Range Rover renueva su imagen con polémico emblema
El cambio coincide con el inicio de su era eléctrica y busca reforzar su identidad visual como marca independiente bajo Jaguar Land Rover
El nuevo rostro de Range Rover. Crédito: JLR. Crédito: Cortesía
A lo largo de sus 55 años de historia, Range Rover ha construido una imagen basada en la elegancia, el poder y la tradición británica.
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Sin embargo, en un movimiento que ha sorprendido incluso a sus más fieles seguidores, la marca de SUVs de lujo ha decidido renovar su imagen visual con un logotipo que rompe con todo lo anterior. La decisión ha generado controversia, tanto por su diseño como por el momento elegido para presentarlo.
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El emblema debutó sin anuncios rimbombantes ni una campaña masiva. Fue revelado discretamente durante la Milan Design Week, el evento anual que reúne lo más destacado del diseño internacional. A diferencia de logos anteriores, que mantenían el nombre completo de la marca como insignia de sofisticación, esta nueva propuesta se apoya en un enfoque más abstracto y contemporáneo.
Dos “R” entrelazadas: ¿elegancia o confusión?
El nuevo símbolo consiste en dos letras “R” superpuestas y conectadas, en una figura geométrica simétrica que, según la marca, está pensada para representar dualidad, fuerza y exclusividad.
El diseño ha sido recibido con opiniones encontradas. Mientras algunos lo califican de elegante y moderno, otros consideran que se aleja en exceso del carácter clásico de la marca.
Lo cierto es que este logotipo no reemplazará el clásico “Range Rover” que aparece en la parrilla y parte trasera de sus vehículos.
En lugar de eso, se utilizará en espacios reducidos o detalles secundarios: etiquetas, acabados interiores, material gráfico y eventos promocionales. Una especie de firma alternativa para momentos y lugares específicos.
La intención es transmitir sofisticación y coherencia con nuestra nueva visión, admitió la división de diseño de Jaguar Land Rover (JLR), grupo matriz de la marca. El logotipo también podrá verse como patrón decorativo, especialmente en productos de alta gama como el Range Rover SV o futuras ediciones especiales.
Un cambio que acompaña la transformación eléctrica
El rediseño de imagen no es un hecho aislado. Forma parte de una transformación más amplia que atraviesa toda la marca. Bajo la estrategia denominada House of Brands, JLR busca posicionar a Range Rover, Jaguar, Defender y Discovery como marcas autónomas, con identidad visual y objetivos comerciales propios.
En ese contexto, el lanzamiento del nuevo logotipo coincide con la llegada del primer Range Rover totalmente eléctrico, un SUV de lujo que promete abrir una nueva etapa para la firma.
Se espera que este vehículo tenga más de 540 caballos de fuerza y una autonomía superior a 300 millas, convirtiéndose en un rival directo de modelos como el Mercedes EQS SUV y el BMW iX.
La demanda anticipada ya habla por sí sola: más de 60,000 reservas confirmadas para este modelo, que aún no ha sido oficialmente lanzado.
Su precio de partida rondaría los $115,000 dólares, una cifra que lo posiciona como uno de los modelos eléctricos de lujo más caros del mercado, pero también como uno de los más esperados.
Inspiración en el lujo textil: el patrón como símbolo
Más allá del logotipo aislado, Range Rover ha desarrollado una estética completa basada en un patrón de cuadrícula que repite las “R” entrelazadas.
Esta fórmula recuerda a lo que marcas como Louis Vuitton o Gucci han logrado con sus símbolos repetidos: transformar un detalle gráfico en un código visual reconocible y aspiracional.
Según voceros de la marca, este patrón podrá encontrarse en rejillas, tapicerías, paneles interiores o accesorios personalizados, dependiendo del nivel de acabado o edición del vehículo.
El objetivo es claro: diferenciarse en un mercado cada vez más saturado, donde muchas marcas ofrecen tecnología avanzada pero luchan por construir una imagen sólida y duradera.
¿Por qué tanta polémica?
El debate generado por el nuevo emblema no es únicamente estético. Para muchos seguidores de Range Rover, la marca representa un legado, una forma de entender el lujo sobrio y sin artificios. Cambiar un símbolo puede ser visto como una traición a esa tradición. Pero, para otros, es una evolución necesaria.
Además, las críticas también apuntan a la forma en la que se reveló: sin campaña oficial, sin una presentación formal. Algunos consideran que un emblema de tal importancia merecía mayor visibilidad, mientras otros valoran el enfoque discreto como coherente con la sofisticación de la marca.
No es la primera vez que Range Rover experimenta con su imagen. A lo largo de su historia, ha habido sutiles modificaciones en tipografías, colores y acabados. Sin embargo, esta es la primera vez que introduce un logotipo paralelo, distinto al nombre de la marca, como un elemento decorativo y distintivo.
La apuesta es arriesgada, pero también refleja una tendencia global: las marcas de automóviles ya no compiten solo en ingeniería, también lo hacen en diseño, presencia estética y narrativa visual. En esa batalla, Range Rover parece haber decidido dar un paso adelante.
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