Costo de la vida: cómo la crisis económica deteriora la salud de las familias
La incertidumbre financiera y las dificultades económicas generan estrés y ansiedad en los miembros de la familia, afectando la salud mental y emocional

Muchas familias experimentan pérdidas significativas en sus ingresos, lo que repercute en cambios negativos en la alimentación. Crédito: Denys Kurbatov | Shutterstock
El costo de la vida y la crisis económica deterioran la salud de las familias, principalmente a través del empobrecimiento, la pérdida de poder adquisitivo y el aumento del estrés. Estos factores afectan tanto la salud física como mental, con consecuencias especialmente severas en niños y personas vulnerables.
Las crisis económicas hacen que muchas familias experimenten pérdidas significativas en sus ingresos, lo que repercute en cambios negativos en la alimentación, acceso a servicios de salud y bienestar general. Esto puede llevar a un aumento de enfermedades relacionadas con la mala nutrición, incluso obesidad en familias empobrecidas, debido a la compra de alimentos menos costosos pero menos nutritivos.
Además, el costo de la vida disminuye el acceso a medicamentos y tratamientos, dificultando el manejo de enfermedades crónicas en niños y adultos.
Repercusiones en la salud mental
La incertidumbre financiera y las dificultades económicas generan estrés y ansiedad en los miembros de la familia, afectando la salud mental y emocional. Esto puede aumentar la incidencia de problemas psicológicos, conflictos familiares y deterioro en la dinámica social interna de la familia.
La crisis también limita el acceso a servicios de salud mental y prevención, agravando la situación.
Las crisis económicas, especialmente el desempleo y la inestabilidad financiera, provocan un aumento significativo en trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y el alcoholismo en los jóvenes. El estrés constante por la falta de recursos económicos, la inseguridad laboral y la falta de expectativas de futuro generan un impacto negativo directo en la salud mental de este grupo.
Efectos en niños y grupos vulnerables
Los niños son particularmente vulnerables a las crisis económicas, pues las privaciones en la infancia afectan su salud presente y futura.
La falta de recursos puede generar enfermedades crónicas, malnutrición y dificultades educativas, perpetuando un ciclo de pobreza y mala salud intergeneracional.
En muchos países, la crisis se traduce en aumento de la mortalidad infantil y empeoramiento de indicadores sanitarios.
Desigualdad social
La crisis no afecta por igual a todos; acentúa las desigualdades sociales y económicas, lo que a su vez influye en la salud de las poblaciones empobrecidas de manera más intensa.
Los países en desarrollo y los hogares más pobres suelen sufrir más, por la combinación de menor capacidad adquisitiva y menores servicios públicos disponibles.
En fin, la crisis económica deteriora la salud de las familias mediante la reducción del ingreso disponible, que afecta la alimentación, el acceso sanitario y genera estrés emocional, con impactos muy graves en niños y sectores vulnerables de la población que perpetúan desigualdades sociales y problemas de salud a largo plazo.