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Jaguar Land Rover, bajo investigación por defecto crítico

Se investiga casi 92,000 vehículos en EE.UU. por posibles fallos en los nudillos de dirección delanteros. La falla podría comprometer el control del vehículo

Q4 FY25 OCTA Hero

Q4 FY25 OCTA Hero. Crédito: Jaguar Land Rover. Crédito: Cortesía

Siempre hay elementos cuya relevancia pasa desapercibida para el usuario común. Uno de ellos es el nudillo de dirección, una pieza clave que, al fallar, puede poner en riesgo la estabilidad completa del vehículo.

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Hoy, este componente se encuentra en el centro de una investigación que podría afectar a miles de propietarios de vehículos Jaguar Land Rover en Estados Unidos.

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La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) ha abierto una investigación formal sobre 91,856 vehículos de la marca británica, específicamente aquellos modelos Range Rover Sport fabricados entre 2014 y 2017. El motivo: posibles fracturas en los nudillos de dirección delanteros hechos de aluminio.

La investigación busca determinar la gravedad, alcance y origen de este fallo y la NHTSA ya ha recibido una serie de reportes sobre roturas de esta pieza, que conecta las ruedas delanteras con el sistema de suspensión y frenos.

En condiciones normales, su falla es poco común. En estos casos, sin embargo, se estaría repitiendo con suficiente frecuencia como para generar preocupación.

Un riesgo silencioso

El problema se considera potencialmente grave. Una fractura en el nudillo de dirección puede generar una pérdida inmediata del control del vehículo. Esto, en carretera o en maniobras urbanas, puede resultar en accidentes severos.

La NHTSA, como entidad encargada de la seguridad vehicular en Estados Unidos, ha tomado el caso en serio, iniciando una evaluación preliminar.

Aunque por ahora no hay una orden oficial de retiro, el caso podría escalar si los hallazgos técnicos revelan un defecto estructural.

RR SV SADAF
RR SV SADAF de Jaguar Land Rover. Crédito: Jaguar Land Rover.
Crédito: Cortesía

Este tipo de procesos suele tomar semanas o meses, pero puede derivar en acciones obligatorias por parte del fabricante, como campañas de revisión o reemplazo sin costo para los propietarios.

La marca, en el centro de la escena

Jaguar Land Rover, filial del grupo Tata Motors, es conocida por su enfoque en vehículos de lujo con altas prestaciones todoterreno. El Range Rover Sport, en particular, es uno de los modelos más representativos de la marca.

Los informes iniciales indican que, en varios casos, los fallos ocurrieron sin señales previas. Esto hace más difícil para los conductores anticiparse al riesgo.

La construcción en aluminio, aunque liviana y eficiente para mejorar el rendimiento, puede volverse vulnerable si el diseño o la calidad del material no están a la altura de las exigencias mecánicas.

¿Qué deben hacer los propietarios?

Para quienes conducen un Range Rover Sport del periodo 2014-2017, el primer paso es informarse. Se puede verificar si el vehículo está incluido en la investigación ingresando el número de identificación vehicular (VIN) en el portal oficial de la NHTSA o consultando directamente con un concesionario de Jaguar Land Rover.

Si tienes un Range Rover Sport 2014-2017, la recomendación es verificar si el vehículo está incluido en la lista de los 91,856 afectados. Puedes consultar el número de identificación del vehículo (VIN) en el sitio oficial de la NHTSA o contactar directamente a un concesionario de Jaguar Land Rover.

Además, es clave prestar atención a cualquier síntoma inusual: vibraciones extrañas en la dirección, ruidos metálicos al girar o sensación de inestabilidad. De presentarse, se recomienda llevar el vehículo a revisión mecánica de inmediato.

La decisión que tomó Jaguar Land Rover
La decisión que tomó Jaguar Land Rover. Crédito: Jaguar Land Rover.
Crédito: Cortesía

Implicaciones económicas y legales

Si la NHTSA determina que el fallo corresponde a un defecto de fábrica, Jaguar Land Rover estaría obligada a realizar las reparaciones sin costo para los propietarios. El costo de una reparación de este tipo puede superar los $2,500 dólares, dependiendo del taller y la región.

Asimismo, podría enfrentar acciones colectivas si se comprueba que el defecto fue conocido y no se actuó con la debida diligencia. Esto no solo comprometería su reputación, sino también su posición en uno de los mercados más exigentes del mundo: el estadounidense.

Por ahora, la empresa no ha emitido un comunicado oficial sobre el caso. Sin embargo, se espera que colabore activamente con la NHTSA durante el desarrollo de la investigación.

No es la primera vez que Jaguar Land Rover se enfrenta a un proceso de este tipo. En años anteriores, ha debido realizar retiros por problemas en sistemas electrónicos, transmisiones y frenos. En todos los casos, el impacto fue significativo tanto a nivel económico como de imagen.

Un retiro de esta magnitud implicaría no solo un desembolso considerable —posiblemente superior a los $100 millones de dólares— sino también la necesidad de recuperar la confianza de miles de usuarios.

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