window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-laopinion'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Ejercicio y calor extremo por qué son una mala combinación

Especialistas advierten que hacer actividad física intensa en altas temperaturas, fuerza el cuerpo y aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor

El calor y la humedad afectan la capacidad del cuerpo para regular su temperatura

El calor y la humedad afectan la capacidad del cuerpo para regular su temperatura Crédito: Maarten van den Heuvel | Pexels

Ejercitarse bajo un sol abrasador o en ambientes con alta humedad no solo es incómodo; también representa un riesgo para la salud. Cuando el calor es excesivo los mecanismos naturales del cuerpo para regular la temperatura pueden fallar y ese desbalance deriva en complicaciones graves.

El Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM, por sus siglas en inglés), señala que una temperatura ambiental de 32 °C (90 °F) o más, especialmente si se combina con una alta humedad, puede ser excesiva para hacer ejercicio al aire libre.

Los peligros de entrenar sin medir la temperatura 

A continuación,  detallamos las principales razones por las que los expertos y las organizaciones de salud desaconsejan el ejercicio intenso bajo calor extremo:

  • Un golpe de calor: durante el ejercicio, el cuerpo genera calor. En condiciones normales, ese exceso de calor se elimina a través del sudor. Sin embargo, cuando el ambiente está muy caluroso o húmedo, este mecanismo falla y  cuando el sudor no puede hacer su trabajo, el cuerpo comienza a sobrecalentarse, lo que puede llevar a agotamiento por calor o incluso provocar un  golpe de calor 

Además, cuando la temperatura ambiental supera los 32 °C (90 °F),  los problemas  para regular la temperatura del cuerpo pueden provocar mareos y vómitos.

Problemas cardíacos 

Al hacer ejercicio o practicar deporte bajo temperaturas extremas, el calor obliga al sistema cardiovascular a trabajar más duro. Para enfriar el cuerpo, se desvía más sangre hacia la piel, reduciendo el flujo sanguíneo hacia los músculos activos. Este esfuerzo  incrementa la presión sobre el corazón y puede desencadenar o agravar problemas cardíacos existentes, advierte la a Asociación Americana del Corazón (AHA)

  • Deshidratación severa: la sudoración es el principal mecanismo de enfriamiento del cuerpo, pero si no se reponen los líquidos y electrolitos perdidos, se produce la deshidratación.

En esa línea, el Gatorade Sports Science Institute (GSSI), un referente en investigación sobre hidratación deportiva, indica que una pérdida de líquidos corporales de tan solo el 2% del peso corporal ya puede afectar negativamente el rendimiento aeróbico y la capacidad de regular la temperatura. 

Agregan que  en ambientes calurosos, los atletas pueden perder más de 1 o 2 litros de sudor por hora.

Mayor riesgo de rabdomiólisis : una complicación grave y poco común del ejercicio extremo en el calor es la rabdomiólisis, una condición que implica la rápida descomposición de las fibras musculares dañadas, liberando sustancias potencialmente tóxicas (como la mioglobina) al torrente sanguíneo. Estas sustancias pueden sobrecargar los riñones y llevar a una insuficiencia renal aguda, que en casos severos puede requerir diálisis.

  •  Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU., describen la rabdomiólisis como una “afección grave y potencialmente mortal” que puede ser desencadenada por “ejercicio extremo y agotamiento por calor o insolación”.

 Investigaciones publicadas en el “Journal of Applied Physiology” han demostrado que el rendimiento en actividades de resistencia puede disminuir significativamente en ambientes calurosos y húmedos. La percepción del esfuerzo aumenta, y las reservas de glucógeno se agotan más rápidamente, lo que lleva a una fatiga prematura.

Contenido Patrocinado