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Cae a un mínimo histórico porcentaje de estadounidenses que creen tener una óptima salud mental

Sin embargo, expertos explican que la creciente disposición a hablar de salud mental podría ser un indicador positivo

Cae a un mínimo histórico porcentaje de estadounidenses que creen tener una óptima salud mental

Participantes de terapia de grupo en centro de salud mental. Crédito: Shutterstock

Un informe de Gallup muestra que menos del 30% de los estadounidenses califican su salud mental como “excelente”, mientras que el 72% la considera entre “buena” o “excelente”, cifras que alcanzan mínimos históricos. Este descenso se ha observado desde la pandemia de COVID-19.

Expertos explican que, a pesar de la disminución en la autoevaluación, la creciente disposición a hablar de salud mental podría ser un indicador positivo, sugiriendo una reducción del estigma y una mayor conciencia sobre los trastornos.

Sin embargo, factores como el estrés derivado de la pandemia y la inestabilidad política continúan afectando la salud mental.

David Radley, científico principal de seguimiento del sistema de salud en el Commonwealth Fund, dijo a The Guardian que la mayor apertura cultural en torno a los problemas de salud mental probablemente había significado que los estadounidenses estaban más dispuestos a admitir que estaban luchando.

“En cierto modo, que la gente reconozca y esté dispuesta a hablar sobre los problemas de salud mental es en realidad una buena señal”, dijo.

Grupos demográficos

La encuesta señala una caída notable entre adultos educados y republicanos en cuanto a la autoevaluación de su salud mental. Los republicanos reportan una disminución del 53% al 40% en la calificación de su salud mental como “excelente”, mientras que los graduados universitarios han visto una caída del 17%.

A medida que las divisiones políticas aumentan, la Dra. Rosenthal, profesora de psiquiatría en la Universidad Northwestern, argumenta que la civilidad y el diálogo han sido gravemente afectados, lo que contribuye a un sentido de desconexión y descontento en la sociedad. No obstante, este descontento se ha vuelto más uniforme entre diferentes grupos demográficos, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de la salud mental en el país.

Principales causas de estrés mental

El estrés mental en la población estadounidense ha aumentado significativamente desde la pandemia de COVID-19 debido a múltiples factores interconectados. Estudios de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indican que los síntomas de ansiedad y depresión subieron del 36,4% al 41,5% entre 2020 y 2021.

Factores directos de la pandemia. El miedo a la infección, el aislamiento social y las preocupaciones por la salud personal generaron un impacto inmediato, exacerbando problemas como insomnio y depresión en hasta el 70% de la población afectada. Además, el aumento de violencia intrafamiliar y el consumo de alcohol o drogas se vinculó directamente a estas restricciones.

Desafíos económicos persistentes. La incertidumbre financiera, pérdida de empleos e inflación han prolongado el estrés, con encuestas de la Asociación Americana de Psicología destacando estos como fuentes clave junto a la inseguridad alimentaria. Grupos de bajos ingresos y trabajadores esenciales enfrentan mayores riesgos.

Influencias sociales y tecnológicas. El racismo, conflictos globales y el uso excesivo de redes sociales han agravado la ansiedad, especialmente en jóvenes y minorías, con un 30% menos de sueño reportado desde 2007. Mujeres y personas con condiciones preexistentes son las más vulnerables.

Comparación de la población de EE.UU. con la de otros países

La salud mental en Estados Unidos enfrenta una crisis significativa, con tasas de depresión en adultos superando el 18% en 2025, afectando a unos 47,8 millones de personas, especialmente jóvenes y personas de bajos ingresos. Esto contrasta con definiciones globales de la OPS/OMS, que enfatizan la salud mental como bienestar para enfrentar estrés y contribuir a la comunidad.

Tasas de prevalencia. Estados Unidos reporta un 19,1% de adultos con enfermedades mentales en datos recientes, incluyendo 4,6% con casos graves, y lidera en tasas de suicidio entre países OCDE. Encuestas de 2025 muestran que dos tercios de los estadounidenses están ansiosos por eventos globales, con más del 25% consultando profesionales de salud mental anualmente.

Comparación internacional. Aunque EE.UU. gasta más en salud (16,9% del PIB), su sistema muestra brechas en acceso comparado con otros países OCDE, donde factores socioeconómicos agravan problemas pese a mayor gasto per cápita. Jóvenes de 18-34 años califican peor su salud mental (60% buena/excelente) que mayores de 65 (84%), un patrón intensificado post-pandemia.

Impacto y tendencias. La depresión en jóvenes subió de 13% en 2017 a 26,7% en 2025, con pérdidas económicas de hasta $48,000 millones de dólares anuales por ausentismo. Sin embargo, hay avances como mayor disposición a buscar ayuda y propósitos de año nuevo para mejorar salud mental (33% en 2025).

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