Shahed MS001: el dron con inteligencia artificial que selecciona sus objetivos sin ayuda humana
Rusia estrenó un nuevo tipo de drones que es capaz de seleccionar sus objetivos de forma automática gracias a la IA

Los drones Shahed MS001 cuentan en su interior con un chip Nvidia al que en teoría Rusia no debería tener acceso Crédito: Efrem Lukatsky | AP
En medio del silencio electrónico que caracteriza los campos de batalla modernos, Rusia está desplegando un nuevo tipo de dron suicida con una capacidad letal nunca antes vista. Se trata del Shahed MS001, una evolución del conocido Shahed‑136 (Geran‑2) iraní, pero potenciada con lo último en inteligencia artificial autónoma.
Lo más llamativo no es solo que puede identificar objetivos por sí solo, sino que su “cerebro” es un procesador Nvidia Jetson Orin, algo que oficialmente no debería estar en manos rusas. Sin embargo, el chip ha llegado a ese territorio a través de rutas alternativas, eludiendo sanciones internacionales.
Este dron, apodado como “depredador digital” por el mayor general ucraniano Vladyslav Klochkov, no se lanza simplemente a un punto prefijado. En lugar de eso, su inteligencia artificial está diseñada para ver, analizar, decidir y atacar sin necesidad de órdenes externas. En combate real, eso significa que las defensas antiaéreas pueden estar blindadas contra rutas programadas, pero quedan completamente vulnerables a un sistema que reacciona al instante y cambia de trayectoria en pleno vuelo.
Tecnología que no debería estar en manos rusas
Lo curioso del caso es que esta potencia de cómputo para IA, el Jetson Orin, está explícitamente bajo sanciones y restricciones. NVIDIA comercializa esta plataforma para proyectos de visión artificial e IA embebida, pero no para uso militar, y mucho menos para su exportación a países como Rusia.
¿Cómo llegó entonces este procesador al dron? Todo apunta a las cadenas de suministro paralelas, donde intermediarios en países sin restricciones adquieren los módulos y los reexportan a Rusia en secreto.
Gracias al Jetson Orin, el Shahed MS001 es capaz de procesar vídeo en tiempo real, detectar vehículos, identificar rostros e incluso seleccionar objetivos de alto valor mientras está en vuelo. No depende completamente del GPS ni de comandos remotos. En cambio, puede actuar de forma autónoma, reconociendo patrones térmicos o visuales y ejecutando ataques sin intervención humana directa.
Además, está equipado con cámaras térmicas, navegación antijamming, módems para comunicación en enjambre y una estructura optimizada para el sigilo y la precisión. Todo esto convierte al dron en una herramienta mucho más sofisticada que sus predecesores.
Capacidades letales y riesgos en el campo de batalla
Este dron no solo ataca, también aprende y se adapta. Su inteligencia artificial puede modificar rutas de vuelo, elegir al objetivo más valioso, y evadir contraataques o bloqueos electrónicos.
Si las defensas apagan el GPS o generan interferencias, el Jetson Orin toma el control mediante sus sensores visuales y térmicos. Esto lo hace extremadamente difícil de predecir o interceptar, ya que no depende de instrucciones estáticas ni de un centro de comando vulnerable.
Los informes militares indican que Rusia estaría usando estos drones en enjambres coordinados, lo cual multiplica su efectividad destructiva. La combinación de visión térmica, IA autónoma y navegación de precisión genera una amenaza que muchas defensas antiaéreas actuales no están preparadas para enfrentar.
Según inteligencia ucraniana, estos drones contienen al menos cien componentes electrónicos importados, provenientes de países como Estados Unidos, Japón y naciones europeas. A pesar de las sanciones, Rusia ha conseguido acceder a esta tecnología mediante una red de adquisición clandestina que aprovecha los vacíos del comercio internacional.
Esto deja claro que, aunque las restricciones tecnológicas existen, no están funcionando con eficacia, y Moscú ha logrado saltarlas para desplegar un dron altamente letal y autónomo.
El Shahed MS001 no es solo una nueva arma: es una señal de alerta global. La presencia de drones suicidas capaces de seleccionar y atacar objetivos sin intervención humana marca un antes y un después en la guerra moderna.
Ya no se trata de tecnología en fase de pruebas. Este modelo ya está operando activamente y dejando claro que los conflictos futuros serán decididos por algoritmos que piensan más rápido que cualquier operador humano.
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