Retiran del mercado un medicamento para la presión arterial por posible presencia de sustancia química cancerígena
El clorhidrato de prazosina se prescribe no solo para controlar la presión arterial, sino también para tratar el trastorno de estrés postraumático
			Píldoras de Prazosina. Crédito: Colleen Michaels | Shutterstock
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) anunció el retiro del mercado de más de 580,000 frascos del medicamento clorhidrato de prazosina. Este fármaco, prescrito comúnmente para el tratamiento de la presión arterial alta y trastornos del sueño, está siendo retirado debido a la posible presencia de una sustancia química cancerígena.
La farmacéutica Teva Pharmaceuticals USA y el distribuidor Amerisource Health Services han liderado este retiro voluntario a nivel nacional. Los medicamentos afectados abarcan diversas concentraciones del clorhidrato de prazosina, y se estima que esta medida es una de las más grandes en el sector farmacéutico reciente.
La FDA ha clasificado los lotes de este medicamento como de Clase II. Esta clasificación implica que existe la probabilidad de que los productos retirados contengan impurezas de nitrosamina. Según la agencia, recoge Associated Prees (AP), estas sustancias químicas son consideradas potencialmente cancerígenas y pueden aparecer durante la fabricación o almacenamiento del medicamento.
Consecuencia para los pacientes
Advierten que los médicos deben estar atentos a la notificación de este retiro, ya que el clorhidrato de prazosina se prescribe no solo para controlar la presión arterial, sino también para tratar condiciones relacionadas con el trastorno de estrés postraumático.
Los pacientes que utilizan este medicamento deben consultar a sus médicos sobre alternativas seguras y efectivas.
Clorhidrato de prazosina contaminado
El clorhidrato de prazosina contaminado, especialmente por impurezas como nitrosaminas potencialmente cancerígenas, puede aumentar el riesgo de efectos adversos además de los ya conocidos del medicamento puro. Entre los síntomas o efectos secundarios comunes del uso de prazosina se incluyen:
- Mareos, somnolencia, debilidad, cansancio.
 - Náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, dolor abdominal.
 - Dolor de cabeza, visión borrosa, vértigo.
 - Palpitaciones, congestión nasal.
 - Erupciones en la piel, urticaria y picazón.
 - Depresión, nerviosismo.
 - Retención de líquidos y aumento de la frecuencia urinaria.
 - En casos raros, síncopes, pérdida de conocimiento, impotencia o priapismo.
 
Cuando es contaminado con sustancias como nitrosaminas, además del riesgo de los efectos mencionados, hay una preocupación importante por potenciales efectos cancerígenos o daño a órganos a largo plazo, aunque estos riesgos son menos inmediatos y dependen de la exposición y la cantidad de la impureza.
Alternativas al clorhidrato de prazosina
Las alternativas al clorhidrato de prazosina para el tratamiento de la presión arterial alta incluyen varias clases de medicamentos. Entre estas alternativas se encuentran:
- Diuréticos: ayuden a eliminar el sodio y el agua del cuerpo, como la hidroclorotiazida y la clortalidona.
 - Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA): como lisinopril y benazepril, que relajan los vasos sanguíneos.
 - Antagonistas de la aldosterona: usados en combinación para casos difíciles o con comorbilidades como diabetes o insuficiencia cardíaca.
 - Alfabloqueadores (de los cuales la prazosina es uno): incluyen doxazosina, tamsulosina y silodosina.
 - Betabloqueadores: útiles especialmente si hay enfermedad coronaria.
 - Vasodilatadores: como minoxidil e hidralazina, que relajan las paredes de los vasos sanguíneos.
 - Sustancias de acción central que disminuyen la señal nerviosa que aumenta el ritmo cardíaco y estrecha vasos sanguíneos.
 
La selección del medicamento depende del perfil clínico de cada paciente y sus enfermedades asociadas. A menudo se combina más de un medicamento para un mejor control con menos efectos secundarios.
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