¿Futuro eléctrico? Mercedes aún piensa en combustión
Su director de tecnología, Markus Schäfer, explica por qué el motor de combustión sigue teniendo espacio en una era cada vez más digital y electrificada

Mercedes-Benz. Crédito: Mercedes-Benz. Crédito: Cortesía
Como marca, Mercedes-Benz quiere adoptar una postura más equilibrada en estos momentos. Lejos de abandonar sus raíces mecánicas, la firma alemana plantea una estrategia de doble vía: seguir desarrollando motores de combustión mientras avanza decididamente hacia la electrificación.
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Esta visión no significa renunciar al futuro eléctrico, sino reconocer que el cambio tecnológico no ocurre a la misma velocidad en todas partes.
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Desde la perspectiva de Mercedes-Benz, no se trata de imponer una transformación, sino de adaptarse a la realidad de los mercados, los consumidores y las capacidades tecnológicas actuales.
Una electrificación más lenta de lo esperado
A comienzos de la década, el objetivo de la compañía era ambicioso: alcanzar el 50 % de ventas de autos eléctricos en 2025. Sin embargo, esa meta ha sido pospuesta hasta 2030. ¿La razón? Una demanda más tibia de lo esperado y un ecosistema de infraestructura que aún no despega con la fuerza necesaria en todos los mercados.
“Estamos reflexionando sobre un mundo mecánico, con motores de combustión, que convive con un entorno eléctrico, digital y autónomo”, explicó Markus Schäfer, director de Tecnología de Mercedes-Benz, en una entrevista con Autocar.
Su visión refleja una comprensión más amplia del contexto actual: aunque el cambio es inevitable, su ritmo no es uniforme.
Schäfer se ha convertido en una de las voces más firmes dentro del grupo en defensa del impulso eléctrico, pero con criterio. “El cambio es inevitable y está ocurriendo a ritmos diferentes, impulsado por regulaciones. En Mercedes-Benz aspiramos a una normativa flexible, aunque actualmente no existe”, expresó.
La flexibilidad a la que se refiere no es una renuncia a la electrificación, sino una exigencia para que las políticas públicas reconozcan la diversidad de necesidades entre regiones.
Mientras algunas ciudades avanzan rápidamente en infraestructura de recarga, otras aún no cuentan con condiciones mínimas para una adopción masiva de vehículos eléctricos.
Schäfer: firme en su apuesta por lo eléctrico
Mercedes-Benz ha invertido miles de millones de dólares en investigación, desarrollo y producción de vehículos eléctricos.

Sin embargo, también ha decidido mantener activos sus programas de desarrollo de motores térmicos, especialmente para mercados donde las condiciones aún no son favorables para la movilidad eléctrica total.
“Tenemos claro que el objetivo final es el coche eléctrico, ya que representa la manera más eficiente de transformar energía en movimiento y una herramienta fundamental para reducir las emisiones de carbono”, señaló Schäfer.
Pero también advirtió que no se debe imponer la transición al consumidor: “No se debe imponer al cliente, sino persuadirlo de que un vehículo eléctrico es una opción atractiva, gracias a su diseño, su capacidad para generar emociones y su sentido comercial”.
El nuevo CLA eléctrico y la visión dual de Mercedes
Un ejemplo tangible de esa visión es el lanzamiento del nuevo Mercedes-Benz CLA eléctrico, uno de los proyectos estrella de la marca. Este modelo, que encabeza la nueva generación de compactos eléctricos de la firma, está construido sobre la plataforma MMA, optimizada para vehículos con cero emisiones.
El CLA ha sido diseñado para alcanzar una eficiencia excepcional. De acuerdo con los datos preliminares, consume entre 12,2 y 12,4 kWh cada 100 kilómetros, y logra una autonomía homologada de hasta 792 kilómetros. Se espera que su precio de entrada ronde los $53,000 dólares, lo que lo posiciona como una opción competitiva en su segmento.

Además de su autonomía y eficiencia, este CLA busca conectar con el conductor desde el diseño y la experiencia de manejo. Schäfer considera que esa combinación es clave: eficiencia, sí, pero también emoción. Mercedes-Benz no quiere que sus autos eléctricos sean solo medios de transporte, sino objetos de deseo.
En paralelo, la marca sigue evolucionando su oferta de motores híbridos y de combustión interna para mercados emergentes o con condiciones específicas.
Estas mecánicas, aunque menos visibles en el discurso público, continúan siendo fundamentales para el negocio en regiones de Asia, África y América Latina, donde la electrificación aún es incipiente.
El equilibrio entre el pasado y el futuro, entre lo tradicional y lo digital, no solo es una decisión técnica, sino estratégica. Para Mercedes-Benz, el automóvil no puede desligarse de su historia, pero tampoco ignorar lo que viene. La marca apuesta a convivir en ese punto intermedio, al menos durante esta década.
En esa línea, Schäfer enfatiza que las soluciones deben adaptarse a la realidad de los usuarios y no al revés. “Estamos en un momento de transformación profunda, pero no se puede construir el futuro sobre una única receta”, comenta.
Esa mentalidad también se refleja en los recientes anuncios sobre nuevas versiones híbridas y a combustión que la marca lanzará en mercados donde los eléctricos aún no logran despegar. Algunos de estos modelos tendrán precios más accesibles, empezando en torno a los $38,000 dólares, con foco en la eficiencia y la durabilidad.
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