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El SUV eléctrico más accesible de Volvo reduce esperas

Con tiempos de entrega reducidos y la mira puesta en Estados Unidos, Volvo busca fortalecer su presencia en el competitivo mercado de los eléctricos compactos

El Volvo EX30 en plena producción

El Volvo EX30 en plena producción. Crédito: Volvo. Crédito: Cortesía

El Volvo EX30 es uno de los vehículos eléctricos que más ha llamado la atención en el mercado. Su fórmula ha sido clara y directa: tamaño contenido, diseño premium, tecnología moderna y un precio atractivo para tratarse de un SUV eléctrico de marca europea.

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Esta combinación lo ha convertido en uno de los modelos más vendidos de la firma sueca en el continente, y ahora la compañía ha dado un paso decisivo para mejorar su disponibilidad.

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Hasta hace unos meses, la historia del EX30 tenía un pequeño obstáculo: las largas esperas para recibir el vehículo. Algunos clientes debían aguardar hasta ocho meses para tener su auto en casa.

Esa situación era insostenible en un mercado donde la competencia lanza novedades constantemente y la paciencia del consumidor es limitada. Volvo decidió actuar de manera drástica y reorganizar su producción global para responder a la demanda creciente.

Producción en Europa: la clave para recortar las esperas

El primer paso para resolver el problema llegó con la apertura de la línea de ensamblaje del EX30 en la planta de Gante, Bélgica. Hasta abril, la producción de este SUV se concentraba en China, desde donde se exportaba a Europa y a otros mercados.

Esta estrategia, aunque eficiente en costos de fabricación, implicaba dos inconvenientes: tiempos de transporte prolongados y aranceles que encarecían el producto final.

La decisión de fabricar en Europa tiene un impacto doblemente positivo. Por un lado, permite reducir los plazos de entrega de manera significativa. De los ocho meses iniciales, Volvo asegura que ahora podrá entregar unidades en un promedio de tres meses, e incluso algunas configuraciones ya disponibles pueden llegar a manos de sus compradores en apenas una semana.

Por otro lado, la producción en Bélgica ayuda a esquivar los aranceles europeos del 28,8 % que afectan a los autos eléctricos fabricados en China.

Hakan Samuelsson, CEO de Volvo, lo resumió claramente en una entrevista con Automotive News: “El coche se fabrica ahora en Europa, lo que implica plazos de entrega más rápidos”. Y agregó: “Deberíamos volver a las cifras de ventas y cuotas de mercado del EX30 que teníamos antes de la introducción de los aranceles”.

Un modelo pensado para conquistar el mercado masivo

La estrategia de Volvo no se limita a fabricar más rápido, sino también a producir versiones generalistas del EX30 que permitan entregas inmediatas sin depender de pedidos personalizados. Este enfoque apunta directamente al mercado masivo, donde la rapidez y la disponibilidad pesan tanto como la tecnología.

Arek Nowinski, CEO de Volvo en Europa, lo explicó de forma contundente: “Cuanto más barato sea el coche, más vehículos se necesitan en stock”. Por eso, la marca ha fabricado lotes iniciales con configuraciones estándar, reduciendo el tiempo que transcurre entre la compra y la entrega.

En España, el Volvo EX30 se ofrece a partir de $38,900 dólares, sin contar ayudas gubernamentales ni promociones puntuales. Esta versión inicial viene equipada con un motor eléctrico de 272 caballos de fuerza y una autonomía homologada de 335 kilómetros, suficiente para el uso urbano y periurbano que predomina entre los compradores de este tipo de vehículos.

Con estas características, el EX30 se ubica como una de las puertas de entrada más atractivas al mundo de los SUV eléctricos premium. Su éxito no solo refuerza la presencia de Volvo en Europa, sino que también allana el camino para su expansión hacia Norteamérica.

Fabricación del Volvo EX30
Fabricación del Volvo EX30. Crédito: Volvo.
Crédito: Cortesía

Estados Unidos, el próximo gran paso del EX30

Hasta ahora, el Volvo EX30 no había llegado al mercado estadounidense debido a un factor decisivo: los aranceles de hasta un 147 % que el gobierno de Estados Unidos impone a los vehículos eléctricos de origen chino. Para la marca sueca, era inviable comercializarlo bajo esas condiciones sin elevar los precios de forma prohibitiva.

La producción en Bélgica cambia el escenario. Al ensamblar el EX30 en Europa, Volvo evita los gravámenes más altos y puede planificar su desembarco en Norteamérica con una estrategia de precios más competitiva.

Esta decisión no solo beneficia a la marca, sino que también responde a la política industrial de Estados Unidos, que busca incentivar la fabricación de vehículos eléctricos fuera de China o, idealmente, dentro de su propio territorio.

El lanzamiento estadounidense del EX30 está previsto para los próximos meses, y Volvo confía en que la buena acogida europea se replique al otro lado del Atlántico.

La marca se juega mucho en este movimiento, ya que el segmento de SUV eléctricos compactos crece rápidamente en Estados Unidos, con rivales como Tesla Model Y, Hyundai Kona Electric y Volkswagen ID.4.

Un futuro prometedor para el SUV eléctrico más accesible de Volvo

La combinación de un precio competitivo, tiempos de entrega reducidos y un diseño atractivo posiciona al Volvo EX30 como un modelo clave en la transición eléctrica de la marca. Su éxito inicial demuestra que existe una gran demanda por vehículos eléctricos compactos con calidad europea y respaldo de una firma histórica.

Producción del Volvo EX30
Producción del Volvo EX30. Crédito: Volvo.
Crédito: Cortesía

Además, esta estrategia refuerza el compromiso de Volvo con la electrificación. La compañía sueca ha anunciado que para 2030 solo venderá vehículos eléctricos, y el EX30 representa la puerta de entrada a ese futuro.

En una actualidad donde los consumidores buscan eficiencia, sostenibilidad y accesibilidad, este SUV parece tener todos los ingredientes para mantenerse en el radar de los compradores.

La historia del EX30 es también la muestra de cómo la logística y la producción pueden determinar el éxito comercial de un modelo.

Al reducir los tiempos de espera de ocho meses a aproximadamente tres, Volvo no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también envía un mensaje claro: está dispuesta a adaptarse rápidamente para no perder terreno frente a sus competidores.

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