Los 4 puntos críticos de los que depende que se concrete la paz entre Hamás e Israel
Este no es el primer cese el fuego que se pacta desde el 7 de octubre de 2023 y dependerá de las partes en conflicto que se cumpla

El acuerdo llega luego de dos años de conflicto entre Israel y Hamás. Crédito: Getty Images
Israel y Hamás firmaron en Egipto un primer acuerdo que supone un cese al fuego indefinido y la liberación tanto de rehenes israelíes como de prisioneros palestinos.
El plan fue aprobado por el gabinete del gobierno de Israel la noche de este jueves y, según el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, el cese al fuego entrará en vigor en las 24 horas siguientes.
La liberación de los rehenes vivos deberá ocurrir en las 72 horas posteriores.
El acuerdo llega luego de dos años en los que han muerto más de 67.000 personas a causa de los ataques israelíes. Alrededor de 1.200 personas murieron por los ataques de Hamás del 7 de octubre, en los que 251 más fueron tomadas como rehenes.
La ofensiva militar israelí ha destruido la mayor parte de la infraestructura de Gaza y provocado una catastrófica crisis humanitaria. En palabras de la comisión investigadora de la ONU, Israel ha cometido genocidio.
Hamás e Israel estuvieron negociando indirectamente en los últimos días en Egipto, con la mediación de Qatar, Turquía y Estados Unidos y con base en un plan de paz de 20 puntos planteado por el presidente Donald Trump.
Con este acuerdo, se prevé que Hamás libere a los rehenes israelíes, que Israel desplace sus tropas (seguirán controlando un 53% de la Franja de Gaza) y que entre ayuda humanitaria al territorio palestino.
Esto sería el “primer paso hacia una paz sólida, duradera y eterna”, dijo Trump en su plataforma Truth Social.
Algunos detalles, como los nombres de los detenidos palestinos que serán liberados, siguen en discusión. Y hay una fuerte oposición a este acuerdo dentro del gabinete israelí.
En la región y el mundo, se respira un alivio colectivo.
Sin embargo, este es apenas un primer paso hacia el fin de la guerra. A continuación detallamos los 4 puntos clave de los que depende que este nuevo acuerdo prospere y permita el fin a la guerra.
1. Que ninguna de las partes rompa el alto al fuego
La confianza entre ambas partes es prácticamente inexistente. Y hay motivos para que esto sea así.
El mes pasado, Israel intentó asesinar al equipo negociador de Hamás con un ataque aéreo en Doha, lo que enfureció no solo a Hamás, sino también a Trump y a Qatar, un mediador clave.
En enero ya se acordó un alto el fuego, pero Israel lo quebró en marzo y reanudó la guerra con devastadores ataques aéreos.
La justificación que dio Netanyahu fue que Hamás rechazó las propuestas israelíes en las negociaciones de alto el fuego y, además, que aumentó su actividad para reagrupar a sus fuerzas.

En el acuerdo firmado este jueves se contempla que Hamás libere a todos los rehenes israelíes que tiene cautivos desde el 7 de octubre de 2023 entre el lunes y el martes.
Y este es otro punto clave, porque Hamás sabe que, al liberar a los rehenes, perderá su influencia en las negociaciones. La organización ha exigido garantías de que Israel no reanudará los combates una vez liberados.
En unas declaraciones este jueves, Khalil al Hayya, un miembro prominente de Hamás, dijo que recibió garantías por parte de EE.UU. y los demás países mediadores de que “la guerra ha terminado”.
Lo que puede marcar la diferencia en este caso para que ninguna de las partes rompa el alto el fuego es la implicación personal de Donald Trump, quien ha presionado no solo a Hamás, sino también a Israel, para que se llegue a un acuerdo.
Esta vez, Trump, aparentemente impaciente e irritado con Netanyahu, parece haber utilizado el poder que sólo los estadounidenses tienen para influir en Israel, dejando al primer ministro sin otra opción que participar en el proceso.
Amenazado por Trump con una “exterminación total”, Hamás también se vio sometido a una intensa presión y los países árabes y musulmanes apoyaron el plan del presidente.
Qatar, Egipto y Turquía participaron activamente en las negociaciones y ejercieron una enorme presión sobre Hamás, convenciendo incluso a los comandantes más radicales de sus filas de que ahora era más beneficioso liberar a los rehenes que retenerlos.
Mantenerlos cautivos solo prolongaría una guerra que los ha debilitado significativamente en todos los aspectos, aunque no haya destruido su movimiento.
Netanyahu calificó el anuncio como una “victoria diplomática, nacional y moral para el Estado de Israel”.
Cabe destacar que, a diferencia de Hamás, su declaración no afirmó que el acuerdo pondría fin a la guerra.
2. El desarme de Hamás
Aún no hay detalles sobre el desarme de Hamás, un punto importante del plan de Trump.
Hamás se ha negado en ocasiones anteriores a deponer las armas. Ha dicho que solo lo hará cuando se establezca un Estado palestino.
El grupo, considerado terrorista por Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, declaró en su momento que no cedería su derecho a la “resistencia y a sus armas” a menos que se establezca un “Estado palestino independiente y totalmente soberano con Jerusalén como su capital”.

Y, a la vez, el objetivo declarado de Israel durante la guerra ha sido la destrucción de Hamás. Netanyahu ha declarado repetidamente que no se detendrá hasta acabar con el grupo.
El fin de semana pasado, Netanyahu prometió: “Hamás será desarmado y Gaza será desmilitarizada, ya sea por las buenas o por las malas”.
3. La retirada del ejército israelí de Gaza
El alcance de la retirada militar de Israel es un punto de controversia.
Es una de las principales demandas de Hamás, que pide en concreto la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza.
El plan acordado establece que el ejército israelí se retirará de Gaza “en base a estándares, hitos y plazos” que deben ser acordados por todas las partes.
Un mapa distribuido por la Casa Blanca mostró tres etapas propuestas para la retirada de las tropas israelíes.
La primera etapa, que es la que se acordó este jueves, deja alrededor del 53% de Gaza bajo control israelí; la segunda, el 40%, y la última, el 15%.
Esta etapa final consistiría en un “perímetro de seguridad” que “permanecería hasta que Gaza esté debidamente protegida frente a cualquier resurgimiento de la amenaza terrorista”.
La redacción aquí es vaga y no ofrece un plazo claro para la retirada total de Israel, algo que Hamás probablemente querrá aclarar.
4. Quién gobernará en Gaza
Otro punto que puede causar tensiones es quién regirá la zona.
Según el plan, se establece que Hamás no tendrá ningún papel en el futuro en Gaza.
La idea es que sea gobernada por un organismo transitorio temporal de tecnócratas palestinos, supervisado por una “Junta de Paz” encabezada y presidida por Donald Trump y en la que participaría el ex primer ministro británico Tony Blair.
La gobernanza de la Franja se transferiría en algún momento no definido a la Autoridad Palestina (AP), que gobierna en Cisjordania, es reconocida internacionalmente, y es, además, gobierno rival de Hamás.

Aunque Netanyahu aceptó la totalidad del plan de 20 puntos de Trump, pareció rechazar la participación de la AP incluso mientras estaba en el podio junto al presidente estadounidense la semana pasada, insistiendo en que la AP no desempeñaría ningún papel en el gobierno del territorio.
Este es uno de los muchos puntos del plan que objetarían los ultranacionalistas de línea dura dentro de la coalición gobernante de Netanyahu, muchos de los cuales desean conservar el control de Gaza y reconstruir los asentamientos judíos allí.
En su respuesta, Hamás indicó que espera desempeñar algún papel en el futuro en Gaza como parte de “un movimiento palestino unificado”. Aunque la redacción es vaga, esto probablemente será inaceptable tanto para Trump como para los israelíes.
En un comunicado, Hamás dijo que “renueva su acuerdo de entregar la administración de la Franja de Gaza a un organismo palestino de independientes (tecnócratas), basado en el consenso nacional palestino y el apoyo árabe e islámico”.
Netanyahu, por su parte, reiteró su oposición a la creación de un Estado palestino.
Quienes viven en la Cisjordania ocupada se enfrentan a la incertidumbre de lo que este acuerdo implicará para su futuro. Y los políticos israelíes ya están tramando las próximas elecciones y discutiendo las siguientes etapas de este acuerdo para garantizar que nunca vuelva a haber otro 7 de octubre.
Por ahora, cabe recordar que esto es un alto el fuego, no un acuerdo de paz. Y que lo sostiene un delicado equilibrio que depende que ambos lados cumplan su parte del acuerdo.
*Con información de Lyse Doucet, Hugo Bachega y Tom Bennett.

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