Copa Confederaciones 2017: Australia, el campeón asiático con alma oceánica
Los 'socceroos' pertenecen a la AFC desde el año 2006 después de que solicitaran un cambio procedentes de Oceanía
Australia disputa por cuarta vez en su historia la Copa Confederaciones pero esta será una ocasión especial, ya que por primera vez lo hace en su condición de campeona de la Confederación Asiática.
Los ‘socceroos‘ pertenecen a la AFC desde el año 2006 después de que solicitaran un cambio procedentes de Oceanía con el objetivo de afrontar un mayor número de partidos competitivos y de tener un acceso más asequible a la Copa del Mundo.
Aquella fue una apuesta arriesgada en la medida de que el nivel de sus rivales aumentaba. Sin embargo han demostrado una excelente capacidad de adaptación mejorando sucesivamente sus resultados en la Copa Asia hasta coronarse como ganadores ante su público en la última edición y logrando participar en los tres Mundiales precedentes.
La duda es saber si conseguirán asistir al cuarto consecutivo el año que viene toda vez que están encuadrados en un complicado grupo junto a Japón y Arabia Saudí. De ellos solo dos tendrán plaza directa y el restante deberá asumir otra eliminatoria.
Dejando esa preocupación al margen para más adelante, ahora se plantea ante ellos un nuevo reto que pese a todo no les es nuevo. De hecho el torneo que jugarán en Rusia estos días es uno de los que más satisfacciones les ha dado hasta el momento pese a que no han sido capaces de conquistarlo.
Finalistas en 1997, donde solo Brasil con una goleada (6-0) les apartó del privilegio de levantar el trofeo de campeones, fueron además terceros en la edición del año 2001 tras vencer a la propia ‘canarinha’ (1-0) y a Francia por el camino.
Menos recordado fue su paso por Alemania 2005, la última participación hasta la fecha, ya que se marcharon con cero puntos en el casillero. En aquel plantel figuraba Tim Cahill, el único futbolista que aún sobrevive de esa época.
Cumplidos ya los treinta y siete años no tiene la influencia del pasado pero sigue conservando el carisma y el espíritu competitivo que le han acompañado toda su trayectoria así como la capacidad para inventar grandes goles de la nada.
A esas virtudes se suma además la ambición personal que supone para el máximo anotador con la camiseta nacional alcanzar los cien partidos con su país, algo que solo ha logrado el portero Mark Schwarzer.
Le acompañará en esta ocasión un grupo en el que destacan varios hombres con experiencia en el fútbol europeo como los guardametas Maty Ryan y Mitch Langerak, los centrocampistas Aaron Mooy, Massimo Luongo y Mile Jedinak o el delantero Robbie Kruse.
No lo hará por contra el zaguero Brad Smith, lesionado poco antes de viajar durante el partido que midió a su combinado contra Arabia Saudí. Su lugar en la convocatoria lo ocupará Alex Gersbach, del Rosenborg.
En encargado de situar a todos ellos sobre el verde será Ange Postecoglou, técnico originario de Grecia pero el primero con nacionalidad australiana que dirige más de veinte partidos a la selección después de la salida de Frank Farina.
Tras un periodo de entrenadores extranjeros e interinos, en la federación se apostó por su figura al haber dirigido a varios clubes australianos y contar con experiencia en las inferiores.
Desde que se hiciera con el cargo a finales del 2013 solo ha perdido cinco partidos oficiales.
Sin nada que perder, buscarán superar la fase de grupos y llegar lo más lejos posible. Alemania, el 19 de junio en Sochi, será su primera piedra en el camino. Luego vendrá Camerún el 22 de junio en San Petersburgo y finalmente Chile, a quien ya se midieron en el Mundial de Brasil, el 25 de junio en Moscú.