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Repartidor de fresas arrestado en LA por Patrulla Fronteriza es liberado bajo fianza

Asegura que su detención fue en base al perfil racial por su color de piel; su abogado dice que fue para hacerle daño al gobernador Newsom

Angel Rodrigo Minguela Palacios recupera su libertad tras más de un mes de detención por ICE.

Angel Rodrigo Minguela Palacios recupera su libertad tras más de un mes de detención por ICE. Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Entre aplausos de sus compañeros de celda, Ángel Rodrigo Minguela Palacios, el repartidor de fresas, detenido por la Patrulla Fronteriza en el barrio Little Tokio de Los Ángeles frente al lugar donde el gobernador Gavin Newson daba una conferencia de prensa, recuperó su libertad un mes después de su arresto.

“Hoy que manejé por primera vez, no me creía que andaba libre. Ese mes que pasé entre el Centro de Detención de Los Ángeles y el Centro Eloy de Arizona se sintieron como un año. Esos centros están creados para destruirte mentalmente. Son peores que una prisión”, dice Ángel Rodrigo en entrevista con La Opinión.

Fue detenido alrededor de las 11 de la mañana del 14 de agosto.

“Era un día cualquiera, una entrega más en mi recorrido. Estaba en la parte de atrás del carro, acomodando algo que se me había caído cuando me tocaron la puerta. Era un agente de la Patrulla Fronteriza. Me preguntó por mi estatus. Le entregué la tarjeta roja con mis derechos que siempre llevaba en mi cartera. El oficial me dijo de mala gana que no le servía, y me empezó a cuestionar de ‘dónde eres’ y si tenía papeles. Se puso muy exigente. Yo opté por no contestar y quedarme callado”.

Al revisar su licencia de manejo y verificarla en su sistema, el patrullero fronterizo le pide que se voltee y le coloca las esposas.

“Me subieron a una patrulla y me  llevaron al edificio del ICE (Servicio de Inmigración y Aduanas) en el centro de Los Ángeles donde me tuvieron seis días; de ahí me trasladaron al Eloy Detention Center en Arizona”.

Ángel Rodrigo, un inmigrante de Torreón, México de 48 años, casado, padre de tres hijos menores, donde de ellos con autismo, dice que cuando lo arrestaron el mundo se le vino encima.

“Uno piensa que lo pueden detener y se cuida, pero cuando te pasa, se te viene todo el miedo por los compromisos, y por lo que tu esposa y tus hijos van a batallar sin tu apoyo”.

Dice que él desconocía que el gobernador estaba enfrente de donde lo detuvieron.

“Me lo hicieron saber cuando estuvo detenido en el Centro del ICE en Los Ángeles. Ese evento provocó que la Patrulla Fronteriza se apareciera”.

Abogado en migración Alex Gálvez.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Detención racial

Si de algo está seguro es que su detención fue con base al perfil racial y a su color de piel.

“No tengo delitos, no tenía órdenes de detención, ni de deportación. Me vieron, se acercaron, me cuestionaron y me llevaron”.

Ese mes y seis días que estuvo privado de su libertad, dice que no se lo desea a nadie.

“Te tratan como delincuente, te dan de comer lo básico para sobrevivir. Te levantan a desayunar a las tres y media de la mañana, la comida es a las 11 de la mañana y a la cena a las cuatro de la tarde. El domingo era el peor día, solo tres rebanadas de pan blanco con un sobre de mantequilla de cacahuate y otro sobre de mermelada. Eso sí era el único día de la semana que nos daban fruta, una manzana”.

¿Qué le daba fuerzas en el encierro?

“Mi familia. Hablar con mi mujer que me daba ánimos. De otra manera no hubiera resistido. Uno llora y se forma una familia entre todos los detenidos. La mayoría somos mexicanos, pero hay de todas partes del mundo, muchos africanos, indios, y hasta rusos”.

El 9 de septiembre, un juez le autorizó salir en libertad con el pago de una fianza de $1,500.

“Es la más baja fianza que dan porque me tocó ver gente que les pedían hasta $10,000”.

Una semana después, vivió uno de los momentos más felices de su vida cuando le avisaron que saldría libre al día siguiente.

Recuperó su libertad el jueves 18 de septiembre, y tras un viaje de ocho horas en autobús entre Phoenix y Los Ángeles, fue recibido por su esposa Norma, sus hijos, sus compañeros de trabajo y hasta su jefa.

“Se siente muy bonito ser recibido de esa manera con tanta alegría”, dice Ángel Rodrigo.

Pero no todo es victoria, antes de salir, el ICE le colocó una pulsera de monitoreo electrónico en el tobillo que deberá llevar puesta por el tiempo que dure su proceso.

“Voy a pelear por quedarme en este país porque mis hijos con autismo; ellos necesitan apoyos que solo aquí les pueden dar”, dice.

Dice que él creyó en las palabras del presidente Trump de que se enfocarían en detener solo a los inmigrantes con delitos graves, pero se están yendo contra todos, hayas cometido o no un crimen.

“Para ellos mi delito es haberme quedado en el país a trabajar cuando mi visa de turista se venció”, dice.

Y agrega: “El presidente quiere cumplir su promesa de campaña, pero estamos pagando el precio gente buena que no tenemos delitos. Y por cumplir con sus votantes se están yendo a los Home Depot, Car Washes a arrestar gente. Muchos en la detención son jornaleros, lavacarros, gente que venimos aquí a trabajar para sacar adelante a nuestra familias y a luchar para darle a nuestros hijos educación. No somos criminales”.

Angel Rodrigo Minguela Palacios feliz junto a su abogado en inmigración Alex Gálvez.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Una fianza muy inusual

El abogado en migración, Alex Gálvez quien defendió a Ángel dice que se consiguió que le juez le fijara una fianza por un monto bajo de $1,500 debido a un conjunto de factores basado en lo que ha hecho en su vida en Estados Unidos.

“Tomó en cuenta su buen comportamiento, que no ha cometido crímenes, dos de sus hijos sufren autismo y siempre ha pagado sus impuestos”.

Dice que la última vez que supo de una fianza por $1,500 fue antes de covid. 

“Es algo inusual, y solo puedo atribuirlo a que Ángel ha sido un buen contribuyente a la sociedad”.

Bajo los cambios a las leyes de fianzas bajo la Administración Trump, Ángel Rodrigo tuvo la suerte de haber entrado con una visa de turista, lo que le permitió calificar; quienes ingresaron al país sin documentos, deben permanecer bajo detención seis meses, antes de poder solicitar una fianza, dijo el abogado Gálvez.

Hace ver que aunque este padre de familia no está fuera del peligro de una separación, cuanto antes van a someter la petición 42B para la cancelación y remoción de su deportación en base a que tiene dos hijos con autismo.

“Cumple con los requisitos, haber estado en el país en los últimos diez años, buena conducta moral, hijos menores de 21 años con una discapacidad que necesitaran de ayuda toda su vida; si lo conseguimos, vamos a poder ganarle la residencia”, dice.

Angel Rodrigo Minguela Palacios muestra la pulsera electrónica que el ICE le puso al salir de la detención migratoria en Arizona.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Daño colateral

El abogado Gálvez afirma que su cliente fue objeto de daño colateral en la batalla política del gobierno federal por intimidar al gobernador Gavin Newsom durante su conferencia de prensa.

“Desgraciadamente el señor Palacios estaba enfrente dejando sus fresas. Él fue uno de los dos inmigrantes que la Patrulla Fronteriza se llevó detenido para darle un escarmiento al gobernador. Lo bueno es que pudimos sacarlo de la detención para que pueda luchar en libertad por permanecer en Estados Unidos, ayudando a sus dos niños con autismo”.

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