Toyota duda y Tesla, BYD y Xiaomi lo aprovechan
Aunque Toyota lidera en ventas globales y goza de una reputación impecable por fiabilidad, internamente alertan que la transformación digital no avanza

Toyota Corolla 2025. Crédito: Toyota. Crédito: Cortesía
Durante años, Toyota ha sido sinónimo de éxito en la industria automotriz. Su dominio mundial en volumen de ventas, la solidez de sus híbridos y la lealtad de sus clientes por su fiabilidad han sido su sello distintivo.
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Pero en esta actualidad donde el software define cada vez más la experiencia y el rendimiento del vehículo, su liderazgo comienza a mostrar fisuras.
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En Tokio, dentro de las oficinas del mayor fabricante de autos del planeta, algunos empleados empiezan a preguntarse si la empresa podrá mantener su posición dominante. La razón: una transición hacia el desarrollo digital que avanza, según sus palabras, con demasiada lentitud.
“Toyota es lenta”, publicó recientemente Bloomberg, citando fuentes internas cercanas al desarrollo digital de la compañía. Una lentitud que podría dejarle el camino libre a rivales más ágiles como Tesla, BYD o incluso Xiaomi, que han puesto al software en el centro de sus estrategias de producto.
Software: la asignatura pendiente
En los últimos años, Toyota ha comprendido la importancia estratégica del software, pero sigue sin acelerar. Kani Munidasa, director ejecutivo de la startup Code Chrysalis, que trabaja con Toyota para formar a sus ingenieros en programación, no lo duda: “Toyota reconoce la importancia del software, pero aún avanza con lentitud”, aseguró.
Desde 2021, la empresa cuenta con un Departamento de Promoción de la Transformación Digital, impulsado por el expresidente Akio Toyoda.
Sin embargo, este equipo fue recientemente absorbido por una nueva estructura más amplia: el Grupo de Información y Comunicación Digital. Según el comunicado oficial, este movimiento busca “acelerar la promoción interna de la transformación digital”.
No obstante, dentro de Toyota, esta decisión ha sido mal recibida por quienes impulsaban un cambio más profundo centrado en el desarrollo digital. Según fuentes citadas por Bloomberg, la integración fue vista como “un tibio compromiso” en lugar de un paso firme hacia el futuro.

La amenaza de Tesla, BYD y Xiaomi
Mientras Toyota reestructura internamente sus divisiones digitales, sus competidores más avanzados siguen pisando el acelerador. Tesla ha hecho del software su principal ventaja competitiva, y su visión sobre vehículos autónomos y robotaxis marca el camino de lo que vendrá.
BYD, por su parte, cuenta con más de 120,000 ingenieros en plantilla, muchos de ellos dedicados al desarrollo de software propio. Esto le ha permitido lanzar vehículos eléctricos con un nivel de integración tecnológica muy por encima de lo que ofrecen muchos fabricantes tradicionales.
Además, Xiaomi se suma al juego con modelos que integran el ecosistema digital con su propia plataforma de consumo, algo que podría redefinir la relación entre los coches y sus usuarios.
Mientras estos actores consolidan sus estrategias, algunos dentro de Toyota consideran que el avance del gigante japonés ha sido fragmentado y que el progreso está “lejos de lograr sus objetivos a largo plazo”, según fuentes internas consultadas por Bloomberg.

Cultura interna y resistencia al cambio
Uno de los mayores obstáculos no parece estar en la falta de recursos o capacidad técnica, sino en la cultura corporativa de Toyota. Varios extrabajadores hablaron con Bloomberg sobre una estructura interna rígida, con procesos burocráticos que favorecen la armonía y la jerarquía por encima de la innovación.
Un ex empleado relató que, aunque ingresó motivado por trabajar en el desarrollo de conducción autónoma, terminó durante años en tareas de control de calidad de componentes electrónicos. Esa experiencia le hizo comprender que el dinamismo de Tesla era justo lo que Toyota no tenía.
Estas barreras culturales no son exclusivas del fabricante japonés. Otras marcas históricas como Volkswagen o Ford también han tropezado al intentar implementar sistemas operativos digitales propios y flexibles. Aun así, el desafío para Toyota es especialmente significativo por su tamaño, su estructura corporativa y su tradicionalismo.
“Una batalla cuesta arriba” para los tradicionales
Según John Murphy, analista sénior del sector automotor en Bank of America, las empresas tradicionales enfrentan una disrupción tecnológica sin precedentes. “La reinvención no será nada fácil para los fabricantes de automóviles tradicionales”, afirmó.
“Se trata de que todo el sistema operativo integrado de un vehículo debe implementarse de forma diferente: será una batalla cuesta arriba (para estos fabricantes)”, advirtió.

La clave no está solo en desarrollar software, sino en hacerlo con la velocidad, flexibilidad y enfoque que empresas tecnológicas ya dominan. Tesla, por ejemplo, puede desplegar actualizaciones de software de forma remota y constante, una capacidad que Toyota aún no ha replicado a esa escala.
Los próximos pasos
Toyota se encuentra en un momento decisivo. Por un lado, debe proteger su legado, basado en eficiencia, fiabilidad y calidad de fabricación.
Pero, por otro, necesita reinventarse digitalmente en un contexto donde los coches ya no se definen solo por su ingeniería, sino por sus capacidades digitales y su conectividad.
De momento, los esfuerzos no parecen suficientes. Aunque el grupo ha destinado miles de millones de dólares a electrificación e innovación tecnológica, parte de ese dinero aún se canaliza hacia desarrollos híbridos, mientras Tesla y BYD apuestan todo a lo 100% eléctrico.
En mercados como China, esta diferencia ya empieza a pasarle factura. Allí, la gama de eléctricos puros de Toyota es limitada, mientras BYD ha consolidado una oferta competitiva en precio, calidad y tecnología, con modelos desde $10,000 dólares y hasta versiones de lujo por encima de $40,000 dólares, todos con sistemas operativos propios y asistencia autónoma integrada.
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