Disney se alía con OpenAI y apunta a Google por uso ilegal de sus personajes con IA
Disney quiere evitar que Google siga utilizando su contenido para entrenar a sus modelos de Inteligencia Artificial
Disney quiere que Google no continue utilizando su propiedad intelectual sin autorización para entrenar a su IA Crédito: Shutterstock
Disney y Google acaban de abrir un nuevo frente en la guerra por la IA generativa y los derechos de autor, y el timing no podría ser más explosivo: la acusación llega justo después de que Disney anunciara un acuerdo multimillonario con OpenAI para licenciar sus personajes a esa plataforma.
Según varios reportes, la compañía ha enviado a Google una carta de cease and desist en la que habla de infracciones de copyright a gran escala ligadas a sus modelos de IA. En otras palabras, Disney le está diciendo a Google: “si quieres jugar con Mickey, que sea con contrato, no rascando datos de la web”.
¿Qué pasó entre Disney y Google?
Disney envió una carta legal a Google alegando que sus servicios de IA habrían sido entrenados y estarían generando contenido que imita obras protegidas de franquicias como Frozen, Deadpool o Star Wars, todo ello sin una licencia formal.
En esa carta, la empresa describe los servicios de IA de Google como un sistema que reproduce y distribuye contenido derivado de sus películas y personajes a gran escala, integrado en productos como Gemini y YouTube, lo que a su juicio multiplica tanto el alcance de la infracción como el daño económico y reputacional para la compañía.
Disney también sostiene que Google habría rechazado implementar salvaguardas técnicas similares a las que ya usan otros competidores para filtrar contenido protegido, algo que la compañía interpreta como una estrategia deliberada para “aprovechar” su catálogo sin pagar licencias.
Google, por su parte, mantiene un discurso mucho más diplomático: la compañía asegura que tiene una relación “mutuamente beneficiosa” con Disney, insiste en que entrena sus modelos con información pública disponible en la web y subraya que ofrece herramientas de control de copyright para titulares de derechos, especialmente dentro del ecosistema de YouTube. La clave está en que, mientras Disney habla de una explotación comercial masiva de sus obras mediante IA, Google se refugia en la idea de que usa datos públicos de forma legítima y que ya dispone de mecanismos para gestionar reclamaciones y retiradas de contenido.
El giro con el acuerdo de Disney y OpenAI
Lo más interesante es que este choque con Google llega justo cuando Disney revela un acuerdo valorado en unos 1.000 millones de dólares con OpenAI, que combina inversión y un paquete de licencias para usar sus personajes en herramientas como Sora y ChatGPT Images.
Según estos reportes, el trato convierte a Disney en un cliente de peso de OpenAI y le permite a esta última utilizar más de 200 personajes de franquicias como Marvel, Pixar y Star Wars en imágenes y vídeos generados por IA, con un marco contractual muy claro sobre cómo y dónde se pueden usar.
En la práctica, el mensaje de negocio es bastante directo: Disney quiere que la IA genere contenido con sus personajes, pero sólo bajo sus reglas y con un cheque de por medio. A partir de 2026, los usuarios de Sora y ChatGPT Images podrán crear vídeos y contenidos con figuras icónicas como Darth Vader o Ariel de forma oficialmente autorizada, mientras que, al mismo tiempo, la compañía acusa a Google de hacer algo parecido sin permiso y sin compensación.
Esta combinación de alianza con OpenAI y presión legal sobre Google dibuja una estrategia muy clara: licenciar la IP a quien pague y, en paralelo, cerrar la puerta a cualquier uso “gris” bajo la excusa del entrenamiento de modelos.
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