Hiperconectividad: ¿está el cerebro de un adolescente preparado para gestionar decenas de miles de conexiones?
“El adolescente necesita equivocarse para aprender. Los padres que impiden todo riesgo crean hijos frágiles", asevera psiquiatra

Ocultan una profunda soledad detrás de la hiperconectividad. Crédito: PeopleImages | Shutterstock
La evolución del mundo digital ha transformado drásticamente la manera en que los adolescentes se relacionan y perciben su entorno. Según el psiquiatra Hilario Blasco Fontecilla, estas interacciones en redes sociales no constituyen relaciones genuinas, sino que generan una ilusión de pertenencia, ocultando una profunda soledad detrás de la hiperconectividad.
El especialista señala que el cerebro de un adolescente no está preparado para gestionar las decenas de miles de conexiones que trazan las redes sociales o los cientos de vínculos a los que invitan.
Estas reflexiones las recogió EFE en una jornada dedicada a la salud mental organizada por la Fundación Juan José López-Ibor y el Centro de Estudios Gregorio Marañón, y celebrada en la Fundación Ortega-Marañón, en España.
Retos del desarrollo adolescente
Blasco destaca que la adolescencia es una etapa crucial para la adquisición de autonomía. Sin embargo, el actual entorno digital y la brecha entre maduración biológica y psicológica están retrasando el crecimiento emocional de los jóvenes. “Los jóvenes maduran biológicamente antes, pero psicológicamente mucho más tarde”, dice con preocupación.
Mientras que la sobreprotección parental y la ausencia de ritos de paso contribuyen a esta falta de madurez.
En parte, culpa a los padres por ser creadores de esta “generación de cristal”, como la denominan muchos, descalificándola, por lo vulnerable. “La sobreprotección es el gran error de nuestra especie”, advirtió antes de enfatizar que “el adolescente necesita equivocarse para aprender”. “Los padres que impiden todo riesgo crean hijos frágiles. La autonomía se construye cayéndose y levantándose”, ahondó.
Por eso muestran tanta inseguridad y necesidad de validación. Expresa que “los adolescentes viven expuestos a comparaciones constantes, a la búsqueda de validación y al miedo a la exclusión, lo que alimenta la ansiedad y la baja autoestima”.
Impulsividad en los jóvenes
La inmadurez psicológica, acentuada por el entorno actual, se manifiesta en comportamientos impulsivos y en la dificultad para prever consecuencias. Esto puede ser perjudicial para su desarrollo personal y social.
Recordó el psiquiatra que el cerebro humano no completa su maduración hasta los 24 años, especialmente el lóbulo prefrontal, responsable del juicio y el control de impulsos. No obstante, en numerosas ocasiones a los jóvenes se les pide que se comporten como adultos, cuando su cerebro “aún no puede hacerlo”.
Crisis de la salud mental juvenil
El reciente Monitor global Mental Health Day de Ipsos revela que la salud mental es la principal preocupación en la ciudadanía, especialmente entre las mujeres. En España, el 62% de los encuestados identifica este tema como su mayor problema de salud.
El aumento de la preocupación por la salud mental en España supera las tasas de inquietud por otras afecciones, incluyendo el cáncer y la obesidad, resaltando la urgencia de abordar este problema.
Un futuro incierto
Blasco asigna a tres factores principales la responsabilidad del deterioro de la salud mental juvenil en Occidente: la saturación digital, la inestabilidad de los referentes en los entornos familiares y educativos, y la presión frente a un futuro incierto que produce miedo y desmotivación en los jóvenes.
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