Badiraguato, la región de Sinaloa que luce abandonada por la guerra entre Los Chapitos y La Mayiza
Los habitantes de Badiraguato han sido obligados a huir, y los que permanecen lo hacen bajo el control de múltiples grupos armados

La violencia relacionada con el narcotráfico no es nueva en Badiraguato. Crédito: Facebook/Gobierno de Badiraguato | Cortesía
Un éxodo silencioso recorre las sierras del municipio de Badiraguato, donde comunidades enteras han sido abandonadas ante el recrudecimiento del enfrentamiento entre facciones del Cártel de Sinaloa: “Los Chapitos” contra “La Mayiza”. Los habitantes de localidades relatan noches de explosiones, cortes de energía e imposibilidad para moverse libremente.
“Detonaron ráfagas toda la noche y se escuchaba un dron que lanzaba explosivos”, relató una mujer originaria de Bacacoragua en una entrevista con la Revista Espejo. Las fuerzas armadas no controlan la zona, los accesos están bloqueados, los caminos custodiados por grupos armados y el tránsito para los civiles resulta prácticamente imposible.
Tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada en 2024, la disputa por el control territorial se intensificó, ocasionando el abandono total de pueblos como El Chorro, La Palma y Potrero de la Vainilla. Autoridades estatales y municipales han estimado que al menos 100 familias –aproximadamente 450 personas– han sido desplazadas, aunque organizaciones civiles sitúan la cifra por encima de 700.
Para muchas familias, el destino ha sido Culiacán. Lorena, quien huyó de El Chorro bajo la lluvia, dijo: “Está crítica la situación. Dejamos todo, salimos sin nada”. En la capital, algunas personas se refugian en albergues improvisados o con familiares.
Gobierno y retos humanitarios
El gobierno estatal, por medio de la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (SEBIDES) y la Mesa Intersecretarial para la Atención del Desplazamiento Forzado Interno, ha desplegado operativos para entregar ayudas como catres, cobijas, kits de higiene y despensas a los desplazados.
El alcalde de Badiraguato, José Paz López Elenes, aseguró al periódico El Sol de Sinaloa que su prioridad es garantizar atención médica, alimentaria y educativa para quienes huyen de la violencia.
Sin embargo, la realidad en los albergues temporales es precaria: el acceso a alimentos, agua potable, atención sanitaria y apoyo psicosocial es insuficiente, especialmente para menores y mujeres que han visto interrumpida su educación y enfrentan condiciones de vida vulnerables. Organismos de derechos humanos han urgido la aplicación de protocolos federales para la protección de víctimas y atención integral.
Una herida histórica reabierta
La violencia relacionada con el narcotráfico no es nueva en Badiraguato. Durante la llamada “guerra contra el narcotráfico”, bajo el gobierno de Felipe Calderón, ya se habían registrado desplazamientos masivos.
En 2020, la lucha interna del cártel también dejó zonas deshabitadas. Con poco más de 32,000 habitantes en total, el municipio ha sido históricamente escenario clave para cultivos ilícitos y rutas del crimen en el llamado “Triángulo Dorado”.
Hoy, Badiraguato se ve marginado no solo por su inaccesibilidad geográfica, sino por el abandono que impone la guerra interna de un cártel que se ha fragmentado. Sus pobladores han sido obligados a huir, y los que permanecen lo hacen bajo el control de múltiples grupos armados.
En medio del silencio dejado por quienes se van, queda la urgencia de una respuesta estatal efectiva que devuelva al territorio visibilidad, seguridad y esperanza.
Sigue leyendo:
– Mueren dos niñas al quedar en medio de una balacera entre soldados y sicarios en Sinaloa.
– Hallan restos humanos frente a una plaza en Sinaloa junto a narcomensaje de La Mayiza.