Estrellas de la WNBA reclaman mejoras salariales a la liga
Las jugadoras de la WNBA intensifican la presión en plena negociación del nuevo convenio colectivo

Caitlin Clark, jugadora de Indiana Fever, durante el WNBA All-Star. Crédito: Michael Conroy | AP
La WNBA reanuda su temporada este martes tras el parón del All-Star Game, pero el regreso a las canchas no ha desviado la atención del reclamo que gana fuerza en todo el circuito: las jugadoras piden un reparto más justo de los ingresos y mejoras sustanciales en sus salarios.
Durante el calentamiento previo al Juego de las Estrellas, celebrado la semana pasada en Indianápolis, las figuras de la liga portaron camisetas negras con una consigna clara: “Páguennos lo que nos deben”. Fue un mensaje contundente, dirigido directamente a los despachos de la WNBA.
La principal demanda de las atletas es que aumente el porcentaje de ganancias de la liga que se destina directamente a quienes compiten en la cancha. En un momento en que la WNBA atraviesa una etapa de crecimiento y visibilidad —impulsada especialmente por el fenómeno mediático de Caitlin Clark—, las jugadoras sienten que es hora de traducir ese auge en beneficios tangibles.
“Queremos nuestra parte del pastel”
“Las jugadoras son las que están construyendo esta marca y esta liga”, afirmó Napheesa Collier, estrella de las Minnesota Lynx y MVP del All-Star 2025. Durante su intervención en el evento, destacó el papel histórico que han jugado quienes pasaron y quienes hoy brillan en el torneo. “No hay liga sin las
jugadoras. Las jugadoras pasadas, presentes y las que están llegando son las que han puesto la sangre, el sudor y las lágrimas para que esté entrando este nuevo dinero. Creemos que se nos debe una porción de ese pastel que ayudamos a crear”, subrayó.
La presión crece a medida que se acerca octubre, mes en el que vence el actual convenio colectivo. Por ello, representantes del sindicato de jugadoras y de la WNBA ya sostuvieron reuniones durante el All-Star con miras a definir los términos del nuevo acuerdo.
El debate no es menor. En 2023, la liga cerró un acuerdo televisivo valorado en $2.200 millones de dólares ($200 millones anuales), como parte del paquete de derechos compartidos con la NBA, que firmó por un total de $76.000 millones durante once años.
Pese a estos números, el salario máximo que una jugadora podrá recibir en 2025 ronda apenas los $250.000 dólares. Una cifra que, en el contexto del deporte profesional estadounidense, está muy por debajo del estándar de otras ligas mayores, lo que alimenta aún más la demanda de equidad.
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