poder en el pueblo que en la pequeña minoría que ha manipulado este sistema para controlarlo”.

El activista enfatizó que tanto afroamericanos como latinos tienen la oportunidad en 2026 de recuperar la Cámara de Representantes y el Senado federal.

“Sabemos que tenemos la capacidad de participar en una reforma judicial que pueda recuperar el poder para el pueblo”, añadió. “Ellos han reclamado el poder momentáneamente, pero sabemos que tienen que manipular el sistema para permitir el gobierno de las minorías. No son la mayoría. Nosotros lo somos, y tenemos que seguir defendiendo la Constitución y actuar como si fuéramos la mayoría y unir fuerzas”.

“Vamos a sobrevivir”

Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), manifestó que la comunidad latina tiene que saber que “sí vamos a poder sobrevivir este momento tan cruel, en el que nos están atacando, quitando a nuestros hermanos, padres, hijos y hermanos”.

“Están destruyendo nuestras familias”, añadió. “Y si vamos a sobrevivir estos momentos, tenemos que aprender de nuestros hermanos negros de este país. Tenemos que entender y enseñarnos cómo esta comunidad ha luchado en solidaridad, pero también asegurando que se destruya toda la supremacía blanca de este país”.

Salas dijo que la fuerza federal de inmigración de Donald Trump “está secuestrando a nuestra gente, uno por uno, y los más vulnerables han sido sacados de sus hogares”.

“Los han arrancado de sus lugares de trabajo, se los han llevado delante de sus hijos, los han arrestado en sus iglesias, sin previo aviso, sin explicación y sin justicia”, describió. “Esto no es una medida migratoria. Es un ataque a los valores estadounidenses”.

La activista informó que, entre más de 500 personas “sabemos que fueron secuestradas” en los últimos 19 días y nos hemos podido comunicar solo con un pequeño porcentaje.

“Las han enviado de California a Texas, Arizona, el estado de Washington, y ahora, con la decisión de la Corte Suprema, pueden trasladarlas a otro país. El debido proceso es un derecho constitucional en este país. Es una piedra angular de la democracia”.

El lunes, la Corte Suprema facilitó la deportación de “delincuentes convictos” a “terceros países” con los que no tienen vínculos previos.

En una decisión 6-3, el máximo tribunal de justicia suspendió el fallo de un juez federal que establecía que las personas afectadas en todo el país deberían tener una “oportunidad significativa” para presentar denuncias de que correrían riesgo de tortura, persecución o muerte si fueran enviadas a países con los que la administración ha llegado a acuerdos para recibir a inmigrantes deportados.

Las tres juezas progresistas: Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson disintieron. El fallo no fue firmado por los jueces republicanos aliados de Trump.

Los dos “terceros países” que podrían ser encarcelados los migrantes son Sudán del Sur y El Salvador.

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