El gut microbiome: la conexión entre las bacterias intestinales y enfermedades crónicas
La dieta influye significativamente en la composición del microbioma, y su manipulación con prebióticos y probióticos puede tener beneficios terapéuticos

Un desequilibrio entre los microbios beneficiosos y los nocivos puede contribuir a varias condiciones crónicas Crédito: FOTOGRIN | Shutterstock
El gut microbiome (microbioma intestinal) es una comunidad compleja de microorganismos que reside en los intestinos, crucial para la salud humana, y su desequilibrio (disbiosis) está vinculado a diversas enfermedades crónicas como diabetes, obesidad, enfermedades inflamatorias intestinales, cardiovasculares y autoinmunes.
La dieta influye significativamente en su composición, y la investigación sugiere que la manipulación del microbioma a través de la dieta (prebióticos y probióticos) podría tener beneficios terapéuticos.
Este bicrobioma intestinal funciona como ecosistema en miniatura dentro del intestino, compuesto por billones de microorganismos, incluyendo bacterias, virus, hongos y parásitos. Cada individuo tiene un microbioma único, influenciado por la herencia, la dieta y el entorno. Tener un microbioma equilibrado (eubiótico) es esencial para la salud.
El mismo es una fuente importante de población bacteriana y contribuye significativamente a efectos tanto positivos como negativos. Debido a su participación en diversas interacciones, los microorganismos intestinales tienen un gran impacto en nuestra salud.
Conexión con enfermedades crónicas
Un desequilibrio entre los microbios beneficiosos y los nocivos (disbiosis) puede contribuir a varias condiciones crónicas:
Enfermedades metabólicas. Está asociado con la obesidad y la diabetes tipo 2.
Enfermedades inflamatorias y autoinmunes. Un microbioma desequilibrado puede provocar desregulación inmunológica y aumentar el riesgo de enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal y trastornos autoinmunes.
Enfermedades cardiovasculares. El microbioma influye en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Cáncer. Se ha relacionado con el cáncer, especialmente el de colon y el hepatocelular.
Factores que influyen en el microbioma
La dieta es un factor clave que puede cambiar la composición del microbioma rápidamente, llevando a modificaciones beneficiosas o perjudiciales.
Factores positivos como los probióticos (microorganismos vivos beneficiosos) y los prebióticos (alimentos que promueven el crecimiento de la microbiota beneficiosa) pueden mejorar la salud intestinal.
Incluso, el estrés emocional o psicológico influye en la composición del microbioma intestinal principalmente a través de la activación del eje microbiota-intestino-cerebro. Cuando una persona experimenta estrés se incrementa la producción de hormonas como el cortisol, lo que puede aumentar la permeabilidad intestinal, permitir la proliferación de bacterias proinflamatorias y provocar una disbiosis,
Este desequilibrio incluye la disminución de bacterias beneficiosas y el aumento de bacterias potencialmente patógenas, lo que afecta la barrera intestinal y el sistema inmunológico. El estrés además puede afectar la producción microbiana de neurotransmisores importantes como la serotonina y la dopamina, que son claves en la regulación del ánimo y la conducta.
Impacto en la salud general y otras enfermedades
En pacientes con trasplantes o enfermedades hepáticas, la composición alterada de la microbiota está relacionada con complicaciones y mayor mortalidad.
Definitivamente, la microbiota intestinal es un factor fundamental en la salud y enfermedad crónica, estando involucrada en el metabolismo, regulación inmunitaria y procesos inflamatorios.
Modificar la microbiota mediante dieta, probióticos o trasplantes fecales es una área activa de investigación para tratar diversas enfermedades crónicas.
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