Purificadores de aire: ¿son una inversión inteligente o tan solo un gasto más?
Los purificadores pueden eliminar hasta el 99.97% de las particulas del aire como polvo o polen las cuales pueden generar alergias

Instalar un purificador de aire puede ser una idea para usuarios que cuentan con alergias al polvo o asma Crédito: Amazon
Imagina llegar a casa después de un día en la ciudad, con el aire cargado de polvo, polen o humo de coches. Respirar profundamente no siempre se siente tan fresco como debería. Aquí es donde un purificador de aire puede marcar la diferencia. Estos dispositivos aspiran el aire del cuarto, lo hacen pasar por varios filtros y devuelven aire más limpio y seguro para respirar.
El filtro más común es el HEPA, capaz de atrapar al menos el 99.97 % de partículas microscópicas como polvo, polen o caspa de mascotas, gracias a su malla de fibras densas. Los purificadores también suelen incluir carbón activado, que elimina gases y malos olores, incluyendo compuestos químicos provenientes de productos de limpieza o pintura.
Algunos modelos incorporan tecnologías adicionales, como purificadores iónicos o de luz UV, aunque estos pueden generar ozono o no ser tan efectivos como los filtros mecánicos. Para garantizar su eficacia, un buen purificador debe contar con un CADR alto —Clean Air Delivery Rate— y renovar varias veces por hora el aire de la habitación donde se use.
Ventajas reales de tener uno en casa
Los purificadores de aire ofrecen beneficios claros para la salud y el bienestar. Para quienes sufren de alergias o asma, los filtros HEPA pueden reducir significativamente la cantidad de polen, ácaros, caspa de mascotas y polvo, disminuyendo los síntomas y las molestias.
También pueden tener un impacto positivo en la salud cardiovascular, ya que estudios recientes han mostrado que usar un purificador HEPA en hogares expuestos a contaminación puede reducir ligeramente la presión arterial, algo importante para personas con riesgo de hipertensión.
Otro beneficio es el control de partículas contaminantes. Estos dispositivos ayudan a filtrar PM2.5, humo de incendios, humo de cocina y otros contaminantes del exterior, lo que resulta especialmente útil en zonas con alta contaminación o cerca de incendios forestales. Además, muchas personas notan que el aire se siente más fresco, duermen mejor y perciben menos polvo o malos olores, lo que hace que la sensación general en el hogar sea mucho más cómoda.
¿Cuándo sí y cuándo no vale la pena?
Un purificador de aire es especialmente útil si hay alergias, asma o condiciones respiratorias en casa, o si vives cerca de calles muy transitadas o en zonas con alta contaminación. También resulta recomendable cuando hay humo frecuente, ya sea de incendios, cocina o tabaco, o exposición a compuestos químicos. Para quienes buscan un cuidado extra de su salud cardiovascular, un purificador puede ser un aliado adicional.
En cambio, su efectividad se reduce si se busca únicamente eliminar olores intensos sin un filtro de carbón activado, o si no se controlan las fuentes de contaminación: limpiar, ventilar, controlar la humedad y eliminar moho o polvo sigue siendo fundamental. Además, si el purificador no está adaptado al tamaño del espacio o los filtros no se mantienen, la eficacia disminuye considerablemente.
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