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Paneles solares espaciales: el nuevo plan de la NASA que parece de ciencia ficción

La implementación de esta tecnología permitiría generar energía limpia de forma constante las 24 horas del día

El plan de la NASA es que los paneles solares envíen energía limpia a la Tierra de forma ininterrumpida

El plan de la NASA es que los paneles solares envíen energía limpia a la Tierra de forma ininterrumpida Crédito: Terry Renna | AP

La NASA está planeando una estrategia bien futurista: capturar energía solar en el espacio y mandarla a la Tierra. Imagínate gigantescos paneles solares orbitando nuestro planeta, recibiendo luz solar constante y enviando esa electricidad hacia estaciones receptoras en tierra mediante haces de luz ultrapotentes. O sea, energía directa desde el espacio: sin nubes, sin noche, sin interrupciones.

Este concepto no es nuevo: lleva décadas circulando en círculos científicos y de ingeniería. Pero hasta ahora enfrentaba desafíos enormes, como el peso brutal de los paneles y la complejidad de generar haces de energía densos y controlables. Ahora la idea está creciendo gracias a tecnologías de última generación como los paneles ultraligeros de película delgada y sistemas de transmisión por haz.

Y aquí entra el acuerdo con Ascent Solar Technologies, una empresa que fabrica paneles CIGS de película delgada, flexibles, ultralivianos y capaces de adaptarse a entornos extremos. ¿El plan? Usar estos paneles en una misión conjunta con la NASA para demostrar que pueden envolver haces de luz concentrada (incluso 10 veces más intensos que la luz solar sobre la Tierra) y convertirlos en electricidad utilizable.

La NASA y Ascent Solar firmaron un Collaborative Agreement Notice (CAN), un tipo de contrato de 12 meses que implica colaboración directa entre la NASA (Marshall Space Flight Center y Glenn Research Center) y esta firma norteamericana.

¿Qué hará cada parte?

  • Ascent Solar aportará el diseño y prototipado de sus paneles CIGS.
  • NASA contribuirá con experiencia técnica, instalaciones de prueba y validación.

Se basan en resultados prometedores previos: en 2024 ya se hicieron pruebas de banco donde los paneles CIGS recibieron haces de luz concentrada y generaron electricidad, lo cual permitió validar que la idea es viable.

El objetivo principal es demostrar que estos paneles pueden recibir energía de haces de luz ultradensos sin perder eficiencia, siendo capaces de generar hasta 10 veces más energía que la luz solar directa. Si esto funciona, se podrían reducir enormemente masa y volumen de los sistemas de energía en satélites o landers lunares, ahorrando millones en cada misión (cada kilogramo enviado a la luna cuesta entre 1 y 10 millones de dólares).

Además, la NASA ve esto como clave en sus misiones CLPS (Commercial Lunar Payload Services) y en el programa Artemis, para poder:

  • Tener energía constante durante la noche lunar.
  • Acceder a las regiones permanentemente en sombra (PSRs), donde supuestamente hay agua congelada.
  • Disminuir drásticamente la masa de los equipos.

Paul Warley, CEO de Ascent Solar, dijo que esta colaboración “refuerza nuestra convicción de que la tecnología de película delgada será fundamental para convertir energía solar y recibir potencia transmitida en entornos espaciales duros”.

Este proyecto no solo representa un avance para la exploración espacial, sino que también podría marcar un antes y un después en la forma en que generamos y distribuimos energía aquí en la Tierra. Si la NASA logra validar esta tecnología, abriría la puerta a un futuro donde la energía solar espacial podría complementar las redes eléctricas en zonas remotas o en momentos críticos, como durante desastres naturales o picos de consumo.

Además, la colaboración entre agencias espaciales y empresas privadas como Ascent Solar demuestra que el futuro de la energía —y de la exploración lunar— se construirá en conjunto. Lo que antes parecía ciencia ficción hoy empieza a tener fecha, presupuesto y pruebas reales. Y si todo avanza como se espera, la próxima gran central eléctrica podría estar flotando sobre nuestras cabezas.

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