Acusan a miembros de la MS-13 de utilizar zonas montañosas de Los Ángeles para cometer crímenes
Entre 2017 y 2019, miembros de la MS-13 asesinaron a cuatro personas en zonas boscosas a las afueras de Los Ángeles, según declararon los fiscales
De ser declarados culpables, los acusados se enfrentan a cadena perpetua. Crédito: Salvador Melendez | AP
Miembros de la MS-13 atraían a sus víctimas a miradores en zonas montañosas remotas al norte de Los Ángeles, y las asesinaban en brutales rituales de iniciación para poner a prueba su lealtad y ganar estatus dentro de la pandilla, según declararon los fiscales ante un jurado federal esta semana.
Entre 2017 y 2019, los pandilleros asesinaron a cuatro personas en zonas boscosas a las afueras de Los Ángeles, declaró el fiscal adjunto Eric Siddall en un tribunal federal, según el diario Los Angeles Times. Cinco presuntos miembros de la MS-13 que están siendo juzgados también están acusados de otros dos asesinatos en Van Nuys y North Hollywood.
“Cuanto más despiadado era el asesinato, mayor era el respeto que se ganaba”, dijo Siddall al jurado.
La MS-13, fundada hace cuatro décadas en Los Ángeles por inmigrantes salvadoreños, se ha expandido hasta convertirse en una organización criminal transnacional controlada en parte por líderes encarcelados en Centroamérica.
Los fiscales alegan que, a partir de 2016, una oleada de pandilleros procedentes de El Salvador trajo consigo las “reglas salvadoreñas”, que exigen a los nuevos reclutas cometer asesinatos para demostrar su lealtad. El objetivo, según Siddall, era ser reconocido como un miembro de pleno derecho de la pandilla.
Los abogados defensores argumentaron que la acusación se basaba en el testimonio de ocho testigos colaboradores que admitieron haber cometido varios asesinatos a cambio de penas más leves.
Uno de ellos comparó a los acusados con niños soldados criados en un entorno de extrema violencia. Otro afirmó que su cliente hizo lo que tenía que hacer para sobrevivir. “Si no obedeces una orden de participar en un asesinato”, añadió el abogado, “eres el siguiente”.
Mientras tanto, la fiscalía describió a los acusados como delincuentes mediocres, pero asesinos prolíficos, que extorsionaban a vendedores ambulantes y se centraban principalmente en encontrar enemigos o traidores para ejecutar.
Elvin “Winnie Pooh” Hernández, de 20 años, fue asesinado después de que los líderes de la pandilla lo acusaran de fingir ser miembro de la MS-13. Cerca de un helipuerto aislado en el Bosque Nacional Ángeles, once personas se turnaron para apuñalarlo. “La Parca te acaba de llevar”, le habría dicho un líder de la pandilla.
En otro caso, Brayan Andino, un estudiante hondureño de 16 años fue atraído al Cañón López, cerca de Sylmar, con el pretexto de fumar marihuana. Allí, seis miembros de la MS-13 lo emboscaron y asesinaron con un garrote, un bate de béisbol y un cuchillo serrado conocido como “el destripador”.
El mismo líder, Roberto Corado Ortiz, volvió a matar en 2018, disparando a Roger Chávez, de 19 años, en las montañas cerca de Malibú, después de que Chávez publicara un video en Snapchat haciendo la seña de una pandilla rival, según la fiscalía.
Sin embargo, no todos los asesinatos ocurrieron en zonas remotas.
En diciembre de 2018, Osvaldo Hernández, de 22 años, fue asesinado a tiros cerca del apartamento de su familia en Van Nuys, después de que miembros de la MS-13 lo vieran en un callejón con grafitis de una pandilla rival. El mismo grupo asesinó posteriormente a dos personas más, entre ellas un indigente al que erróneamente confundieron con un miembro de una banda rival, según la fiscalía.
“Su mayor pecado fue dormir en su parque”, declaró Siddall. “Su parque. Como si fuera suyo”. De ser declarados culpables, los acusados se enfrentan a cadena perpetua.
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