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Tradiciones que cruzan fronteras

A miles de kilómetros de su lugar de origen, decenas de inmigrantes celebran una posada y una pastorela en Boyle Heights

Los niños recibieron sus aguinaldos.

Los niños recibieron sus aguinaldos. Crédito: Jorge Macías | Impremedia

La noche era fría, pero el espíritu ardía en alegría entre decenas de feligreses de la iglesia Madre de La Asunción, en Boyle Heights, quienes participaron en una posada, en una pastorela y recibieron dulces, aguinaldos, una cena gratis y rompieron piñatas.

En este mismo entorno, las familias, en su mayoría inmigrantes de origen mexicano, celebraron unidas sus tradiciones de sus lugares de origen, en medio de un temor generalizado por las redadas migratorias efectuadas con lujo de violencia.

Los asistentes también lamentaron profundamente la separación de familias que ha causado el ataque de la administración Trump contra los latinos.

Juan Venancio, un “pastor” del elenco de actores de la pastorela dio a conocer que su tía, Cecilia Martínez, fue deportada en octubre. Ella fue arrestada cuando se dirigía a recoger a su niña a las oficinas de protección infantil en Salinas, California.

Las piñatas son parte esencial de una posada.
Crédito: Jorge Macías | Impremedia

Contó también que tres jornaleros fueron arrestados el 16 de septiembre por ICE, en el estacionamiento del negocio ubicado en el 2707 de la avenida Towne. Uno de ellos era alguien que conocía.

“Mi amigo iba para el trabajo, pero los agentes detuvieron su carro y lo obligaron a bajar”, expresa. “Se lo llevaron para deportarlo”.

Venancio lamentó que las fiestas navideñas “no se están festejando como antes”.

“Ahorita la gente no está saliendo mucho a las calles”, añadió el inmigrante originario de Puebla, México. “Tienen miedo y están prefiriendo quedarse en casa”.

Celebración en propiedad privada

Previo a la pastorela, al menos un centenar de feligreses de la parroquia Madre de la Asunción, ubicada en la avenida Blanchard, rezaron los misterios gloriosos del rosario, ya no en las calles, sino en el interior de la iglesia y alrededor del estacionamiento.

En esa misma zona dieron vida a la posada, la tradición navideña mexicana que recuerda el peregrinaje de María y José buscando alojamiento nueve días antes del nacimiento del niño Dios en la Navidad, en un pesebre de Belén.

“En el nombre del cielo os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada”, fue el cántico de una estrofa que entonaron los peregrinos, encabezados por san José (Enrique Rosas, del estado de Hidalgo) y la Virgen María (Rafaela Aguirre, de Veracruz).

Históricamente, las posadas comenzaron en México, alrededor del año 1587, gracias a los frailes agustinos en el convento de San Agustín Acolman, Estado de México, quienes obtuvieron permiso del Papa Sixto V para realizar “Misas de Aguinaldo” y evangelizar a los pueblos indígenas, según la Secretaría de Cultura del gobierno de México.

“Aquí no es mesón, sigan adelante, yo no puedo abrir, no sea algún tunante”, respondieron los “caseros”, negándoles aposento a José y María. Entre ellos estaban los feligreses Patricia Torres, Marina González, Salvador Andrade, Patricia Rodríguez, Rosenda Kuk, María Isabel y Ángeles Sánchez.

“Pido que nos acojan como nuestro país”, declaró la “Virgen”, Rafaela Aguirre. “Llevamos tantos años viviendo aquí, y no nos dan papeles”. Ella, una extrabajadora de la costura emigró a Estados Unidos hace 28 años.

‘Tristes porque hay que trabajar con miedo

“San José” o Enrique Rosas expresó que la pastorela “gracias a Dios nos salió más o menos bien”.

Rosas rescató como un gran valor la unidad del pueblo mexicano para hacer la representación teatral, aun cuando él solamente haya ensayado en cinco oportunidades.

“En esta iglesia todos somos buenos compañeros”, dijo Rosas, quien subrayó que la pastorela tiene una relación importante con la vida de los inmigrantes en Estados Unidos, particularmente este año bajo el régimen del presidente Donald Trump.

“En los últimos meses nos ha tratado muy mal el presidente que está Trump, y pues anda uno con temor de que en cualquier momento lo pueden agarrar a uno, o a un familiar”, indicó. “Es difícil, pero ahorita esto de la pastorela nos alegra un poquito. Pero sí, estamos un poco tristes porque hay que trabajar con miedo”.

De lunes a viernes, el inmigrante nacido en Hidalgo, México, sale a repartir tortillas para una empresa. Viaja desde Los Ángeles a Camarillo y le ha tocado pasar cerca de las redadas migratorias.

“Ese es el miedo con el que viajo todos los días”, manifestó Rosas. “Es vivir en zozobra, pero hay que recordar que todos los que vinieron a este país también han sido inmigrantes”.

Hasta el 27 de octubre, datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) señalan que más de dos inmigrantes indocumentados abandonaron Estados Unidos en 2025, incluyendo aproximadamente 600,000 deportaciones y 1.6 millones de salidas voluntarias desde enero.

“Esto es solo el principio. El presidente Trump y la secretaria [Kristy] Noem han revitalizado una agencia que estuvo paralizada e impedida de cumplir con su trabajo durante los últimos cuatro años”, declaró la subsecretaria del DHS, Tricia MgLaughlin.

‘Un presidente demente

Observando a distancia la posada y después la pastorela, Linda Lara, catequista de La Asunción, dijo que cree que los inmigrantes, especialmente los mexicanos, aprecian más las posadas debido a su profunda fe en la Virgen María.

“De alguna manera todos somos inmigrantes, incluso si nos remontándonos a años atrás”, afirmó. “Creo que todos los inmigrantes entienden, aprecian y valoran su fe y esperanza en Jesús”.

Expresó que la violencia repetida en las detenciones, arrestos y deportaciones de inmigrantes niños, jóvenes, adultos y mujeres embarazadas “duele”.

“No hay razón para ello”, declaró. “Nunca habíamos tenido este problema con lo que yo llamaría un presidente demente”.

Explicó que ella no votó por el presidente de los Estados Unidos. Nunca creyó que fuera un hombre de moral.

“Y lo que es correcto, es que nuestro país, se construyó sobre inmigrantes, y están tratando de quitar todo eso. Estados Unidos no se construyó gracias a los estadounidenses”.

Linda Lara consideró que el pueblo inmigrante tiene que seguir teniendo fe, a pesar del presidente.

“Yo no escucho las tonterías de la televisión o de internet, porque cuando más lo haces, no sé si se trate de un lavado de cerebro”, añadió. “Simplemente tienes que confiar en tu fe y en cómo fuiste criado y seguir adelante. Aunque sean pequeños pasos, tenemos que avanzar, aunque nos sintamos como si nos arrastraran hacia atrás”.

‘Un rey ambicioso y celoso

En el estrado apareció una luz radiante y apareció un ángel (Sofía Rosas). La niña de 12 años anuncia a la virgen “Dios te salve Gran Señora, llena de gracia divina… El Señor Dios es contigo sagrada Virgen María… Tú has sido la elegida y en tu seno virginal se ha de encarnar el Mesías Señor”.

Tras la escena del nacimiento de Jesús en Belén, una ciudad en la región de Judea (actual Palestina) hasta donde viajan los tres reyes magos para ofrecerle regalos de oro, incienso y mirra: Baltazar (Manuel Ochoa), Melchor (Cesar Herrera) y Gaspar (Manuel López).

“Estas tradiciones de la posada y la pastorela son esenciales en nuestra fe”, dijo el párroco Antonio Galindo León. “Jesucristo vino con los pobres. Él fue migrante. Apenas estaba chiquito y tuvo que huir de la persecución de Herodes. Un rey ambicioso y celoso. Y José y María tuvieron que ir a Egipto para salvar la vida de su hijo. Y él tuvo que pasar años en otra cultura, otra lengua. Y eso es lo que nosotros celebramos. El amor de Dios a nosotros, a todos que somos hijos de Dios, pero en particular a los más pobres”.

¿Un aspirante a rey ambicioso como el que está maltratando a los inmigrantes en este país?

“La gente esperaba a un Mesías con mucho poder, con armas, con ejércitos, y vino todo lo contrario, un Jesús humilde, sencillo. Y ese es el espíritu que hemos de tomar nosotros”, dijo el párroco Galindo. Entonces enjuiciar y juzgar es importante porque hay que hacer un análisis cómo están las autoridades de nuestro tiempo y si nos están fallando a todos. Hay que reconocer y tomar una postura de rechazo al desamor y la injusticia”.

“Debemos tener esperanza”, resumió Josué Martínez, director de la pastorela. “Los católicos tenemos que ser luz para el mundo. No hay mal que por bien no venga, y creemos que después de la tormenta vendrá la calma y podremos regularizar nuestro estatus migratorio”.

Al final, la noche fría pasó y los feligreses calentaron el espíritu degustando champurrado y ponche, además de pozole gratis que sirvieron los integrantes del Encuentro Matrimonial Mundial.

“Estamos preparándonos para la venida del Señor”, comentó Margarita Salazar, cuyo esposo, Ismael Salazar, no se dio abasto para cocinar cientos de churros para los niños.

 “Es una alegría muy grande vivir la Navidad”, dijo Salazar, originaria de Sinaloa. “Solo falta romper las piñatas”.

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