Los peligros del sueño para los bebés
Decenas de bebés mueren al año mientras duermen debido al Síndrome de Muerte Súbita del lactante o la asfixia
Un bebé de solo 18 meses falleció en Fontana recientemente tras estrangularse mientras dormía con un collar de ámbar que llevaba puesto. La madre acusó a la guardería donde ocurrió el suceso como responsable, pero lo cierto es que las autoridades médicas llevan mucho tiempo advirtiendo sobre el peligro de poner cualquier tipo de cadena o collar en torno al cuello de un niño pequeño.
Los collares de ámbar como el que llevaba el bebé carecen de toda base científica. Las personas que se lucran vendiéndolos afirman que tienen propiedades analgésicas casi milagrosas que ayudan a calmar el dolor que la salida de los primeros dientes produce a los bebés, pero ningún estudio avala este reclamo.
De hecho, un investigador de la Universidad de Auckland, Allan Blackman, llevó a cabo una investigación analizando la composición de las piedras de ámbar y descubrió que aunque sí poseen ácido succínico -la sustancia que se supone alivia el dolor- para que éste se liberase y pasara a través de la piel del bebé hasta su torrente sanguíneo tendría que calentarse a unos 200 grados centígrados (aproximadamente 390 grados Farenheit). Y parece complicado que el contacto con un bebé, cuya temperatura corporal media es de unos 98 grados, lo consiga.
Al margen de su efectividad, muchos fabricantes recomiendan quitárselos a los niños mientras duermen para evitar estrangulamientos. El año pasado, una mujer australiana, Ashleigh Ferguson, compartió en Facebook la historia de cómo había descubierto a su bebé de 15 meses enredada en un collar de ámbar que dejó profundas muescas en el brazo y el cuello de la pequeña.
Por suerte, la bebita no sufrió mayores daños porque el collar le presionó la nuca, pero tal y como afirmó su madre, “si hubiese estado en un punto ligeramente diferente… es inimaginable“.
Los collares de ámbar no son los únicos que se desaconsejan: de hecho, la American Academy of Pediatrics recomienda no colocar ningún tipo de bisutería o joyería a los niños pequeños, especialmente mientras duermen dado que, entre otras cosas, es cuando quedan más tiempo desatendidos.
En uno de los informes que el Departamento de Servicios Sociales de California publica trimestralmente sobre el cuidado de menores, el Child Care Licensing Program’s Quarterly Update presentado en otoño de 2015, se recogía el dato de que más de 150 infantes habían fallecido entre 2009 y 2013 en guarderías de California mientras dormían.
El mismo informe recoge que los bebés pueden morir en menos de un minuto si se quedan sin aire. En el 64% de los casos que se analizaron, el fallecimiento del bebé estaba relacionado con un entorno poco seguro en el que había elementos que ponían en peligro a los pequeños mientras dormían. Cosas como almohadas, juguetes o mantas también pueden hacer que un bebé se asfixie mientras duerme.
Además de la asfixia, el otro gran enemigo de los más pequeños mientras duermen es el conocido como Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SIDS, por sus siglas en inglés), que es como se conoce a la muerte repentina e inexplicada de los niños menores de un año. No se sabe a ciencia cierta qué produce el SIDS ni hay una manera 100% efectiva de evitarlo, pero sí se han identificado varios factores de riesgo y recomendaciones que ayudan a prevenirlos.
La más importante es la postura del bebé: siempre boca arriba mientras duerme, que ha de compensarse con bastante tiempo boca abajo cuando esté despierto para evitar que se le aplane la cabeza. Deben dormir en superficies planas y firmes, libres de objetos y exceso de ropa de cama.
¡Ojo!: de forma similar a lo que ocurre con los collares de ámbar, el uso de objetos que claman ser medicinales pero no tienen validez científica puede resultar, de hecho, perjudicial. No se ha probado que ninguna almohada u otro producto que diga reducir el riesgo de SIDS funcione y más bien suponen un riesgo.
También se recomienda que los bebés duerman en la misma habitación que los padres (pero no en la misma cama, pues si uno de ellos se mueve durante la noche puede aplastarlo) con una temperatura no muy alta y que esté libre de humos.
Estas recomendaciones han sido recopiladas por la American Academy of Pediatrics (AAP) y una campaña llamada “Safe to Sleep“, desarrollada por el National Institute of Child Health and Human Development’s (NICHD), persigue su difusión y conocimiento para educar a padres, cuidadores y profesionales médicos sobre cómo reducir el riesgo de SIDS y otras causas de muerte en bebés durante el sueño como la sofocación.
Según el informe, esta campaña ha conseguido reducir el promedio de muertes de niños menores de un año por SIDS en un 29% entre 1999 y 2012.