Inmigrante refugiada de Ucrania se autodeporta por temor a las redadas de ICE
Iry relató que la renovación de los permisos de trabajo para refugiados se volvieron sumamente tardados
La ucraniana reveló que la persona que le ayudó a instalarse en California murió en un accidente de moto. Crédito: Chris O'Meara, File | AP
Tras dos años de residencia en Los Ángeles, una joven ucraniana que huyó de la guerra tomó una decisión que sorprendió a sus seguidores: abandonar Estados Unidos por voluntad propia. En un video publicado en TikTok, explicó que eligió irse “sin rumbo y con un pasaje sin retorno”, cansada de vivir entre el miedo, la soledad y la incertidumbre migratoria.
De acuerdo con lo relatado por la joven, identificada como Iry, su salida no fue impulsada por un nuevo proyecto personal, sino por la sensación de que el sueño americano se había convertido en una carga emocional y burocrática. “No me fui porque quisiera empezar de nuevo, sino porque no quería seguir atrapada entre el miedo y la incertidumbre”, afirmó en su testimonio.
Una vida construida sobre el desarraigo
Según lo dicho por Iry en su video, llegó a Estados Unidos poco después de la invasión rusa a Ucrania. Buscaba refugio, no oportunidades económicas. En Los Ángeles, tuvo que aprender desde cero cómo moverse en una cultura que le resultaba ajena. Aprendió a manejar, buscó empleo, cambió de trabajos y trató de integrarse en un entorno donde no conocía a nadie.
La joven recordó que el único amigo que la ayudó a iniciar su vida en California murió poco después en un accidente de motocicleta, dejándola completamente sola. Esa pérdida, contó, marcó el inicio de una etapa en la que “sobrevivir” se convirtió en una tarea diaria. “Dormía en el coche si era necesario, trabajaba desde la madrugada y aprendí a depender solo de mí”, explicó.
Entre la estabilidad y el miedo
A pesar de los golpes, Iry logró estabilizarse y construir una rutina en Estados Unidos. Sin embargo, cuando por fin sentía que había encontrado un equilibrio, decidió marcharse. La razón, según su testimonio, fue el deterioro de su estatus migratorio. Comentó que el gobierno estadounidense había otorgado permisos temporales de residencia y trabajo por dos años a refugiados ucranianos, con posibilidad de extensión, pero que los procesos de renovación se habían vuelto casi imposibles.
“En teoría se puede prolongar, pero en la práctica casi nadie lo logra. Los permisos vencen, los empleadores se niegan a contratarte y todo se complica”, explicó. También señaló que, al agotarse su estatus legal, muchos compatriotas viven con temor a redadas migratorias o a ser detenidos por ICE. Frente a ese escenario, dijo, prefirió irse antes de quedar “atrapada en un limbo legal”.

Un adiós sin destino claro
En su relato, Iry reconoció que no tiene un plan concreto ni un país al que dirigirse. Su decisión, aseguró, fue una forma de protegerse: “No quise jugar con el sistema ni quedarme más tiempo del permitido”. Explicó que se autodeportó voluntariamente para evitar problemas con las autoridades y mantener su historial limpio, aunque eso signifique comenzar otra vez desde cero.
Mientras tanto, Iry continúa compartiendo fragmentos de su travesía en redes sociales, donde muchos otros refugiados dicen sentirse identificados con su decisión de marcharse sin destino, pero en paz.
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