EEUU y Cuba cumplen un año de deshielo con múltiples retos por delante
Hay más comercio y más viajes a Cuba, pero el embargo sigue siendo una traba en la normalización de las relaciones, en momentos en que la isla se acerca peligrosamente a un declive económico.
WASHINGTON.- Un año después del deshielo entre EEUU y Cuba y la reanudación de sus relaciones diplomáticas, ambos países ahora gozan de un mayor intercambio comercial y de “pueblo a pueblo”, pero con el embargo como la eterna piedra en el zapato.
Hace exactamente un año, mañana miércoles, ambos países reanudaron sus relaciones diplomáticas con la reapertura de sus respectivas embajadas en Washington y La Habana, por primera vez en más de medio siglo debido a la política de aislamiento reforzada por la “Guerra Fría”.
Debido a la política de acercamiento de la Administración Obama –un esfuerzo que comenzó en 2009-, se han reanudado también los cruceros, compañías hoteleras preparan más proyectos en Cuba, y varias aerolíneas preparan vuelos directos a La Habana.
Aunque los viajes de turismo siguen prohibidos por EEUU, en la actualidad, los estadounidenses en 12 categorías pueden viajar a la isla para asuntos académicos, culturales, deportivos, humanitarios y religiosos, en el marco de los intercambios de “pueblo a pueblo” que fomenta la Administración Obama para lograr una mayor apertura política en Cuba.
“En el último año, se ha convertido algo perfectamente normal que (ciertos) estadounidenses viajen a Cuba y conozcan y aprendan de los cubanos. Ha sido bueno para las corporaciones que buscan ampliar negocios en la isla, y bueno para el interés nacional que nuestros diplomáticos trabajen con diplomáticos cubanos en búsqueda de soluciones”, dijo a este diario Sarah Stephens, directora ejecutiva del Centro para la Democracia en las Américas.
“¿Qué ha significado esto para los cubanos? Más contacto con estadounidenses, más acceso al internet, más empleos, y la oportunidad de vivir con menos tensiones. La normalización no resolverá cada problema que enfrenta Cuba pero la antigua política sólo agravó esos problemas”, enfatizó Stephens.
Retos por delante
El embargo, en pie desde 1962, es una “piedra en el zapato” en las relaciones bilaterales y es, cada vez más, blanco de críticas de empresarios estadounidenses en varios sectores de la economía, que buscan ampliar mercados a sus productos.
En marzo pasado, durante su histórico viaje a Cuba –el primero de un mandatario de EEUU en casi 90 años- el presidente Barack Obama renovó su llamado a que el Congreso levante el embargo, pero es poco probable que eso suceda debido a la oposición de legisladores que lo ven como un “premio” inmerecido para el régimen castrista y exigen mejoras en los derechos humanos en la isla.