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Cheques en papel del Seguro Social desaparecen el 30 de septiembre, salvo excepciones

El Seguro Social dejará de enviar cheques en papel el 30 de septiembre, aunque algunos seguirán recibiéndolos: te decimos quiénes y por qué

Pagos del Seguro Social sin cheques

A partir del 30 de septiembre, el Seguro Social solo hará pagos electrónicos... excepto para muy pocos beneficiarios. Crédito: Shutterstock

A partir del 30 de septiembre, el Seguro Social dejará de emitir cheques en papel, una medida que afectará a millones de personas en los Estados Unidos. Después de 85 años de enviar cheques a jubilados, el gobierno está dando un paso hacia la modernización de sus servicios, adoptando un sistema de pagos electrónicos. Esta transición busca mejorar la eficiencia, la seguridad y la puntualidad de los pagos. No obstante, hay algunos beneficiarios que seguirán recibiéndolos, a pesar de las medidas del gobierno.

En lugar de los tradicionales cheques en papel, los beneficiarios recibirán sus pagos mediante depósito directo o tarjetas prepagadas.

“Hemos estado comunicándonos directamente con los beneficiarios desde el 1 de julio para darles tiempo suficiente para cambiar a un depósito directo o recibir tarjetas Direct Express“, según un portavoz de la Administración del Seguro Social (SSA).

Este cambio no afectará a la gran mayoría de los 70 millones de beneficiarios, pero quienes no se inscriban a tiempo podrían enfrentar retrasos en la recepción de sus beneficios.

Uno de los principales motivos detrás de esta transición es la mejora de la seguridad. Los cheques en papel son 16 veces más propensos a ser extraviados o robados, según indicó la SSA. Además, los pagos electrónicos representan una opción más económica para la agencia, con un costo de solo 15 centavos por cada transferencia electrónica, frente a los 50 centavos que cuesta enviar un cheque en papel.

La SSA también ha señalado que, para garantizar una transición sin problemas, está enviando avisos a los beneficiarios que todavía reciben cheques en papel. Los destinatarios deben actuar rápidamente y registrarse para los nuevos métodos de pago antes de la fecha límite para evitar interrupciones. En este sentido, la agencia ha subrayado que los pagos electrónicos no solo son más seguros, sino que también garantizan que los beneficiarios reciban su dinero a tiempo.

Sin embargo, existen algunas excepciones. Aquellas personas que no puedan acceder a los pagos electrónicos, como los que no tienen cuenta bancaria o no pueden recibir depósitos directos, seguirán recibiendo sus pagos en cheques en papel.

El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos otorgará excepciones a las reglas, pero los detalles sobre cómo calificar para estas excepciones aún no están claros. Este punto ha generado preocupación entre algunos sectores, ya que, según cifras de Bankrate, el 4.6% de la población estadounidense es “no bancarizada” y depende de métodos tradicionales como los cheques.

Este cambio forma parte de una orden ejecutiva de marzo del presidente Donald Trump, que exigió la digitalización de todos los pagos federales. Según la Casa Blanca, los cheques en papel implican “costos innecesarios, retrasos y riesgos de fraude, pérdida de pagos y robos”.

Además, organizaciones que defienden los derechos de los adultos mayores, como la senadora Elizabeth Warren, han señalado que muchos de los 600,000 beneficiarios que aún reciben cheques en papel tienen dificultades para acceder a otras opciones de pago debido a su situación económica o de salud.

Este cambio no es solo un tema de modernización, sino también de historia. En 1940, el Seguro Social comenzó a emitir los primeros cheques a trabajadores jubilados, siendo la primera beneficiaria Ida M. Fuller, quien recibió un pago de $22.54 dólares, un monto muy modesto comparado con los beneficios actuales. Ahora, más de ocho décadas después, el modelo de pagos ha cambiado drásticamente, pero lo que no ha cambiado es la importancia de la seguridad y eficiencia en la entrega de los beneficios.

Este 30 de septiembre marca el fin de una era, y la transición hacia los pagos electrónicos del Seguro Social será un paso crucial para asegurar que millones de estadounidenses reciban sus beneficios de manera más rápida, segura y eficiente.

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