Familia angelina llora la deportación del padre a Guatemala
Persisten deportaciones exprés y arrestos de inmigrantes que buscan arreglar su estatus a través de sus cónyuges ciudadanos
A Marlon Castillo Pérez lo detuvieron en las oficinas del Servicio de Ciudadanía y Migración (USCIS) cuando acudía a la entrevista para la residencia con base en su matrimonio con una ciudadana estadounidense, y en menos de tres semanas lo deportaron a Guatemala, dejando a su esposa y a sus dos hijas sumidas en un sufrimiento extremo.
Hecha un mar de lágrimas, Ana Castillo dice que ha sido bastante difícil asimilar la forzada separación de su marido.
“Me siento desilusionada, frustrada, insegura, con mucha ansiedad. Me ha pegado insomnio y me cuesta enfocarme en mi trabajo”, cuenta.
Marlon, de 46 años, vino de Guatemala cuando tenía alrededor de 20 años. Tiene dos hijas nacidas en Estados Unidos, Daelynn de 14 años y Zoi Isabella de 6 años.
Hace dos años, su esposa y madre de su hija menor le solicitó la residencia, pero cuando asistió a la cita a las oficinas de USCIS en Los Ángeles el 21 de mayo fue arrestado y puesto bajo custodia en la cárcel Theo Lacy del Sheriff del condado de Orange.
Según explicó su abogada en migración, Meredith Brown, la razón para detenerlo fue que en su expediente apareció una vieja orden de deportación que le dieron cuando perdió su petición de asilo político.
El 5 de junio, dos días después de que hizo erupción el volcán del fuego en Guatemala, fue deportado hacia ese país. “Los últimos dos meses han sido un shock para toda la familia. Mi hija menor me dice que extraña a su papá. Me pregunta, por qué ya no está aquí. Ella se culpa y me ha llegado a decir que si ella hubiera nacido en Guatemala, esto no estaría pasando”.
Castillo cuenta que su esposo en Guatemala se siente impotente. “Tampoco puede dormir, preocupado por no poder ayudarme con los gastos de la casa”, dice.
Confiesa que está tratando de vivir un día a la vez. “Me convirtieron en madre soltera sin que yo así lo haya decidido”, se lamenta llena de pesar.
Cuando estaba detenido en Theo Lacy, La Opinión pudo hablar por teléfono con Marlon, quien confesó que nunca pensó que lo fueran a detener. Destrozado y lloroso, se quejó del trato criminal que les daban en la cárcel del condado de Orange. “Agarro fuerzas de mis hijas, mi familia y de Dios”, dijo entonces.
Y tan mal se siente, que dice que no quiere salir a la calle. “Si salgo algún lugar con la niña, me siento mal de disfrutar cuando mi esposo está allá en Guatemala. Me vienen los recuerdos de cuando salíamos todos juntos. Comienzo a llorar. Mejor me regreso a la casa. Prefiero estar encerrada”, dice.
Cuenta que ha tenido poca comunicación con la hija mayor de su esposo. “Yo le mandé un texto pidiéndole que me perdonara, pero que no me sentía con fuerzas para platicar ni ver a nadie. Ella también está muy triste. Me apena mucho que el mes que entra va a cumplir 15 años, y su papá no va a poder estar con ella”, expresa.
Lo único que le queda, señala, es confiar en Dios, pedirle que le dé fuerzas para soportar la separación y ruega porque la reunificación sea rápida. “Pero todo es muy lento en migración. No sabemos. El caso está estancado”, dice.
Intentan que regrese a EEUU
Sin embargo, la abogada Brown comenta que trabaja para que el guatemalteco tenga un regreso expedito al país. “En tiempos normales, podría tomarse un año su regreso, pero no sabemos. Lo que sí vamos a hacer, es apelar a las autoridades de migración y exponerles el sufrimiento extremo de los niños y su esposa. El padre siempre estuvo ahí, y de un día para otro se lo llevan”, explica.
Hace ver que pedirá dos perdones, uno por la presencia física sin papeles y otro por la deportación. “Él va a regresar a los Estados Unidos al lado de su familia”, dice convencida.
Enfatiza que va a luchar como nunca antes porque Marlon regrese. “La separación de familias es una política inhumana sin criterio ni compasión no solo de Trump sino del partido republicano. Apartar a padre e hijos es abuso infantil sobre todo cuando los padres no tienen un récord criminal. Marlon tenía derecho a pelear su caso aquí sin necesidad de ser deportado”, asevera.
Los compañeros de Castillo de la Universidad del Sur de California donde trabaja como recepcionista abrieron una cuenta en el sitio GoFundme para recolectar 3,000 dólares y ayudarla con los gastos del hogar y legales mientras su esposo se encuentra fuera.
La detención de Marlon es parte de la política de ICE de efectuar arrestos en las oficinas cuando los inmigrantes son citados con relación a sus casos de ajuste migratoria. Defensores de los inmigrantes y sus familias han abogado para que esta política pare de inmediato a nivel nacional.
En mayo, en el estado de Massachusetts, los agentes federales detuvieron esta práctica de detener a inmigrantes indocumentados cuando visitaban oficinas de gobierno con la esperanza de arreglar su estatus migratorio. La decisión fue un golpe para las agresivas posturas del presidente Trump en materia de la migración indocumentada.
En una audiencia en la corte, Thomas Brophy, director del ICE en Boston le dijo al juez de la corte federal de distrito, Mark L.Wolf que ordenó poner fin a los arrestos en febrero al enterarse que los inmigrantes que buscaban arreglar su estatus después de casarse con ciudadanos estadounidenses habían sido arrestados durante sus visitas a las oficinas del Servicio de Ciudadanía y Migración (USCIS).