Poseer un smartphone antes de los 13 años está relacionado con deterioro de la salud mental, afirma estudio global
Identificaron cuatro áreas esenciales para abordar los riesgos asociados con la posesión temprana de teléfonos inteligentes

Los síntomas incluyen agresividad, desapego de la realidad y pensamientos suicidas. Crédito: Shutterstock
Investigación global con más de 100,000 jóvenes vincula el uso temprano de smartphones con problemas de salud mental en la edad adulta temprana. Los síntomas incluyen agresividad, desapego de la realidad y pensamientos suicidas.
El estudio mundial descubrió que recibir un teléfono inteligente antes de los 13 años está relacionado con una peor salud mental y un menor bienestar general en la edad adulta temprana.
La investigación, publicada en la revista Journal of Human Development and Capabilities, informó que las personas de entre 18 y 24 años que tuvieron su primer teléfono inteligente a los 12 años o menos eran más propensas a experimentar pensamientos suicidas, mayor agresión, sentimientos de desapego de la realidad, dificultades con el control emocional y una menor autoestima.
Indican que estos resultados negativos están estrechamente relacionados con la exposición temprana a las redes sociales y una mayor vulnerabilidad al acoso cibernético, mala calidad del sueño y relaciones familiares tensas más adelante en la vida.
Cuatro prioridades para la salud mental
Los expertos de Sapien Labs, la organización detrás de la base de datos de bienestar mental más grande del mundo, el Global Mind Project (que proporcionó los datos para este estudio) identifican cuatro áreas esenciales para abordar los riesgos asociados con la posesión temprana de teléfonos inteligentes:
Educación obligatoria. Implementación de programas educativos sobre alfabetización digital y salud mental.
Vigilancia de uso de redes sociales. Detectar el uso de redes sociales en menores y establecer consecuencias para las empresas tecnológicas que no cumplan.
Limitaciones en el acceso. Restricción del acceso a plataformas de redes sociales para menores de edad.
Restricciones por edad. Establecimiento de limitaciones escalonadas sobre el uso de teléfonos inteligentes basadas en la edad.
Piden medidas urgentes
“Nuestros datos indican que la posesión temprana de un teléfono inteligente, y el acceso a las redes sociales que a menudo conlleva, está vinculada con un cambio profundo en la salud mental y el bienestar en la adultez temprana”, afirma la Dra. Tara Thiagarajan, neurocientífica y autora principal, fundadora y científica jefa de Sapien Labs.
En los últimos años, se ha advertido regularmente que las redes sociales a temprana edad dañan a nivel cognitivo. Por eso, se ha intensificado la preocupación por los algoritmos de redes sociales impulsados por IA, que pueden difundir contenido dañino, promover comparaciones sociales perjudiciales e interferir con actividades importantes como la interacción en persona y un sueño adecuado.
Los resultados de estudio ahora confirman esta tendencia.
Consecuencia para la salud mental
Los resultados del estudio mostraron:
- Los síntomas más fuertemente asociados con la posesión temprana de un teléfono inteligente incluyen pensamientos suicidas, aumento de la agresividad, sentimientos de desapego de la realidad e incluso alucinaciones.
- Los adultos jóvenes que recibieron su primer teléfono inteligente antes de los 13 años mostraron sistemáticamente puntuaciones más bajas en el MHQ, y estas puntuaciones disminuyeron aún más cuanto menor era la edad de adquisición inicial. Por ejemplo, quienes obtuvieron un teléfono a los 13 años promediaron una puntuación de 30, mientras que quienes lo tenían a los cinco años promediaron solo 1.
- Paralelamente, la proporción de personas clasificadas como angustiadas o con dificultades (definidas como con cinco o más síntomas graves) aumentó un 9,5 % entre las mujeres y un 7 % entre los hombres. Este patrón se observó de forma consistente en todas las regiones, culturas e idiomas, lo que sugiere un período de mayor vulnerabilidad en el desarrollo.
- La propiedad temprana también se relacionó con una menor autoimagen, confianza y resiliencia emocional en las mujeres, mientras que los hombres demostraron niveles más bajos de estabilidad, calma, autoestima y empatía.
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