Jim Farley, CEO de Ford, conduce un Xiaomi SU7 por un motivo
Su objetivo no es solo probarlo, sino comprender de primera mano cómo piensan y fabrican los gigantes chinos que hoy desafían a la industria estadounidense
Jim Farley, CEO de Ford. Crédito: Ford. Crédito: Cortesía
En una industria donde los directivos suelen hablar de estrategia desde la distancia, Jim Farley ha decidido hacer lo contrario: salir a la carretera con los autos que más teme. El director ejecutivo de Ford Motor Company conduce desde hace meses un Xiaomi SU7, uno de los vehículos eléctricos chinos que más impacto ha causado por su tecnología y su relación calidad-precio.
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Aunque su afición no es nueva —ya había reconocido haber usado el modelo durante seis meses—, Farley confirmó recientemente, en una entrevista con CBS, que sigue conduciendo el SU7 a diario. El motivo, según explicó, va más allá de la curiosidad: “Por la competencia; para competir con las marcas chinas, hay que conocerlas”.
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El ejecutivo asegura que esa experiencia le ha permitido entender mejor cómo los fabricantes chinos han logrado combinar sofisticación digital, eficiencia en costes y rapidez de desarrollo. “Alta calidad y una experiencia digital fantástica”, resumió sobre el coche que hoy usa para ir al trabajo.
Aprender del enemigo: una estrategia poco común
En un sector donde la rivalidad es feroz, resulta inusual que un CEO admita conducir un producto de la competencia. Pero Farley lo ve como una herramienta de aprendizaje, una forma de analizar software, interfaz, arquitectura eléctrica y costes directamente desde el asiento del conductor.
Ese enfoque práctico ha moldeado la nueva hoja de ruta de Ford: vehículos eléctricos más pequeños, menos complejos y más asequibles, con ciclos de desarrollo más rápidos. La marca de Michigan busca así competir en un terreno donde los chinos dominan con sus precios agresivos y su avance tecnológico.
El propio Farley, nieto del empleado número 389 de Ford y con una larga trayectoria que incluye dos décadas en Toyota, reconoce haber vivido antes una transformación similar. Cuando le preguntaron si la competencia china le recuerda a la japonesa de los años 80, no dudó en responder: “Es exactamente lo mismo, pero con esteroides”.
La gran diferencia, dice, está en la escala. “Tienen suficiente capacidad en China, con fábricas ya existentes, para abastecer todo el mercado norteamericano. Japón nunca tuvo eso”, advirtió.
El reto de fabricar en casa
Aunque Estados Unidos impuso en 2024 un arancel del 100% a los eléctricos chinos, Farley sabe que eso solo retrasa lo inevitable. En su opinión, la amenaza china se expande rápidamente hacia Europa y América Latina, donde los consumidores buscan autos económicos, conectados y tecnológicamente avanzados.
Ford intenta responder con su propia ofensiva. En el verano de 2024, la compañía anunció el desarrollo de una pick-up eléctrica mediana de $30,000 dólares, concebida bajo una nueva filosofía de diseño y producción. “Es el cambio más radical en cómo diseñamos y fabricamos vehículos en Ford desde el Modelo T”, declaró Farley al presentar el proyecto.
El desafío, sin embargo, no se limita a innovar: también hay que abaratar la producción. Ford presume de emplear a miles de trabajadores en Estados Unidos y de ensamblar más del 80% de sus vehículos en el país. Pero, según el propio CEO, fabricar todas las piezas localmente es imposible.

“No es asequible fabricar todas las piezas aquí”, reconoció. Algunas partes que se importan pagan aranceles de hasta el 70%, lo que supone una factura anual cercana a los $2,000 millones de dólares, es decir, “alrededor del 20% de nuestras ganancias globales”.
La pregunta inevitable es quién absorbe ese costo. Farley no rehúye la respuesta: “La empresa ahora mismo y, al final, todos estos trabajadores”.
Una lección de humildad desde China
El interés de Farley por los coches chinos no se limita a su Xiaomi personal. En marzo de 2025, reveló que Ford importó varios eléctricos chinos a Estados Unidos para probarlos, desmontarlos y estudiar su software, ingeniería y costes. Entre cuatro y cinco unidades fueron analizadas en detalle como parte de un plan para acortar los ciclos de desarrollo y mejorar la competitividad.
Su admiración por el avance de la industria china quedó clara en junio de 2025, durante el Aspen Ideas Festival. Allí, el CEO confesó que lo que vio en ese país fue “la cosa más humillante que había visto jamás en su vida”. Según explicó, los autos chinos ofrecen costes, tecnología a bordo y calidad “muy superiores” a lo que veía en Occidente.
Farley citó a Xiaomi y Huawei como ejemplos de excelencia digital. Para él, su capacidad para integrar software, inteligencia artificial y conectividad en la experiencia del usuario es un modelo a seguir.
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