Blue Origin sigue haciendo historia con su 13° vuelo tripulado suborbital
Blue Origin quiere consolidarse como una empresa capaz de llevar pasajeros a vuelos suborbitales

El costo de abordar uno de estos vuelos se calcula en unos $500,000 dólares por persona Crédito: Shutterstock
Blue Origin lo volvió a lograr. La compañía aeroespacial fundada por Jeff Bezos completó con éxito su décimotercer vuelo tripulado suborbital, consolidando aún más su posición en el exclusivo club de empresas capaces de llevar humanos al borde del espacio. Este nuevo hito se logró con la misión NS-25, que despegó desde el oeste de Texas y marcó otro paso significativo hacia los planes de turismo espacial que la empresa proyecta a largo plazo.
La nave New Shepard volvió a demostrar su fiabilidad al alcanzar la línea de Kármán —el límite aceptado del espacio, a unos 100 km de altura— con una tripulación de seis personas a bordo. Todos los pasajeros regresaron sanos y salvos tras una breve pero intensa experiencia de microgravedad y vistas espectaculares de la Tierra.
Un lujo espacial reservado para muy pocos
Aunque el vuelo fue todo un éxito técnico y humano, el turismo espacial sigue siendo un privilegio reservado a los ultra ricos. Se estima que cada asiento en una misión como esta cuesta más de $500,000 dólares, una cifra que aleja este tipo de experiencias del ciudadano promedio.
Esto plantea una pregunta clave sobre el futuro de la exploración suborbital comercial: ¿cuándo —y si alguna vez— estos viajes serán accesibles para un público más amplio? Por ahora, parece que Blue Origin continuará enfocándose en mejorar la seguridad, repetir sus lanzamientos con más frecuencia y afinar el modelo comercial antes de pensar en una expansión masiva.
Jeff Bezos ha reiterado en más de una ocasión que su visión a largo plazo es que millones de personas puedan vivir y trabajar en el espacio, pero por ahora ese sueño sigue en una etapa inicial, con vuelos breves y costosos que funcionan más como vitrinas tecnológicas y gestos simbólicos que como parte de una economía espacial sólida y sostenible.
¿Qué sigue para Blue Origin tras este nuevo hito?
La misión NS-25 es más que una victoria de relaciones públicas. Para Blue Origin, cada vuelo exitoso es una validación del diseño reutilizable de la nave New Shepard y una oportunidad de refinar el proceso para futuras misiones. Si bien la competencia con SpaceX de Elon Musk es inevitable, ambas empresas apuntan a nichos distintos por ahora: Blue Origin está apostando fuerte al turismo suborbital, mientras SpaceX se enfoca en vuelos orbitales y misiones tripuladas de larga duración.
La empresa también está desarrollando su cohete orbital New Glenn, que apunta a entrar en servicio en los próximos años. Además, forma parte del equipo seleccionado por la NASA para desarrollar un módulo de aterrizaje lunar, lo que indica que sus ambiciones van mucho más allá de los 11 minutos de vuelo suborbital.
Con cada misión, Blue Origin va construyendo su camino hacia un futuro en el que los viajes espaciales comerciales puedan ser una parte más de nuestras vidas, aunque por ahora solo unos pocos privilegiados puedan permitirse el lujo de subir a bordo.
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